Capítulo 25

1817 Words
22 de marzo de 2009 Querido diario, Hoy quiero contarte más sobre Rafe, que ahora es mi nuevo papá, bueno, padrastro. Anya siempre me corrige cuando le digo papá. Dice que tengo que llamarlo padrastro o Rafe, porque él es su papá de verdad y no el mío. Mamá casi nunca me habla de mi papá de verdad. Lo único que sé es que él está en el cielo. Mamá dice que desde allá él me cuida. A veces me pregunto cómo sería tenerlo aquí conmigo. Rafe es bueno, pero es diferente. Él siempre está con Anya y parece que le da más atención a ella. Eso me hace sentir un poco sola a veces. Como si me faltara algo. Anya nunca deja que él juegue conmigo como juega con ella. Ella dice que, porque él es su papá, no el mío. Me gustaría tener a mi propio papá aquí, uno que juegue conmigo y me lea cuentos como Rafe hace con Anya. Pero sé que mi papá, desde el cielo, siempre me va a querer mucho. Con cariño, Grace. Grace Llegamos a casa de mamá, y ella ya estaba en la puerta, con una sonrisa cálida y acogedora. Me recibió con abrazos fuertes y cariñosos, primero a mí y luego saludó a Owen. Después de un breve intercambio de palabras y una mirada comprensiva hacia mí, Owen se excusó para ir a su casa, dejándonos espacio para hablar. Mamá y yo nos dirigimos a la cocina, un lugar donde siempre habíamos compartido momentos juntas que me llenaban de alegría. Ella puso agua a hervir para el té y se sentó frente a mí en la pequeña mesa de madera. —Grace, ¿qué pasó con Jackson? —preguntó mamá, iniciando la conversación con suavidad. Tomé un sorbo de té antes de responder. —Mamá, Jackson y yo... hemos terminado. —Mi voz era baja, pero firme. Vi una expresión de preocupación cruzar su rostro. —¿Y qué pasa con Owen? Respiré hondo, sabiendo que este era un tema delicado. —Con Owen... es diferente. Es mi compañero, así que creo que tú entiendes más de eso que yo. —Sabemos que él dice ser tu compañero, deberíamos esperar hasta que cumplas los 18 para asegurarnos de eso... —mamá estaba nerviosa, entendía su preocupación, pero ella no sabía que ya había estado sintiendo el vínculo con él. —Mamá, yo... hace un tiempo que puedo identificar su olor, —dije mis manos alrededor de la taza, mi vista fija en el té, —y ahora puedo escuchar a Tyr en mi mente. Levanté la mirada después de unos segundos de silencio, mamá me miró con una mezcla de sorpresa y cautela. —Eso es muy inusual, Grace. Ten cuidado. A veces estar tan cerca de un Alfa y su lobo puede ser complicado. —¿Complicado cómo? —pregunté, buscando entender mejor. Ella evitó mi mirada, mirando hacia la ventana. —Las relaciones con Alfas pueden llevar grandes responsabilidades y desafíos. Solo... ten cuidado, cariño. Asentí, aunque sus palabras me dejaron con más preguntas que respuestas. —Mamá, Owen me ha pedido ser oficialmente su novia, y yo le he dicho que sí, —le dije, más para compartir mi felicidad que para pedir permiso. Sentía mariposas en el estómago al decirlo en voz alta. —Está bien, —suspiró mamá, pero podía ver en sus ojos una mezcla de preocupación y aceptación. —Solo... no dejes que te marque hasta que no sea oficial el tema del vínculo. —Su voz temblaba ligeramente, revelando su nerviosismo y ansiedad sobre el futuro. Mientras hablábamos, el sonido del teléfono nos sobresaltó a ambas. Mamá se llevó una mano al corazón, soltando un suspiro de cansancio antes de contestar. —¿Hola? —Su rostro era una máscara de indiferencia, pero se suavizó en cuanto reconoció la voz del otro lado. —Oh, Owen, claro, no hay problema, —dijo, y una sonrisa de alivio cruzó su rostro al decir el nombre de mi novio. Colgó el teléfono y se giró hacia mí con una sonrisa que no le llegaba a los ojos. —¿Qué quería Owen? —pregunté, curiosa. —Pues ha llamado para invitarte a cenar con sus padres... viene en un rato por ti, —me informó mientras se sentaba de nuevo frente a mí. Su pregunta siguiente me tomó por sorpresa. —¿No crees que va muy rápido? —Mamá, tú lo conoces desde siempre. Él no se toma a la ligera las cosas... —respondí, pero una ola de nerviosismo me invadió. Había visto a los padres de Owen un par de veces, pero nunca había interactuado realmente con ellos. —Recuerda que tienes que hablarles con respeto, usa sus títulos en todo momento, —continuó mamá, dándome consejos sobre cómo comportarme. Asentí, sabiendo la importancia de mostrar respeto al Alfa y la Luna de nuestra manada. Pero lo que realmente me preocupaba no era faltar al respeto, sino ser aceptada por ellos. ¿Me verían como una buena pareja para Owen? ¿Cómo una futura parte de su manada? —Lo sé, mamá. Siempre los he respetado mucho, —le aseguré, aunque mi nerviosismo seguía creciendo. —Mira, Grace, —dijo mamá, tomando una de mis manos entre las suyas, —sé que estás nerviosa, pero recuerda que tú también eres parte de esta manada. Sus palabras me dieron un poco de consuelo, pero la idea de cenar con los padres de Owen todavía me hacía sentir mariposas en el estómago. —Gracias, mamá. Haré lo mejor que pueda. Ella sonrió, su expresión ahora más relajada. —Sé que lo harás. Y Owen no te hubiera invitado si no pensara que estás lista para esto. Esa idea me calmó un poco. Owen confiaba en mí, y eso significaba mucho. Decidí que iba a enfrentar esta cena con la misma confianza que él tenía en mí. —Mamá, ¿y qué hay de la marca? ¿Por qué es importante esperar? —pregunté, aun pensando en su comentario anterior. —Bueno, —empezó ella, —hablaremos de eso cuando vuelvas, ¿te parece? La tarde estaba cayendo cuando Owen llegó a la puerta de mi casa. Su sonrisa era tan brillante como siempre, pero había una pizca de nerviosismo en sus ojos que me hizo sonreír. Saludé a mamá rápidamente antes de salir y unirme a Owen en el camino hacia su casa. Mientras caminábamos, el sol poniente teñía el cielo de tonos rosados y naranjas, creando un ambiente casi mágico. No pude evitar sentir una mezcla de emoción ante la cena que nos esperaba. —Owen, —comencé, buscando sus ojos, —¿por qué la invitación tan rápida para cenar con tus padres? Él soltó una risita suave, mirando hacia el camino por un momento antes de responder. —Bueno, fue cosa de mi madre. Se emocionó mucho cuando escuchó la palabra 'novia'. Es la primera vez que tengo una, y creo que ella está más emocionada que yo, —dijo, su tono era mitad broma, mitad serio. —¿De verdad? ¿Tu primera novia? —pregunté, no pudiendo ocultar mi sorpresa. —Sí, —respondió él, tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos. —Siempre he sido bastante reservado con estas cosas. Pero contigo, Grace, todo se siente diferente, especial. Mientras nos acercábamos a la casa de Owen, mi corazón latía con fuerza. La idea de ser la primera novia de Owen y conocer a sus padres en ese contexto me hacía sentir especial y un poco abrumada. —Entonces, ¿debo sentirme presionada por causar una buena impresión? —bromeé, intentando aligerar mi propio nerviosismo. Owen me apretó la mano suavemente. —Solo sé tú misma, Grace. Ellos te van a querer tanto como yo y Tyr, —dijo, lleno de confianza. Al llegar a la casa de Owen, sentía mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho. A pesar de conocer a sus padres, la formalidad de la ocasión le daba un nuevo peso a este encuentro. La casa de Owen, grande y acogedora, siempre me había parecido un lugar lleno de calidez. Charles y Layla nos recibieron en la entrada. Aunque ya me conocían, había un brillo de sorpresa en sus ojos al vernos llegar juntos. Owen, con una sonrisa tranquila, tomó la iniciativa. —Mamá, papá, quiero presentarles formalmente a Grace, —comenzó Owen. —Ella es mi novia. Layla, con una sonrisa que iluminaba toda su cara, dio un paso adelante y me abrazó. —Grace, querida, estamos encantados. Nunca habíamos visto a Owen tan feliz. Charles asintió con una sonrisa afectuosa. —Es un placer verte de nuevo, Grace. Y más en estas circunstancias. Con nerviosismo, respondí respetuosamente. —Es un honor para mí, Alfa Charles, Luna Layla. Charles rio suavemente, y Layla me dio una mirada cálida. —Por favor, Grace, llámanos Charles y Layla. Eres parte de la familia ahora, —dijo Charles con gentileza. —La cena está casi lista —nos invitó Layla con una calidez que me hacía sentir como en casa. Antes de seguir a Layla hacia el comedor, me ofrecí a ayudarla en la cocina. —¿Puedo ayudarte en algo, Layla? —pregunté, queriendo ser útil. —Claro, ven conmigo, Grace, —respondió ella, guiándome hacia la cocina. Antes de separarme de Owen, él se acercó y depositó un suave beso en mi mejilla. Una vez en la cocina, mientras Layla y yo preparábamos los últimos detalles de la cena, aproveché la oportunidad para charlar un poco más con ella. —Siempre he pensado que Owen es una persona increíble, —comencé, cortando algunas verduras. —¿Siempre fue así de... bueno, tan considerado y cariñoso? Layla sonrió, revolviendo una olla en la estufa. —Oh, Grace, Owen siempre ha sido un chico especial. Desde pequeño mostró una madurez y sensibilidad únicas. Siempre cuidando a los demás, siempre responsable. —Su voz se llenó de orgullo mientras hablaba. —Se nota que lo quieren mucho en la manada, —dije, colocando las verduras cortadas en un plato. —Sí, lo respetan y lo quieren, —asintió Layla. —Y ahora, verte a su lado, nos hace muy felices. Nunca lo había visto tan contento. Sus palabras hicieron que mi corazón se hinchara de felicidad. —Él me hace muy feliz también. Me siento afortunada de estar con él. Layla me miró con una expresión llena de entendimiento y afecto. —Siempre pensamos que Owen tardaría en encontrar a su compañera, alguien que realmente entendiera su naturaleza y la responsabilidad de ser un Alfa. Pero cuando los vimos juntos… bueno, fue muy obvio. Layla puso su mano sobre la mía por un momento, dándome un apretón afectuoso. —Estamos muy contentos de tenerte aquí, Grace. La Diosa ha elegido bien para nuestro Owen.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD