—No te dejaré, es obvio que este es un nido de demonios. Y eso es decir mucho sabiendo que estoy hablando con una vampira —susurra Enzo sin mover sus labios para que esos reyes no pudieran saber lo que estaba hablando.
Cuando los dos llegaron frente a los soberanos del reino de Vitra, el príncipe le lanzó una mirada incisiva a Enzo, pero luego se acercó a la princesa Hella sujetándole su mano para besarla, no sin antes hacerle una debida reverencia.
—Futura reina mía, esperé con ansias tu llegada —miente el príncipe Anders, al instante que la reina Alexandra también se acerca para hacerle una pequeña reverencia.
—Princesa de Alistair. Me alegro que haya llegado con bien, pase por favor… y con respecto al humano, no se preocupe, estará caliente y seguro en un calabozo listo para cuando l
