Lorenzo.
Durante años se ha dicho que el heredero de Ugo Salvatore era tres veces más letal que cualquier otro hombre que se hubiera conocido dentro de la organización. Su sadismo, su falta de empatía y el hecho de que disfrutara de cada una de las torturas que impusiera a sus víctimas, lo hacía ver como un psicópata a los ojos de los demás. Ahora también ante los míos.
Después de todos los años en los que he estado a su lado, es la primera vez que veo lo que es capaz de hacer, y supongo que lo que vi no es ni la cuarta parte de lo que le espera a los dos Genovese que todavía siguen dentro del sótano. Uno de ellos, con el corazón en la boca. Literalmente.
Verle las manos ensangrentadas, la forma en que sacó los órganos como si no se tratase de un cuerpo humano, me hizo revolver el est
