5 de abril de 2010 Querido diario, Cada vez que paso por el corredor y veo las fotos colgadas en las paredes de casa, no puedo evitar sonreír. Ahí estamos todos: Rafe y mamá, con sus sonrisas que transmiten tanto amor; Anya, siempre con esa chispa en los ojos; Dan, con su eterno gesto protector hacia mí; y yo, en medio de todos ellos, rodeada por esta familia que, aunque no completamente mía por sangre, me ha acogido con tanto cariño. Mamá tiene este álbum viejo, repleto de fotografías mías desde que era una bebé hasta que cumplí 7 años. Me gusta hojearlo de vez en cuando, es como abrir una ventana al pasado. Las imágenes capturan momentos de felicidad simple, risas en nuestro pequeño apartamento, el lugar donde viví los primeros años de mi vida. Pero en esas páginas, llenas de recuerdo