Caterina Di Pietro. Abro los ojos lentamente. Estoy mareada y algo asqueada. Las náuseas y arcadas que tengo en el centro de la garganta son insostenibles porque a decir verdad, solo puedo tragar grueso esperando pasar este mal sabor de boca mientras intento recordar qué demonios pasó. El recuerdo de Bruno frente a mí sosteniendo mi rostro, la forma en que presionó esa tela sobre mi boca… no tardo en comprender que se trató de cloroformo porque es la única forma en que pudo desmayarme tan rápido. En medio de mi loquera quiero moverme, pero el peso de mi cuerpo me lo impide. Abro grande los ojos intentando ver, aunque la poca luz que me ilumina no está siendo de ayuda para nada. Solo por el sonido de las cadenas y el impedimento a la hora de querer moverme me deja saber que estoy en u