Mientras Esther continuaba en la tina aseando su cuerpo, la joven comenzó a pensar que escapar no era una opción viable. Ella podía quedarse ahí, mintiendo hasta el último momento, lo único que debía hacer era saber cómo domar a la bestia donde los vampiros del norte la arrojaron a la muerte. «Toda bestia puede llegar a domarse si sabes hacerlo bien» piensa Esther, recordando sus días en la granja. Ella recordó cómo una vez un señor de la aldea logró domar a un jabalí, eso fue toda una proeza, no fue fácil, pero él logro hacerlo convirtiéndose en una especie de héroe en su pequeña comunidad. Una de las reglas básicas que Esther recordaba que el señor utilizó para domesticar a un ser salvaje, fue la confianza, y después poco a poco la fiera comenzó a acercarse a él al punto que el señor