19 de mayo de 2018 Querido diario, Nunca pensé que una cena podría tener tantas capas de incomodidad, pero la de esta noche, con los padres de Jackson, definitivamente estableció un nuevo estándar. Y es que Jackson, en un movimiento que aún trato de comprender, no les había mencionado que lo nuestro había terminado. Así que, cuando me pidió, con esos ojos suplicantes que conozco tan bien, que jugáramos el papel de pareja feliz por una noche, simplemente no encontré en mí la fuerza para negarme. El restaurante estaba a solo unas calles de la escuela, un lugar acogedor y familiar que conocía bien, pero que esa noche se sintió completamente diferente. La conversación fluyó con una mezcla de trivialidades y preguntas directas sobre "nuestra relación", a las cuales respondíamos con vaguedade