Ese mismo día, horas mas tarde El lord de Havadur se encontraba en un área bastante apartada del castillo hablando con su pequeño informante, el cual lo había citado en ese lugar para decirle todo lo que había escuchado hasta ahora. —¿¡Está noche!? —exclama el lord Calen porque no pensaba que la huida fuera tan rápida. —Si, lord. Escuché a la doncella diciendo que se irían por la salida de los sirvientes cuando todos estuvieran durmiendo en el palacio —explica el niño viendo como lord Calen sacaba del bolsillo de su pantalón tres monedas de oro. —Bien, gracias por esta información. Si me entero que alguien mas sabe esto que me has contado, tu vida terminará en el instante que esa noticia llegue a mí. El niño traga saliva negando con su cabeza rotundamente diciendo: —¡No diré nada, lo