Capítulo 13

1837 Words
24 de diciembre 2016 Querido diario, Hoy es Navidad, y la sensación de pasar esta noche sin mi mamá es extrañamente solitaria. La festividad aquí en la escuela es cálida y llena de alegría, pero hay un hueco en mi corazón donde deberían estar los recuerdos familiares. Sin embargo, en lo profundo de mí, sé que estar aquí es lo mejor para mí en este momento. A las dos semanas de que llegué a esta escuela y ya había encontrado mi lugar. Mis nuevos amigos han sido increíblemente acogedores y comprensivos. Han estado ahí para mí, haciendo que los días sean más llevaderos y llenos de risas genuinas. Su amistad ha sido un bálsamo para mi corazón herido. Poco a poco, siento que estoy sanando. Las heridas del pasado, aunque todavía presentes, están comenzando a cicatrizar. Hace algunos días que ya no me voy a la cama llorando, lo cual considero un gran avance. Me acuesto pensando en el día, en las pequeñas victorias y en los momentos felices que he compartido con mis nuevos amigos. Eso tiene que ser bueno, ¿verdad? Con cariño, Grace. Owen Recostado en mi cama después de un agotador día de entrenamiento, mi mente estaba inquieta, preocupada por la ausencia de respuesta de Grace a mi carta. ¿Cómo habría tomado ella mis palabras? ¿Habría sido demasiado para ella? Estas preguntas giraban en mi cabeza, creando un torbellino de incertidumbre y ansiedad. Recordaba cada palabra que había escrito en esa carta, cada línea impregnada de sinceridad y amor. Había abierto mi corazón como nunca antes lo había hecho. Querida Grace, Hay algo que necesito decirte porque ya no puedo retenerlo más. Tú, mi peque, eres mi compañera, lo presentí el día que te conocí, y con Tyr ahora despierto lo pude confirmar. Sé que es mucho para procesar, y sé que tal vez no me creas. Pero ese beso lo cambió todo para mí, no puedo ni quiero perder más tiempo del que ya estamos perdiendo por estar separados. Te quiero Grace, y cuando cumplas los 18 y el vínculo se instale entre nosotros lo entenderás. Espero que no creas que soy cobarde por escribirte en vez de decírtelo en persona. Te quiero, te quiero, te quiero. Con amor, Owen. Escribir esa carta había sido un acto de valentía, pero también una confesión de mi vulnerabilidad. Cada “te quiero" era una verdad patente, un deseo profundo de estar con ella, de compartir nuestra vida juntos. Sin embargo, ahora, en la soledad de mi habitación, me asaltaba el miedo de que tal vez había sido demasiado directo, demasiado pronto. Las palabras "compañera" y "vínculo" se repetían en mi mente. Sabía que, para Grace, ajena a la naturaleza de los lobos, esto podría ser abrumador. ¿Habría reaccionado con miedo? ¿Con incredulidad? ¿O tal vez con una comprensión que yo no podía prever? Esa noche, el sueño me eludió. Me moví en la cama, preso de la ansiedad y la incertidumbre, con la mente en Grace y en la falta de respuesta a mi carta. Cuando finalmente me levanté a la mañana siguiente, me sentía exhausto, como si cada preocupación hubiera pesado sobre mí durante toda la noche y ahora tenía un peso increíblemente perturbador sobre mis hombros. Al entrar en la sala de desayuno, vi a Dan ya sentado, con un montón de cartas esparcidas sobre la mesa. Mis ojos buscaron ansiosamente entre ellas, esperando encontrar el nombre de Grace en algún sobre. Sin embargo, no había nada para mí de ella. —No hay carta de ella, lo siento, —dijo Dan, captando mi decepción. Maldita sea, pensé, la irritación y la preocupación burbujeando dentro de mí. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Grace no había respondido? —Pero hay una carta particular ahí de mi papá, —continuó Dan, su voz teñida de tristeza. —Le pregunté por Grace en mi última carta... —¿Qué te respondió? —pregunté, tomando asiento. Algo en su tono me decía que necesitaba estar sentado para escuchar lo que venía a continuación. —Que ella se fue, su mamá la anotó en un colegio privado, pero que nadie sabe dónde... —dijo Dan, mirándome directamente a los ojos. —Algo en tu última carta la asustó, Owen. Esas palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago. No puede ser, pensé, incapaz de procesar completamente la noticia. La idea de que mi carta había sido la razón de su partida me llenó de un profundo remordimiento. ¿Había sido demasiado directo? ¿Había revelado demasiado y la había asustado? —¿Por qué se iría de repente así? ¿Qué tenía en mi carta que la asustara tanto? Dan me miró con una mezcla de preocupación y empatía. —No lo sé, hermano, —dijo con voz suave. —Pero parece que algo de lo que escribiste la llevó a tomar esa decisión. Mis manos temblaban ligeramente mientras trataba de procesar la información. La idea de que algo que yo había escrito con tanto amor y esperanza hubiera provocado en Grace el deseo de alejarse me llenaba de un profundo dolor y remordimiento. ¿Había presionado demasiado, sin darme cuenta de cómo lo tomaría ella? —Tenía que decirle la verdad, Dan, —dije, defendiendo mi decisión, aunque la duda comenzara a invadirme. —Tenía que decirle sobre el vínculo, sobre lo que ella significa para mí. ¿Cómo podría haber sabido que reaccionaría así? Dan puso una mano en mi hombro en un gesto de apoyo. —A veces la verdad es difícil de aceptar, especialmente si es algo tan grande y fuera de lo común como un vínculo de compañeros entre un Alfa y una humana. Tal vez simplemente necesite tiempo para asimilarlo. Asentí, sintiendo un peso en mi pecho. —Tienes razón. Quizás solo necesita tiempo, —dije, aunque en mi interior, la incertidumbre y el miedo de haber perdido a Grace para siempre se hacían cada vez más fuertes. Mientras me alejaba de la mesa, sentí la presencia de Tyr en mi mente, más fuerte y más urgente que nunca. "Tienes que ir a buscarla, Owen," insistió Tyr con una voz que resonaba en mi cabeza. "Ella es nuestra compañera. No podemos simplemente dejarla ir." Pero yo no estaba tan seguro. "No podemos simplemente ir tras ella, Tyr. Ella eligió irse. Necesitamos darle tiempo, espacio," respondí, tratando de mantener la calma a pesar de la agitación que sentía. "¡Tiempo y espacio mis bolas! Ella podría estar asustada, confundida. Necesita saber la verdad, necesita que estemos allí para ella," contraatacó Tyr, su frustración creciendo. "Sí, pero si la presionamos ahora, podríamos perderla para siempre," argumenté. "Tiene que ser su elección. No puedo forzarla a aceptar el vínculo." "¡Eso es cobardía!" gruñó Tyr. "Estás dejando que tus miedos te controlen. ¡Es nuestro deber ir a buscarla!" La discusión se intensificaba, y podía sentir la rabia y la impaciencia de Tyr chocando contra mi necesidad de cautela y paciencia. "No es cobardía, Tyr. Es respeto por sus sentimientos, por sus decisiones. No podemos arrastrarla a esta vida si no está lista." En ese momento, Tyr rugió en mi mente, una oleada de frustración y furia que me dejó aturdido. "¡Si no actúas ahora, entonces me desconectaré! No puedo ser parte de esto," amenazó. Y con eso, sentí cómo la conexión entre nosotros se bloqueaba, dejándome solo con mis pensamientos y dudas. La soledad de no tener a Tyr en mi mente era extraña y desconcertante. Pero sabía que tenía que respetar la decisión de Grace, por muy doloroso que fuera. La idea de ir en su contra, de forzarla a algo para lo que no estaba preparada, iba en contra de todo lo que creía y deseaba para nosotros. Día tras día, la misma rutina se repetía. Cada mañana, al despertar, la presencia de Tyr en mi mente se hacía sentir con una urgencia implacable. Su pregunta era siempre la misma, un eco constante que resonaba en mi cabeza: "¿Hoy vamos por ella?" Y cada vez, mi respuesta era la misma. "No, Tyr, no hoy. Tenemos que darle tiempo, tiene que ser su decisión." Sabía que estaba haciendo lo correcto, pero cada negativa pesaba más y más en mi conciencia. Tyr, impulsado por su naturaleza protectora y su instinto de lobo, luchaba con mi decisión. Su frustración crecía cada día, y con ella, la tensión entre nosotros. "¡Estás cometiendo un error, Owen! Ella necesita saber, necesita que la protejamos," insistía, su voz llena de una ansiedad casi palpable. Pero yo me mantenía firme en mi postura. "No puedo forzarla a nada, Tyr, tiene que venir a nosotros por su propia voluntad. No puedo arrastrarla a una vida que tal vez no esté lista para aceptar." Cada negativa mía era seguida por un silencio tenso, y luego Tyr bloqueaba la conexión entre nosotros, dejándome solo con mis pensamientos y dudas. Era una lucha interna constante, una batalla entre el deseo de ir tras ella y la necesidad de respetar su espacio y su tiempo. Esta repetición diaria se convirtió en un ciclo desgastante. A pesar de mi convicción de que estaba haciendo lo correcto, la ausencia de Tyr en mis momentos de reflexión me dejaba sintiéndome aislado y lleno de incertidumbre. ¿Estaba realmente tomando la decisión correcta al esperar? ¿O estaba perdiendo la oportunidad de reconectar con Grace? Ese día, en mi mente, la voz de Tyr irrumpió con una intensidad que no había sentido antes. Su frustración estalló en un grito desesperado. "¡Owen, ha pasado un año! ¡Un año completo sin ella!" exclamó Tyr, su voz resonando en mi cabeza con una mezcla de ira y dolor. Respiré hondo, intentando mantener la calma ante su tormenta emocional. "Lo sé, Tyr, lo sé," respondí con voz firme pero cansada. "Pero pronto podremos ir a casa por unos días. La buscaremos entonces." "¿Y si es demasiado tarde? ¿Y si ya no quiere saber nada de nosotros?" la voz de Tyr estaba teñida de un temor que rara vez mostraba. "Hemos esperado, dado espacio... ¿y si todo eso solo nos ha alejado más de ella?" Era una pregunta que me atormentaba en las noches silenciosas, una duda que no podía sacudirme. "No lo sé, Tyr. Pero tenemos que intentarlo. No puedo vivir con el 'qué hubiera pasado si...' constantemente atormentándome." "Espero que no sea tarde para nosotros" susurró Tyr, su voz bajando a un tono más suave, reflejando la resignación y la esperanza que luchaban dentro de él. "Lo sabremos pronto," dije en voz baja, más para mí que para Tyr. La idea de ver a Grace nuevamente, de enfrentar lo que había entre nosotros, ya fuera alegría o dolor, era lo único que me mantenía adelante. Tyr y yo compartíamos el mismo corazón, el mismo anhelo. A pesar de nuestras diferencias, ambos ansiábamos reencontrarnos con Grace.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD