Loky
Admito que no era la mejor forma, pero todo iba a ser tan creíble que hasta ella se cagaría del miedo. La camioneta llega y Dixon me mira casi como examinándome para saber que tan leal le soy, yo solo cuento los días para largarme de aquí, estoy harto y necesito algo que no sea todo de lo mismo.
Empiezo a escuchar sus gritos, la bajan del portaequipaje, amarrada de pies y manos, con una bolsa en la cabeza, la dejan en el piso y suspiró cuando le quitan la bolsa de la cabeza.
— ¿Me dicen como pudieron neutralizarla? – los miró. – Está loca, jamás pude controlarla.
— La drogamos.
— Vaya cosa jamás se me ocurrió – le doy la espalda y miró a Dixon. – Acabe el trabajo aquí tienes a la zorra, no me importa lo que vayas a hacer con ella, no me importa solo dame el dinero, ya te dije todo lo que querías saber.
— Sí gracias por decirnos todo sobre la Élite, ahora sabemos a quienes matar – me sonríe y uno de sus hombres le da un portafolio. – Ojala poder seguir haciendo negocios contigo, nos llevamos bien Loky.
— ¡Eres un hijo de puta mal nacido! ¡Dijiste que lo matarías!
Pasó una mano por mi cabello y suspiró, ignorándola por completo. Es parte de mi plan, de mi nuevo plan, sí quiero qué esto funcione, todo el peso va a caer sobre mí, eso me dará tiempo y así podré irme y todos los demás estarán aquí formando lo qué empecé. Dejare el país y me largaré un largo tiempo…
— Ojala, pero me quiero largar de aquí ya me tiene harto todo – me entrega el portafolio. – ¿Todo está en orden? – digo al abrirlo y ver el dinero y las drogas.
— Como siempre, yo nunca fallo.
— Perfecto – cierro el portafolio y la miró. Esto es necesario para qué sea creíble. – Un gusto hacer negocios contigo – estrecho su mano.
— ¡Loky eres un cabrón! ¡Puto drogadicto enfermo! ¡Te odio!
— ¡Ya cállate! – la miró. – Putra madre Katherine, me tienes harto, no puedo pasar ni un minuto más contigo, puta vieja enferma, castrosa que no acepto que yo la hubiera dejado, fuiste a rogarme a mi casa, solo te aceptaba por follas de puta madre. Te lo dije, no somos amiguitos ni novios, eras mi puta personal y mira, me pagaron por follar contigo, el mejor puto trabajo.
Tengo qué tragarme la bilis, me detesto por hablarle así.
— ¡Eres un desgraciado! ¡Te detesto! – se levantó como pudo y Dixon dijo que no la detuvieran cuando se acercó a mí. – Jamás hubiera estado con un drogadicto que no supera la muerte de su hermanita, eres un puto cobarde.
— Y este puto corbarde te hacía gritar en la noche – la empujo y cae al piso. – Nos vemos, Dixon.
Me pongo mis lentes y le doy la espalda, sigo escuchando sus gritos, como me insulta y dice palabras hirientes, pero no me importa. Apenas salgo del rango de vista de Dixon y sus hombres, cuando envio un mensaje y me quedo de pie escuchando los disparos. Espero cinco minutos cuando regresó y saco mi arma, los hombres de Dixon están en el piso muertos, Katherine está cubierta de sangre sin entender qué ocurre, dejó el portafolio en el piso y me acerco a Dixon que está en el piso con un tiro en cada pierna.
— Gracias por el dinero y la droga, así como gracias por la información de Enzo Gambino – le sonrió. – Pero yo soy el fundador de la Élite y tú me estabas estorbando.
— Cabrón, te vas a morir, todos conocen tu cara – escupe con furia.
— Es por eso que me iré, borraré mi rostro de todo el mundo y nadie sabrá quién es Loky Nygard de nuevo – tomó su brazo, sacó la jeringa y le inyectó toda la heroína adulterada. – Te veré en el infierno Dixon.
El efecto es rápido, veo como empieza a convulsionar y sacar espuma de la boca, me acercó a Katherine para quitarle las sogas, en cuanto se libera se viene a mí a golpearme e insultarme, pero sostengo sus muñecas y la miró.
— Este no era el plan, tú dijiste…
— Cambie de opinión, debía ser real Kath – la obligó a que me mirara. – Sabes que no te dejaría morir, estoy atado a ti maldita sea.
— Eres un cabrón – susurra mirándome.
— Y este cabrón te ama.
Junto mis labios con los suyos y la besó. Dejando que su ira y mi amor se fundan en un beso apasionado. En verdad la odio, pero también la amo.
— El caos comenzó – dice Alister llegando con un francotirador. – Es hora de que te vayas.
— Lo sé – miró a Katherine. – Te enviaré la dirección de donde estaré.
— ¿Qué? ¿Por qué te vas? ¿Qué pasa?
— Para que la Élite funcionara, alguien debía cargar con la culpa – comienzo a decir cuando escuchó el motor de mi motocicleta. – Yo tuve la idea y yo tengo que ser quien le abra las puertas por completo.
— ¿Qué significa eso?
— Que Loky es un enemigo público ahora, todo el mundo lo buscara – dijo Alister tomándola del brazo. – Y nosotros tenemos que irnos.
Katrina llega con mi auto, le doy el portafolio y me acercó de nuevo a Katherine.
— Esto era necesario nena, no estabas contemplada en mi plan cuando decidí hacerlo, pero tampoco lo cambiare por ti – vuelvo a besarla. – Lo que dije fue real – susurró a su oído.
Subo al auto, Katrina se pone en marcha y nos vamos sin mirar atrás. Mi rostro está en los noticieros ahora, todo era parte del plan, me lo recuerdo y ejecuto dicho plan. Conduzco sin mirar atrás, saliendo por el bosque y dejando a mi espalda la ciudad de Belfast.
Y aunque al principio fue una simple idea, las semanas pasaban y cada uno se movilizaba como sabía, yo me hacía más cercano a Dixon y aunque al final Katherine fue una pieza importante para esto, no creí que llegaría a sentir cosas por ella. No lo creí…
Las noticias de mí están en todos lados, pero ahora con el pelo teñido de blanco, sin barba y una nueva apariencia, camino con Katrina de la mano directo a nuestro asiento en el avión. Dublín allá vamos. Miró por la ventanilla cuando despega el avión y siento un dolor en mi corazón, como si estuviera dejando algo importante. Katherine. Ella… no soy bueno para ella, por eso la dejé sola estos últimos días, al final me iba a ir, no soy bueno. Como ella lo dijo, soy un drogadicto y eso no me permitirá hacer nada. Ella merece algo mejor que yo, eso lo sé bien.
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1 Semana después…
— Tú te quedarás conmigo al menos seis meses – digo mirando a Katrina.
— Sí, si quieres aprender algo bueno debes quedarte, no seas cobarde – dice Magnus cuando llega con su taza de café. – Loky no se irá de aquí, eso está dicho – le sonrió y niego con la cabeza. – No hagas esa cara Loky.
Quiero contener mi sonrisa pero no puedo, estar cerca de Magnus, escucharlo, verlo, sentirlo, me hace tan feliz.
— Qué condena — le sonrió. – Parece que hay cosas que no cambian, de pequeño me decías que me quedara en tu habitación y tú dormías en el piso.
— Nunca van a cambiar esas cosas hermanito, ahora iré por Viktoria y los niños, que están ansiosos por verte, tío Loky.
Magnus se acerca y nos da un beso en la mejilla, le sonríe y realmente siento que estoy en casa, veo como mi oso se pone su chamarra del FBI y se va. Estoy demasiado orgulloso de él.
— Pues yo veré a mi papá hoy – dice Katrina terminando su desayuno. – Así qué no me esperes despierto.
— Ve con cuidado pequeña – me roba un fugaz beso en los labios y desaparece por las escaleras.
La casa residencial de dos pisos de mi hermano es enorme, pero a él siempre le gustaron estás cosas, tiene una enorme piscina, un cuarto de juegos, un gran comedor, una chimenea enorme, baños en cada habitación, es una casa de ricos literalmente. Suspiró y voy al teléfono de la cocina, marcó el número que me sé de memoria y esperé a escucharla. Necesito escuchar su voz antes de que todo termine, antes de irme para siempre, antes de olvidarla.
— Hola desaparecido.
— Hola preciosa – sonrió casi de inmediato. – ¿Vendrás a verme? Aún tengo tres días antes de que Magnus me lleve a no sé dónde.
— De hecho ya estoy en el aeropuerto, cuando llegue te estaré llamando para que vengas por mí.
— Muy bien, te estaré esperando.
— Adiós idiota – escucho su risa antes de que corte la llamada.
Magnus se ha hecho cargo de todo lo que sucedió en Belfast, eso solo hace más grande mi deuda con él y es por eso que me quedare sin rechistar, además que necesito estar cerca de mis sobrinos.
Katrina se va poco después y yo me doy una ducha, mi cabello sigue siendo oscuro por obvias razones, no he tenido contacto con nadie de la Élite ni lo tendré, tengo una nueva perspectiva sobre lo que quiero para mí, pero antes de crearla, dejaré que Magnus disfrute de su hermano mayor un rato. Tomó unas llaves y voy a la cochera, viendo al menos cuatro autos, descubro de cual son las llaves y subo a un deportivo n***o y me voy al aeropuerto dónde la voy a esperar hasta que llegue.
Pasó alrededor de una hora cuando me fijo que un vuelo va llegando, me acercó y empiezo a ver todas las personas que bajan y cuando pienso que no viene ella en ese vuelo, mi corazón da un vuelco cuando la veo. Top n***o, jens rasgados, cabelo suelto y se queda de pie cuando se quita sus lentes oscuros y me mira de pies a cabeza abriendo la boca, yo ignoro la valla de seguridad y la pasó para poder irme sobre ella. Katherine se lanza a mis brazos, rodeándome y sintiendo su calor, mierda la extrañe más de lo que debí extrañarla.
— Te odio, ¿dónde está mi sexy moreno? – dice sin dejar de abrazarme. – Lo extraño a él.
— Lastima – me río y ella se separó para mirarme. – Porque ahora me tienes a mí.
— Pues que asco, mi debilidad son los morenos – acaricia mi rostro. – Pero haré una excepción – se inclina y me besa.
Pero este besó no es con prisa, no como el último que tuvimos, acariciamos nuestros labios, detenemos el tiempo y solo dejamos que nuestros labios digan lo que nosotros no queremos decir. Junto mi frente con la suya y suspiró. Es mi última vez con ella antes de acabarlo todo, es la última vez que podré tenerla así.
Sin decir nada más entrelazamos nuestras manos, tomó su maleta y salimos del aeropuerto, subo sus maletas al auto y nos quedamos mirando a la nada, estando juntos de nuevo.
— Todos te mandan saludos – dice sin mirarme.
— Gracias – suspiró. – Y espero no me digas nada más de lo que deje en Belfast porque no quiero saberlo.
— No lo iba a hacer – se para frente a mí. – Quiero estar contigo, sé que serán solo unos días y por eso quiero disfrutarlos contigo Loky.
— Perfecto – acaricio su mejilla. – Porque hoy me ayudarás con la cena, conoceré a Viky por primera vez y sé que Magnus tiene planeado llevar comida pero le daré una sorpresa.
— Pues te ayudaré.
Katherine se acerca y besa mi mejilla. Subimos al auto y conduzco hasta un supermercado, bajamos del auto y ella tomó mi brazo mientras yo tomaba cosas para la cena, cocinare aunque no sepa muy bien como lo hago. Katherine se va por el vino y yo busco lo demás para la cena.
— Un pastel, siempre es bueno – lo pone en el carrito. – ¿Qué sabes de ella?
— Es una mujer excepcional, una cuñada de puta madre, la mejor esposa y una madre muy amorosa, – le sonrió mientras la cajera cobraba nuestras cosas.