El largo viaje al reino de Vitra les había tomado tres largas semanas a Enzo y a la princesa Hella. Como había prometido el rey Erik del reino de Kaan, les otorgó protección dándoles los guardias suficientes para que ellos se sintieran seguros, y al mismo tiempo sin la privacidad suficiente para poder hacer algo mas que dormir en el mismo lugar durante cada noche. Durante la larga travesía, Enzo hizo una pequeña amistad con los guardias licántropos del Oeste, porque al ser del mismo reino, y tener cosas en común se le hizo muy fácil congeniar con ellos, a diferencia de Hella que, aunque lo intentó, no podía ver a los licántropos como amigos, porque cada vez que los veía con sus altos cuerpos fornidos y rasgos que ella consideraba salvajes, lo único que pensaba era en que esa especie había