Please Daddy. 6.

2165 Words
Capítulo 6. calambre. ●●●●●●● Entré en aquella habitación, enorme habitación, no parecía ocupada, James cerró la puerta y yo me giré para verlo. —¿Qué es tan urgente?. Sin previo aviso, me sujetó y me llevó directo a la cama, empecé a sentir la adrenalina correr por mi cuerpo, sus caricias y sus besos salvajes, me encendieron de inmediato. Si esté era un James enojado, entonces tendría que esforzarme más en molestarlo. Me apresuré a quitarle la camisa, quería tocar su piel, quería sentirlo, era tanta nuestra prisa, que ni siquiera hizo falta quitarme por completo la ropa interior, él la hizo a un lado con sus dedos y con la otra se posicionó en mi cavidad. Ya estaba tan lista, que lo sujeté de la camisa para que se diera prisa. Cuando lo tuve en mi interior, sentí tanto placer y tanta satisfacción, que gemí y sonreí al mismo tiempo. ¿Por qué me volvía tan loca?, ¿Por qué él?. Sus envestidas eran lo que yo necesitaba para sentirme plena y feliz, sentir sus fuertes manos en mis caderas, era lo mas fascinante, nunca antes me había sentido tan viva. Tenía mis ojos clavados en los suyos. Sonreí y él me devolvió la sonrisa. —Me vuelves loco princesa. —¿Si?, ¿Te gusta cogerm*e?—pregunté mientras su cuerpo golpeaba el mío. —Me encanta. —Si papi, dame duro, si así…que rico mi amor, si, justo así… Eso pareció motivarlo, pues sus movimientos se volvieron rápidos y profundos, ¡Cielo santo!, esto debía de ser el mismo paraíso. ……… No tenía quejas, el s*x*o con él, era gratificante, rejuvenecedor, era como un elixir. Lo miré acomodarse la ropa y me recargué en la puerta. —¿No te da miedo que nos descubran?—Pregunté con curiosidad por saber que era lo que él pensaba sobre lo nuestro. —Honestamente me da lo mismo. —¿Tan despreocupado eres?. —Ya soy un hombre adulto, no tengo que rendirle cuentas a nadie. —¿Y que hay de Mel?, ¿Tampoco te importa lo que ella dirá si se entera que te tiras a su mejor amiga?. —Yo no soy el que debería de estar preocupado— dijo y sonrió. —Eres muy molesto— dije sintiéndome un poco fastidiada, él tenía razón, si Mel se enojaba, se enojaría conmigo y no con él. —¿A ti te preocupa?. —¡Rayos si!, por supuesto que me preocupa, Mel es mi amiga, se enojará mucho, en especial por que dijo que no me metiera contigo. —Por lo que ella me contó, no eres una chica que suela hacer lo que los demás le imponen, ¿Eres una rebelde o no?. —Esto es diferente, eres un hombre prohibido. —Soy un hombre prohibido, y aún así te atreviste a tocarme, que chica tan mala eres. —Fuiste tú el que me sedujo. —¿Estas segura de eso?. —Amm, si, me miraste de ese modo, fue como una invitación. Él sonrió. —Como sea, no me molesta salir con alguien mas joven, ¿A ti te molesta salir con alguien mayor?. —No me importa. —Ahí lo tienes, si a ti y a mi, no nos importa, que mas da lo que digan los demás, Mel ya es una adulta, ella se casará, y vivirá su vida, no debería de meterse en la de los demás, nadie le dice a ella con quien acostarse y con quien no, ¿O si lo haces?, por que yo no, me preocupa si, es mi hija, pero tiene que vivir su vida y yo tengo que vivir la mía, ya está. Yo negué. Me gustaba su pensar, pero sería todo un drama si Mel se enteraba de esto, era traición, traición entre amigas, y ¿Si rompíamos nuestra amistad?, de todos modos creo que se enojaría. —Lo vez, si nos descubren ahora, eso significará que te tendré solo para mi— dijo él. Yo sonreí. —Lo dices como si fuera tan fácil. —¿No lo es?. —¿Qué hay de tu linda novia?. —Mi amante es mucho mas linda. —Bastardo, solo dices cosas lindas para quedar bien, ¿Le dices lo mismo a ella?. —¿Te pondrás celosa?. Yo suspiré. —Ya me voy, mi novio me espera. —Hablando de él, no quiero que demuestres el afecto que le tienes delante de mi, es molesto, no soy un hombre al que le guste compartir. —¿Y yo si debo soportarlo?. —Hagamos algo, cuando estemos juntos seamos exclusivos, así que mantente alejada de él y yo haré lo mismo con mi novia. —¿Y quien dice que quiero eso?, puedo tener doble placer. Él me sujetó del cuello y me miró con furia, eso no me asustaba, de echo me excitab*a. —No me hagas enojar. —Esta bien, solo jugaba. Me dio un beso en los labios y antes de salir me dio una nalgada. Yo me apresuré a volver a mi habitación y cuando entre, Steven no estaba ahí, no sé a donde había ido, pero cuando volvió se veía un poco nervioso. —¿En donde estabas?—pregunté. Él sonrió. —En…fui con mi padre, solo estaba viendo que estuviera bien. Yo lo miré detenidamente, tenia un ligero corte en el labio, como si…como si lo hubieran mordido, tal vez él mismo se lo hizo. —Estoy muy cansada, voy a dormí. —Si, claro, descansa, yo también voy a dormir, ¿Tu estas bien?. —Si. —Bien. Esa misma noche no pude dormir mucho, sentía que algo estaba pasando entre el señor James y yo, sentía que me estaba perdiendo de algo importante, pero…¿Qué?. “Mi amante es mucho mas linda”, ¿Eso que quería decir?, ¿que podía escogerme?, no quería hacerme ilusiones tontas. A la mañana siguiente, Steven se levantó muy temprano, al parecer todos los caballeros iban a ir a jugar golf, me invitó, pero no quise ir, ver a unos hombres pegarle a una pelotita, no era como quería ocupar mi mañana, decidí ir al gimnasio que tenían en aquella casa, al llegar, ahí estaba esa mujer. Annette estaba en una caminadora, yo sonreí y ella solo torció la boca, no sé ni porque trataba de ser amable, tal vez me sentía culpable de convertirla en una cornuda. Me subí también en una caminadora y me alegré de haberme traído este conjunto deportivo, una pequeña licra negra y un top blanco, no tenía nada que envidiarle a esa mujer, James lo había dicho, aunque tal vez solo dijo que yo era mas linda para quedar bien. Después de casi media hora empecé a sudar, me detuve un momento y esa mujer me miraba fijamente. —¿Desde cuando conoces a Melanie?. —Desde hace un año, mas o menos. —No pareces una buena influencia, no te ofendas, pero Mel se ha vuelto un poco…descarriada. —Ella ya no es una niñ*a. —No, y tu tampoco por lo que veo. —¿Disculpe?. —Veo como miras a mi hombre, soy mujer, no soy tonta… Yo sonreí y negué. —Creo que sus celos no la dejan razonar, el señor James es como un padre— Mentí y me sentí extraña después de decir aquello. —Pues resulta que él no es tu padre. —Esta equivocada señora, no veo al señor James con otros ojos que no sean de admiración, él ha sido muy amable conmigo y eso es todo. —Mas te vale que si. —¿Ahora me amenaza?. —¿Qué ocurre aquí?. Ambas miramos hacía la entrada, James acababa de llegar, se veía costoso, si, Mel había dicho que a él le gustaba solo lo mejor, así que no me sorprendería si su ropa era de diseñador. —Nada mi amor, solo platicaba con esta niñ*a. Yo rodé los ojos y fui por una toalla para secarme el sudor de mi rostro. Los miré de reojo y sentí que algo hervía dentro de mi, esa mujer lo hizo a propósito, se abrazó de él y lo besó en los labios, él se alejó un poco y ella se le pegó aún más. No iba a tolerar eso. —¡AAAAA!— Grité y me tiré al suelo. —Wen, ¿Qué ocurre?. James se acercó a mi y su preocupación sincera por poco me hace sonreír. —Me está dando un calambre en la pierna…¡AAAA!, duele. Él me empezó a sobar y yo me sujeté de su brazo. —¿Aquí?. —Si, justo así… Él me miró a los ojos y pude ver su discreta sonrisa, ups, creo que me descubrió. —Te voy a llevar a tu habitación, te buscaré unas compresas. —Debería de llevarla su novio, es su deber— dijo Annette. —Es verdad señor James, se puede mal interpretar su preocupación paternal con otra cosa— dije burlandome un poco, yo jamás vería a James como un padre. —Tonterías, si alguien lo mal interpreta es porque no tiene nada en que pensar. Dicho aquello, me cargó en brazos y yo me sujeté de su cuello, sus brazos eran fuertes y sin duda él podía darme un par de cargadas sin problemas. Annette parecía que iba a tener un ataque de nervios. —Auch, aún duele. —¿Hiciste mal algún ejercicio?. —Eso creo, anoche hice ejercicio y quedé un poco cansada, pero quiero estar en forma. —No debes de esforzarte tanto. —Fue tu culpa— susurré. —Tiene razón. Me llevó a la habitación donde me quedaba y me dejó en la cama, esa mujer parecía una guardaespaldas, en ningún momento se alejó. —¿En donde están los demás?. —¿Los demás o tu novio?. —Mi novio—respondí. —Se quedaron en el campo de golf. —¿Y usted?, ¿Por qué no se quedó?. —Olvidé mi celular, debiste de venir, Mel está ahí. —¿Melanie esta en el campo de golf?. —Si, me sorprendí igual que tú. —Mi amor, hay que dejarla descansar—Interrumpió esa mujer. Yo me puse de pie y sonreí. —Ya estoy mejor, iré a la piscina. …….. Cuando todos volvieron, me di cuenta de algo, Mel venia riéndose junto con Steven, me pareció algo curioso que Steven al verme, borrara su sonrisa. Se acercó a mi y me dio un beso en la frente. —Hola bonita. —¿Qué tal te fue?. —Bien. —Buenos días Wen, ¿Vas a tomar el sol?. Yo miré Mel y asentí. —Iré a cambiarme. Steven la siguió con la mirada y yo me pregunté, ¿Cuándo se habían entendido esos dos?. A la hora de la cena, un festín nos esperaba, el señor James no escatimó en gastos, me puse algo decente, un vestido plateado, corto, con un escote al frente y en la parte trasera, me puse unas zapatillas negra*s y dejé mi cabello suelto, íbamos a cenar y a irnos, no fue tan malo después de todo, pero ya lo había decidido, iba a terminar con Steven, por que no era lo que yo quería, él era un buen chico, pero no era para mi. No hacía falta seguir prolongando algo que no iba a ser. La cena estuvo bien, buena comida, una conversación aburrida sobre trabajo y unas miradas coquetas entre él y yo. Cuando terminamos, empezamos a despedirnos, Mel insistió en querer irse con nosotros así que la dejamos venir, estaba tan cansada que le cambié de lugar a Mel, quería dormir un poco y el trayecto era un poco largo. Me quedé dormida y desperté cuando mi teléfono empezó a vibrar debajo de mi. Abrí los ojos con lentitud y escuché algo que me dejó fuera de si. —Mantengámoslo en secreto. —¿Por qué no terminas con ella?. —Escúchame Mel, no debió de pasar, yo quiero mucho a Wen…. —Pero ella a ti no, me lo ha dicho. —Tu sales con su hermano. —Si, pero ya no me gusta, no es lo que yo esperaba, quiero a alguien más serio, a alguien como tu. No podía creer lo que escuchaba, me quejé y me levanté con lentitud. —Mi amor ya despertaste— dijo Steven mientras me miraba por el espejo retrovisor. —¿Ya llegamos?. —Falta poco. Yo sonreí y miré mi teléfono. Entendí lo que James dijo, Mel iba a vivir su vida y nadie podía decirle como hacerlo, él tenía razón, no importaba lo que los demás pensaran. Después de todo, es mejor pedir perdón que pedir permiso, estaba un poco decepcionada de Mel, pero al mismo tiempo me sentía un poco aliviada, pues ahora, estábamos a mano.
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