Varias horas después, el rey Zander estaba caminando por uno de los pasillos de su castillo, para encontrarse con el único que podía considerar amigo en el reino: el guerrero llamado Aeron. Él sería el encargado de encontrar a la verdadera reina del norte para matarla. No podía perder el tiempo, es por eso que él comenzó a olfatear para encontrar a su amigo, dándose cuenta que todavía el castillo se encontraba con remanentes de la celebración de bodas de anoche, aun había licántropos tirados en algunos rincones, y las cortesanas salían corriendo de las habitaciones de la corte con sus cabellos enmarañados, todas apaleadas, y sus vestidos mal puestos. Zander veía la escena sin una pizca de molestia, era algo normal, así eran las fiestas en el reino de Gavril, además se suponía que estaban