Please Daddy. 4.

1721 Words
Capítulo 4. Hola…jefe. ●●●●●● Los hombres en traje eran mi punto débil, en especial si se veían como él. Sonrió de un modo encantador y se aflojó la corbata, algo me decía que también le gustaba lo que veía. —Buenas noches— dije mientras caminaba hasta él. No quería limitarme, no quería ser la chica inocente que él no quería, él quería pasarla bien, salir de su rutina, supongo que en mi, vio esa salida de escape, no planeaba negarle nada. Me abracé de su cuello y le di un beso en los labios mientras que me sujetaba de la cintura, sabía tan bien. —¿Llevas mucho esperando?—Preguntó mientras me admiraba. —No. —Te vez hermosa. —Gracias, lo compré con tu tarjeta— dije de modo divertido. —Si, me di cuenta, ¿Quieres algo de tomar?. Yo negué, lo que quería era tenerlo a él encima de mi. Le empecé a desabotonar su camisa y él sonrió. —Te vez cansado— dije de modo seductor mientras veía sus apetecibles labios, este deseo nunca antes lo había sentido. —Solo un poco. —Yo se dar unos masajes muy buenos. —¿En serio?. —¿Quieres que te muestre?—pregunté mientras besaba su cuello. No hizo falta más, nos besamos y nos acariciamos hasta que terminamos en aquella suave cama, sentir su cuerpo y sus besos, era tan reconfortante, me hacía sentir otra persona, no de una mala manera, me gustaba, me gustaban todas esas sensaciones. Nuestro momento estaba en lo mejor, cuando un teléfono empezó a sonar. Nos dimos cuenta de que era el teléfono de él, el que sonaba. James no quiso responder, Seguimos con lo nuestro ignorando aquel llamado constante de alguien, hasta que aquel aparato continuó sonando, después de la cuarta vez, él se levantó muy enojado y respondió. —Diga. Su semblante cambió drásticamente. —Perdóname, no me di cuenta, estoy en una reunión de trabajo…un par de horas más…no, tal vez no pueda… Yo lo observé con atención, el modo en que hablaba, ¿Estaba hablando con su novia?. No, ella no iba a entrometerse en nuestro momento, me puse de pie y lo abracé por la espalda, me sentía como un gato en busca de atención y funcionó, él se giró y aún con el teléfono en su oído me llevó de vuelta a la cama. —Si ya se que trabajo mucho, pero ya sabes como es… Yo lo tumbé en la cama y me monté sobre él. —Ya te dije que no puedo ahora… Metí su virilidad en mi interior y me mordí el labio inferior. —No, no estoy en la oficina. —Respondía con normalidad, era excitante, lo prohibido sabe mejor, cuanta verdad había en aquella frase, no me sentía plato de segunda mesa, había aceptado esto. Yo trataba de no gemir, a pesar de aquel placer que invadía cada parte de mi ser, un hombre como él, con esa energía y con ese cuerpo, era un peligro, un peligro que cualquier mujer estaría dispuesta a probar. No quería meterlo en problemas, aunque si se dejaba de esa mujer no me molestaría en lo más mínimo. —Tengo que colgar, te llamo mañana…si, hasta mañana. Él no dijo algo como: —Te amo.— Eso era una buena señal. Cuando por fin colgó, yo dejé salir un gemido que estaba conteniendo. James apagó su celular y la velada continúo un par de horas más. Decir que estaba satisfecha era poco, su servicio fue el mejor que yo había recibido en toda mi vida, él podría ser tachado de infiel, pero eso no le quitaba lo caballeroso. Me ayudó a subir el cierre de mi vestido e inclusive me ayudó a ponerme los tacones, si, era un caballero. —¿Qué harás mañana?—preguntó mientras terminaba de ponerse su reloj. —Estaré con mi novio. Lo miré enarcar una ceja y sonreír de un modo que no pude descifrar de inmediato, ¿Burla?, si, creo que se estaba burlando. —¿Y tu que harás?. —Estaré con mi novia. Yo sonreí y caminé hasta él para ayudarlo a ponerse la corbata. —Tu novia es linda, ¿La amas mucho?. —Si la amara mucho, no estaría aquí contigo. —¿Y por que estas con ella?. —Por costumbre, creo, ¿Tu amas a tu novio?. ¿Por qué nos hacíamos estas preguntas?, no, nada serio podía ocurrir entre nosotros. —Ya es tarde, deberíamos de irnos. Él me sujetó del brazo y posteriormente me sujetó del rostro, me dio un beso en los labios y me dejó el corazón muy agitado. —No te vistas así para él, y si lo haces, mas te vale que no sea usando mi dinero. —¿Quieres que te devuelva tu tarjeta?. —No lo digo por eso, puedes gastarlo como quieras, pero no para él. —¿Estas celoso?. —¿De un adolescente que aún depende de sus padres?, por supuesto que no. —Mejor no hablemos de esto. Después de salir del hotel, me llevó hasta mi casa, iban a dar las dos de la madrugada, me alegraba que mi madre trabajara de noche y de que mi padre no viviera con nosotros, de lo contrario tendría un sermón seguro esperando por mi, aunque mis padres nunca fueron estrictos, ahora que lo pensaba, yo podría estar secuestrad*a y ellos tal vez no se enterarían, ¿Bueno, malo?, un poco de ambos. —¿No tendrás problemas?. —No. —Descansa entonces. Yo me incliné para besarlo y para dejar un pequeño regalo en su saco. —Buenas noches Daddy. —Buenas noches princesa. Bajé de su auto y me apresuré a entrar a mi casa. Esta noche había sido fenomenal, estaba segura de que justo ahora, el señor James tenía una sonrisa en el rostro mientras que veía la lencería que le dejé de regalo en su saco. ……… A la mañana siguiente, preparé una pequeña maleta con todo lo que podía necesitar para estos dos días de “Vacaciones”, por suerte no tendría ninguna clase importante el Lunes, o algún examen. Miré los mensajes en mi teléfono y sonreí al ver uno en especial. Daddy: 《Gracias por el regalo, tal vez lo use hoy en la noche》.✔️✔️ 《¿Deberíamos de tener una videoconferencia de trabajo?》.✔️✔️ 《Pequeña traviesa, te gusta ser mi perdición ¿Verdad?》.✔️✔️ 《¿Vas a castigarme?》.✔️✔️ 《Princesa no me des ideas》.✔️✔️ —Aaa, aquí estas. Guardé mi teléfono y sonreí al ver a Steven entrar a mi habitación. —Hola. —¿Estas lista?. “Buenos días para ti también”. —Si, estoy lista. Él tomó mi maleta y yo salí detrás de él, estar dos días con personas que seguramente iban a hablar solo de trabajo, era algo que no quería, pero no todo iba a ser malo, al menos podría tomar el sol. Durante todo el trayecto, Steven hablaba de lo genial que era el jefe de su padre, al parecer se habían reunido, y le habían dado un lugar como pasante en la empresa de aquel hombre, hablaba maravillas de él, pero en todo lo que podía pensar, era en mi Daddy, recordar la noche que tuvimos me hacía sentir calor. Abrí un poco la ventanilla y cerré los ojos, en algún punto del trayecto me quedé dormida. Cuando desperté miré que Steven ya no estaba en el auto, me despabilé y bajé con cautela, podía escuchar el oleaje del mar, escuchaba las gaviotas y la frescura del aire en aquel día caluroso, el cielo estaba despejado y mi vista quedó fija en aquella enorme casa. Había algunos autos, todos eran de lujo. El padre de Steven era ejecutivo en una empresa importante, jamás pedí información, pero si sabía que su familia tenía un poco de dinero, así que Steven se esforzaba mucho por estar al nivel. Me puse mis gafas de sol y acomodé mi cabello, me había puesto un vestido de playa de color amarillo, era muy corto y un poco transparente, pero era lindo, no quise usar sandalias, así que me puse unos tenis blancos, algo formal, pero agradable. ¿Por qué no me despertó?. Estaba por llamarlo cuando lo miré salir de aquella casa. Me miró y sonrió. —Al fin despiertas Wen, vamos, te voy a presentar. Yo asentí y juntos entramos a aquel lugar, la casa era una maravilla, estaba muy iluminada y los muebles eran ridículamente asombrosos. —Es genial, ¿Verdad?. —Si, es muy bonita—Murmuré. Steven me llevó hasta la parte trasera, había una enorme piscina y un mini bar, había algunas personas ahí, hombres mayores con guayaberas y mujeres maduras y elegantes, tenían que ser las esposas. Steven me presentó con todos, y yo solo saludé con educación, era evidente el esfuerzo que él ponía para encajar con aquellos caballeros, y mientras todos hablaban de lo hermosa que yo era, escuché una risa muy particular. Mis ojos se abrieron con asombro al ver a Melanie salir de aquella casa usando un vestido blanco y largo y un sombrero para el sol. ¿Qué carajos hacía ella aquí?. —¿Por qué esta ella aquí?—pregunté en voz baja. Steven parecía estar igual de confundido que yo. Y cuando Melanie me miró, pegó un chillido de emoción. —¡Wen!. Corrió hasta a mi y me abrazó con fuerza. —¿Qué haces aquí?. Yo sonreí confundida. —¿Qué haces tu aquí?. —Mi papá es…rentó este lugar. Yo parpadee como loca, miré a Steven y él arrugó el entrecejo. —Espera…¿el señor Hamilton es tu padre?—preguntó él tratando de encajar todas las piezas en su cabeza, ¿El señor Hamilton?, yo era una despistada de lo peor. —Si, ¿Pero que hacen ustedes aquí?. Mi vista viajó hasta esa puerta y mi corazón latió con fuerza al verlo salir de ahí. Esto tenía que ser una dulce coincidencia.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD