Please Daddy. 5.

2234 Words
Capítulo 5. Cinco minutos. ●●●●●● No pude ver su mirada, ni él la mía, por las gafas de sol, pero estaba segura de que estaba igual de sorprendido que yo, se veía impecable y costoso, usando esa camisa blanca enrollada hasta los codos y con esos pantalones azules de vestir, usaba gafas de sol y el único accesorio que no le quedaba, era esa mujer que se sujetaba de su brazo. —¡Papá ya viste quien esta aquí!. Yo sonreí y él tardó un poco en asimilar lo que pasaba, pero al final sonrió. —Ya veo— dijo cuando llegó hasta nosotros. —Que sorpresa. ¡Mierda!, esa sonrisa, tenía ganas de lamberle la cara, recordarlo desnudo me hacía sentir cosquillas ahí…abajo, me lamí los labios y luego mordí mi labio inferior. —Señor Hamilton buenas tardes. Le presento a mi prometida, Wendy Jackson— Dijo Steven. ¿Qué?, ¿Qué dijo?. Yo tardé en procesar las palabras de mi novio, ¿Qué?. —¿Prometida?—preguntó James no muy feliz, borró su sonrisa y sentí su mirada tan pesada como un camión. Yo miré a Steven y él sonrió mientras que me sujetaba de la cintura, ¿En serio lo había dicho?, el muy infeliz se atrevió. —¿Qué?, ¿Y eso cuando pasó?—preguntó Mel mientras me veía fijamente. Esa era una buena pregunta, ni yo sabía cuando había pasado eso. —Mi amor, ¿Por qué no vas con Melanie a ver la habitación?— Dijo Steven aún insatisfecho de parecer un idiota. —Si Wen, tú y yo tenemos que hablar— dijo Melanie y me tomó de la mano. Ni siquiera pude explicarme, me jaló al interior de la casa y me llevó hasta la segunda planta, me soltó y me señaló. —¿Qué ocurre?. Yo parpadee y moví su dedo hacía un lado. —Esta mintiendo, no estamos comprometidos. Ella se sujetó el pecho y respiró aliviada. —¿Y por que dijo eso?. —Quiere quedar bien, dijo que quiere verse más…estable. —¿El matrimonio te vuelve estable?. —Pues al parecer si. Melanie me abrazó y brincó de alegría. —Me alegra que estés aquí, odió estas reuniones de mi padre, no quería venir, pero él no dejaba de ser tan molesto, estaba planeando escaparme en cuanto pudiera, pero contigo aquí, se que voy a divertirme. —No sabía que él era el jefe del padre de Steven. —Yo tampoco, que sorpresa. Aquí entre nosotras, esta casa es de nosotros, pero mi padre no quiere que nadie sepa, no le gusta que sus empleados sepan cuales son las casas vacacionales de la familia. —¿Las casas?. Melanie sonrió y me giñó un ojo. Tendría que hablar con Steven después, bajamos de nuevo y nos reunimos con los demás. James platicaba y sonreía sin siquiera mirarme por error, ¿Se había enojado?, imposible saberlo, se veía maduro, educado, sensual, el como hablaba y el como se expresaba, lo más atractivo de James, era su experiencia, y vaya que yo había comprobado que tan buena experiencia tenía. Los tipos ricos hicieron una barbacoa en un asadero gigante, al parecer aquella reunión solo era para los altos ejecutivos de la empresa de mi amante, solo para mantener la unión, por lo que Mel me dijo, hacía una para los ejecutivos, para los socios, y para los empleados del año. Mi bebé* era genial. ¿De que era su empresa?, tenía que preguntar. —¿Cómo se llama la novia de tu padre?— le pregunté a Mel mientras veía a esa mujer, tenía que admitir que tenia un cuerpo envidiable, pero por alguna razón no le quedaba a mi James. —Annette, jamás quita esa cara de estreñida, ¿Sabes que le pidió a mi padre?. —¿Qué?. —Quiere vivir en nuestra casa. —¿Y que dijo tu padre?. —Dijo que no. —No la ama, ¿Cierto?. —Creo que a mi padre no le gusta estar solo, pero no sé porque escogió a esa mujer, hay mujeres mucho mejor para él. —Tal vez solo es costumbre— añadí. Melanie asintió y se paró para responder una llamada. Yo miré a Steven quien platicaba alegremente con un hombre, y luego volví mi mirada a James, quien platicaba con su novia Annette, parecían unidos y cariñosos. Sentí los celos invadirme, no me gustaba esa sensación, me puse de pie y fui al interior de la casa, había mucho que ver, tenían inclusive una sala de billar, mientras husmeaba, sentí un fuerte tirón y de un momento a otro estaba dentro de una habitación muy oscura, no podía ver nada, solo sentía el calor de un cuerpo, cuerpo que me tenía presa contra la pared. —No mencionaste que ibas a casarte. Me sentí mas tranquila al saber que era él, dejé de resistirme a su agarre y sonreí, ¿Así que vino detrás de mi?. —¿Y eso que?, ¿Ya no quieres cogerm*e?. Sentí una de sus manos entrar debajo de mi vestido y lo empujé un poco, pero él no se alejó. —¿Qué?, ¿No quieres ofender a tu futuro esposo?. —¿Por qué parece que estas celoso?. Sentí como me sujetó de los glúteos y me alzó en el aire, enrollé mis piernas alrededor de su cintura y sentí sus besos por todo mi cuello, empecé a jadear y luego una de sus manos recorrió mis pechos y mi cuello hasta llegar a mi rostro. —Nos pueden ver—Murmuré tratando de contener las ganas de meter a ese hombre dentro de mi. —¿Él te cog*e como yo?. —¿De verdad quieres saber?. La luz se encendió, era una sala de cine, y justo después de ver el lugar, miré su mirada de furia. Tragué saliva y me mordí el labio, aunque debí de morder mi lengua, me gustaba provocarlo, pero tenía que tener cuidado de no ofenderlo, algo me decía que a él no le gustaba ser insultado de ningún modo. —Te vez tenso mi amor. Me sujetó con fuerza el traser*o. —No te burles de mi. Lo sujeté del rostro y me atreví a morder uno de sus labios, me excitab*a verlo tan celoso. Sentí su lengua acariciar la mía y luego me alejé para verlo a los ojos. —No soy su prometida, es una mentira que él se sacó de la manga, y no hay nadie que me haya cogid*o como tú…no sería capaz de burlarme de ti. Él me soltó y me bajó y yo solo lo miré. —No deberías de estar aquí— dijo más tranquilo. —¿Quieres que me vaya?. —Lo más curioso de todo, es que no, no quiero que te vayas. Estábamos jugando un juego peligroso y ahora si me quedaba claro algo, alguien no iba a salir ileso de esto. Lo abracé y le di un apasionado beso, todo en él me volvía loca, no pudimos hacer nada más, porque su teléfono empezó a sonar. Pero sin duda íbamos a tener tiempo para jugar. ……… El resto de la tarde fue aburrida, los hombres hablaron de trabajo y las mujeres contaron chismes de otras mujeres, Melanie me hizo la tarde menos miserable, nos reíamos por una tontería cuando a ella se le ocurrió una idea. Me empujó a la piscina y luego se aventó ella, la verdad es que desde hacía un rato quería refrescarme ahí, aunque me hubiese gustado quitarme mis tenis y ponerme un traje de baño. Empezamos a aventarnos agua y a reírnos como locas, estavamos divirtiéndonos hasta que. —¡Wen sal de ahí!. Mi sonrisa se borró al ver a Steven un poco molesto. —¿Por qué?, hace calor. —Pareces una niñ*a chiquita, haces el ridículo — dijo en voz baja. Yo miré a Melanie y ella rodó los ojos. Nadé hasta la escalera para salir y cuando salí Steven torció el rostro. Yo me miré, mi vestido se había transparentado todo, se veía mi ropa interior, aunque eso no me avergonzaba, mi ropa era linda y mi cuerpo no estaba mal, era demasiado dramático. Odiaba ser controlada de ese modo. “Al carajo”. Me desabotoné el vestido y lo dejé caer al suelo. Si yo lo avergonzaba, pues entonces para que limitarse. —¡Eso bebé!— Gritó Mel mientras aplaudía. —¿Qué es lo que ocurre contigo?. Estaba por responderle, cuando una toalla blanca cayó sobre mis hombros. Alcé el rostro y mi querido señor James estaba ahí. —Señor Hamilton lo siento. —¿Por qué se disculpa Steven?, hay algo que tiene que aprender en esta vida, si su chica se quiere divertir, déjela hacerlo, y si su chica se desnuda enfrente de una multitud, más le vale tener con que cubrirla, ese es el deber de un hombre de verdad, cuidar de su mujer, si no puede proteger a una dama, ¿Entonces quién me asegura que puede proteger mi empresa?. La cara de Steven se puso roja, yo miré a James y el apretó mi hombro con delicadeza. Sonreí por lo bajo y me cubrí con la toalla. —Wen, ¿Quieres ir al bar de la playa?—preguntó Mel cuando salió de la piscina. —Claro. —No beban tanto jovencitas— dijo su padre mientras le daba una toalla también a ella. —Vamos papá no te contradigas, acabas de decir que si una chica se quiere divertir es mejor dejarla. —Hablo en serio Melanie, tú también Wendy, no beban lo que no puedan manejar. Fue así como terminamos en el bar de aquella playa privada, era un lugar bonito, pero solo, bebimos algunos tragos, platicamos y reímos, y luego volvimos a la casa, todos habían tomado su rumbo, algunos estaban en la playa, otros en el minibar, otros prefirieron ir a dormir. Melanie se fue a su habitación y yo fui a buscar a Steven, estaba por salir cuando los vi. James besando a su novia, sentí que algo se revolvía dentro de mi, no podía no sentir nada, o fingir que no me importaba. —Wen— dijo Steven mientras venía de la entrada principal. Lo miré venir y corrí hasta él, lo abracé del cuello y me pegué a sus labios, todo lo que quería era desquitarme con alguien, quitarme estas ganas de querer gritar. Por suerte él no me rechazó, Steven me sujetó de la cintura y correspondió mi beso. No sentía nada, no había mariposas en mi vientre o pensamientos pecaminosos en mi cabeza, no había nada. Me alejé con lentitud y lo miré a los ojos. Estaba lista para decirlo, estaba lista para decir el: tenemos que terminar. —Que lindos se ven juntos. Yo giré la cabeza un poco y ahí estaba Annette sujetando la mano del señor James y sonriendo ampliamente. ¿Nos habían visto?. El señor James no dijo nada, solo continuó su camino y su novia lo siguió. Steven me acarició el rostro y eso me hizo verlo. —¿Estás bien?, discúlpame por lo de hace rato, no debí de hablarte así. —No importa. —¿Quieres ir a la habitación?. Yo asentí. Steven me tomó de la mano y caminamos juntos hasta nuestra habitación. Una vez solos, él se sentó en la cama y se quitó la camisa. Steven era un chico atractivo, tenía un rostro agradable y limpio, un cuerpo musculoso y una sonrisa capaz de cautivar. —Te vez un poco cansada, ¿Te desvelaste anoche?. —Un poco, pero estoy bien. —No tenías nada importante mañana ¿O si?. Yo negué. Él me tomó de la mano y me abrazó. —Se que te he descuidado mucho, perdóname, pero ya verás que todo valdrá la pena. —No hagas todo esto por mi. —En serio te amo Wen, quiero darte lo mejor, que no tengas que preocuparte por nada en un futuro. —Steven. —Perdón por decir que eres mi prometida, algún día lo serás, ¿Verdad?. —Steven eso…. ‘Ring, Ring, Ring, Ring, Ring’. Mi teléfono empezó a sonar. Me apresuré a tomarlo y miré el identificador. “Daddy”. Dudé en responder, pero al final lo hice. —Dime. —Deja al niñ*o y ven al tercer piso. —No, justo ahora no puedo. —Cinco minutos Wen, o yo mismo iré por ti— dijo él y colgó. ¿Ahora que le ocurría a ese hombre?. Miré a Steven y sonreí. —Claro, si no te preocupes, te veo el martes, adiós— fingí terminar mi llamada. —¿Todo esta bien?. —Si, solo era Lisa, quería unos apuntes, en fin…¿Te molesta si voy a decirle algo a Mel?. —¿Tiene que ser ahora?, tengo ganas de estar contigo. —Será rápido, lo prometo. —Muy bien, tomaré un baño en lo mientras. Yo asentí y salí de la habitación, me apresuré a subir al tercer piso y ahí estaba James, recargado en el marco de una puerta, me hizo una seña con el dedo indicé mientras lo movía de adelante hacía atrás, y sentí un poco de miedo, como si fuera ser castigada de verdad.
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