—Su alteza, tenga cuidado con el sol del sur, al menor descuido podría quemar su delicada piel —dice el lord Calen viendo con una sonrisa a Esther. —No se preocupe, lord. Yo me se cuidar bien, y además tengo a mi doncella Meredith que vela por mi —responde la pelirroja viendo con atención al alto lobo alfa. Esther no podía evitar ver con un disimulado detalle al lord de las costas de Havadur, ya que el lobo pelinegro era muy masculino, su barba gruesa y tupida, su cabello largo y su rostro con facciones rudas no contrastaba en lo absoluto con su personalidad amable y linda sonrisa, al contrario, al rey Zander quien era mas apuesto que él por mucho, pero siempre parecía estar molesto. Le era imposible a la joven humana el no comparar a los dos alfas, porque hasta ahora era con los únicos