Caterina Di Pietro. No sé qué hora es ni sé en qué día estoy tampoco. No tengo idea de cuánto tiempo llevo encerrada en este sótano lleno de humedad y olores indescriptiblemente fétidos, solo sé que tengo frío. Mi cuerpo tiembla. Todas mis extremidades se sienten bajo una corriente eléctrica que provoca temblores en mi cuerpo, aunque es solo el frío corriendo por mis huesos. El castañeo de mis dientes me tiene dentro de una melodía que parece no tener fin, mientas dejé de sentir los brazos hace varias horas por la posición en la que estoy. Me quitaron la silla hace tiempo. Ahora yazgo en el suelo con las muñecas sujetas a un tubo de ventilación. No tengo un lugar donde moverme, ni siquiera una abertura para ver el sol y así al menos saber cuánto tiempo llevo aquí. No tengo nada.