Loky
Sosteniendo la mano de Katrina, nos presentamos frente al fiscal de distrito, un juez, un senador y el concejal de Sligo, pero no lo conoceré en su territorio sino en el mío. En un club privado dónde conozco al dueño,Katrina con un vestido n***o pegado que le llega a media pierna, mostrando los tatuajes de sus piernas, yo con una camisa negra y unos jeans azules. Inhalo una línea de cocaína, mientras que Katrina se mete un par de pastillas, mientras el fiscal se fuma un porro y tiene a cada lado una de las chicas de Tania.
— Conoces lo que nos gusta – dijo el fiscal.
— Mi esposo solo trata bien a sus amigos – dice Katrina. – Saben lo que queremos, saben quienes somos, o en especial él.
— ¿Tu esposa habla por ti?
— Ella es quien manda – sonríe Loky mi trabajo lo hace – suspira. – Esto es una cortesía, los conozco muy bien y mi oferta es entrar en la política, usen mis recursos de la manera que quieran y sino mañana temprano apareceran en primera plana con sus negocios en el mercado n***o.
— No se atreveria…
— No nos quiere de enemigos – dijo Katrina. – Oh acepta o yo me encargo de ponerlo en todos lados.
— ¿Y qué quiere? – dijo el juez.
— En mi luna de miel estudie lo que hacen, necesitan alguien que se deshaga de los cabos sueltos, que sus compras de votos y todo eso sea extraoficial, nada que los relacione a una mafia.
— ¿Quieres ser nuestro asesino? – dijo el senador.
— Empecemos con eso, tengo todo lo que ustedes quieren.
Palmeó la pierna de Katrina y nos levantamos. Sin decir nada más salimos del privado y dejamos que las chicas de Tania entren, ellas ya tienen indicaciones de que dejarles para que cuando ellos despierten mañana sepan qué hacer.
Vamos al bar y bebemos un poco, miró el lugar y la verdad me gusta este ambiente.
— ¿Qué piensas?
— Abramos un bar – digo mirándola. – Un bar nuestro, yo de barman, tú de sexy mesera ¿qué dices?
— Primero vendamos el negocio de las acciones y después hablamos de donde sentar cabeza.
— Es obvio que en Belfast, tengo que hacerme cargo de muchas cosas antes de enfrentarme a los italianos – suspiró.
— Eso es cierto – me mira. – Voy al baño, después vamos a cenar algo, me muero de hambre.
— Concuerdo contigo linda.
Pido otro whisky y vuelvo a ver todo el club, será bueno tener un negocio propio para no estar en casa todo el día. Aunque no quiero regresar del todo a la cabaña, tal vez tener una casa en el centro con Katrina o en el Norte de Belfast, no lo sé, tenemos que ver todo eso. Miré mi anillo de bodas, sé que esto es solo un matrimonio por un año, pero debo admitir que es lindo tener a alguien a tu lado, claramente no es la chica de El Caribe pero me conformo con la que tengo.
— Señor Nygard, alguien lo busca en uno de los privados.
— ¿A mí? – la chica asiente.
— El privado tres.
Me bebo mi whisky y subo de nuevo esas escaleras, voy al privado tres, abro la puerta y veo que las luces están rojas, la mesa está libre y no hay nadie más, me siento sobre el sofá de piel y esperó para ver quién demonio me busca.
El sonido de la música del privado cambia por uno más sensual, ¿alguien me pagó alguna chica? No lo sé, pero me acomodo para ver mejor lo que pasará. Al escuchar las zapatillas y la cortina deslizarse, sonrió al ver que no era ninguna puta desconocida, sino mi puta personal, mi esposa.
Katrina se soltó su cabello, caminó hasta quedar cerca de mí y la miró con deseo, quiero tenerla saltando en mi polla. Lleva sus manos al cierre de su vestido y veo como cae, dejando libre sus pechos, sus pezones con piercing me ponen duro. Tiene solo una tanga blanca que cubre apenas lo necesario.
La forma en la que se mueve me deja en un limbo, pues mi cabeza me juega sucio, al no ponerme a Katrina bailando semidesnuda, sino a Katherine. Quiero follarla con la imagen de Katherine en mi cabeza. Desde el Caribe me he descargado en Katrina tantas veces que ella está tan satisfecha, pero si supiera que en mi cabeza estoy follando a Katherine, seguramente me mataría.
Veo como recorre su tanga a un lado mostrandome su sexo caliente y chorreante. Paso la lengua por mis labios. Quisiera decirle a mi mente que es Katrina y no Katherine, pero no puedo, estoy tan duro y caliente, que solo la tomó de las caderas, abro mi bragueta y la penetro. Mi cabeza fantasea con ella desde que irrumpí en su habitación aquella noche, sé que estaba mal, pero me enfureció tanto saber que estaba con alguien más, que hizo su vida sin mí y sé que le dije que lo hiciera, pero me jode mucho. Los gemidos de Katherine se hacen cada vez más fuertes, chupo y lamo sus pezones, sintiendo el piercing en mi lengua, frotó su clítoris y veo como empieza a venirse a chorros, sacó mi m*****o y me corro en su tanga.
La ilusión en mi cabeza acaba y solo veo a Katrina hecha un desastre. Me maldigo por volverlo a hacer, la besó y la levantó. Es mi esposa y la trató como una puta mientras pienso en una mujer que ya ni siquiera es mía.
— Es por está razón que me casé contigo.
— Creí que fue por amor – me burlo en su cara y ella puso los ojos en blanco. – Vamos a casa, suficiente puteria por un día.
Y la noche se repite igual desde que la vi en Caribe, no puedo dormir y salgo de la cama a las tres de la mañana, la jodida hora del diablo me levanto pensando en ella. Dejando a mi esposa en la cama, salgo de mi casa simplemente a dar un paseo, caminar sin gente en las calles, tal vez fantasmas son lo que veo, pero no me importa. Sigo teniendo esa cadena en mi cuello, la saco y veo el anillo que ella me dio, perdió su brillo pero sigo conmigo.
Volveré a Belfast y me he dicho no volver a caer con Katherine, una bruja que me hechizó desde que la vi, jamás debí seguirla a ese baño, ni aceptar su propuesta de acostarnos lo que durara el trabajo. Pero aunque hubiera una máquina del tiempo no me detendrá de hacerlo, Katherine fue lo mejor que me pasó y así quedará. En el pasado.
Guardo ese anillo y regresó a casa, vuelvo a la cama con mi esposa y trató de dormir.
Me encuentro en la oficina del alcalde, todos con los que estuve ayer están aquí sentados y hay más personas. Es momento de iniciar con el verdadero trabajo. Se hace la debida presentación, me quedo mirándolos y entonces me muestran en la pantalla a un grupo de activistas de Belfast.
— Están encontrando cosas que nos perjudicarán, si dices ser bueno, deshazte de ellos y cuando termines podremos decidir si eres apto o no.
Me dan la información necesaria de los activistas y me voy cuando todos llegan al acuerdo de que deben juzgar mi trabajo. Katrina ahora mismo está lidiando con las acciones de su padre en el mercado n***o, por lo que haré el trabajo yo solo. Subo a mi auto y conduzco a casa, un grupo de activistas que siempre se mantienen a la lente de la prensa y que de pronto es asesinado, debe ser meticuloso y no levantar demasiadas sospechas.
Fumando mi tercer cigarro, llamó al líder de dicho grupo y con las palabras correctas, accedió a verme y después llevarme con su grupo. Ahora tengo que crear la escena del crimen perfecta, la policía y la prensa deben decir que esto fue un acto de otro grupo, por lo que investigo con quienes tienen problemas y llamó al líder del otro grupo activista. Hablé con él y conozco cuales son sus diferencias, le hago creer que estoy de su lado y entonces organizó cómo se llevará a cabo todo.
Me pongo ropa negra, mis guantes, sacó mi arma y le pongo silenciador, así cómo también sacó uno de los químicos experimentales que tengo y usare cuando tenga a todos. Subo a mi auto y voy a la ubicación que me han dado, ya es de noche lo que facilita que nadie me reconozca, amarro mi cabello en una liga.
— Jefferson es un gusto conocerte – me saluda con una amigable sonrisa.
— El gusto es mío Otys – le sonrió.
El grupo activista se rebela contra la política porque han asesinado a muchos, tienen tratos con mafias, pandillas y lo peor es que los han visto hacer tratos. Me pongo de su lado, le hago creer que estoy más que de su lado y dispuesto a todo. Por suerte tenían una reunión y me llevaron con el grupo, están en una bodega porque se supone que ya tienen prohibido reunirse para protestar, lo que hace más fácil mi trabajo. Tras presentarme a todo el grupo, voy a la mesa de aperitivos y veo el café que van a servir.
— Déjame hacerlo a mí, quiero apoyar en algo – le digo al chico que me sonríe y deja que lo haga.
No me he quitado los guantes para nada, abro el pequeño frasquito que cargo y lo vacío en el café, y finjo que sólo disuelvo la azúcar, entonces comienzo a servir los cafés y poco a poco todos van teniendo uno en sus manos y lo van bebiendo. Mientras todos beben el café me aseguro de que las puertas estén cerradas y analizo el lugar, preveo cómo caerá la gente y cómo podré hacer mi cometido.
Entonces me siento en una esquina, sacó un cigarro y veo como caen uno por uno, desesperado por salir, solo me miran y les sonrió para que sepan quien fue quien los está matando. El último cae, entonces comienzo a disparar a las paredes, varios de ellos se llevan un disparo y al final de tres cargadores, todos tienen un tiro mortal que los hizo “morir desangrados”.
Salgo del almacén y sacó un teléfono desechable, marcó al 911.
— ¿Hola? Dios mío, escucho muchos disparos en la boda del Norte de Belfast, creo que son dos grupos. ¡Hay santo Dios! Creo que se están matando – mi voz se oye preocupada y angustiosa, algo que nadie reconocerá si oye las grabaciones.
Corto la llamada, rompo el teléfono y subo a mi motocicleta. A guardar a un par de kilómetros y veo como el lugar se llena de luces, patrullas y ambulancias. Tiró la colilla de mi cigarro y me voy. Son casi las dos de la mañana, pasó por el centro de la ciudad y me detengo cerca del hospital cuando veo su melena café oscuro. Tiene su uniforme de doctora, debió tocarle el turno nocturno, y no está sola está con dos doctoras más.
Suspiró.
Mirándola desde la oscuridad de la noche, viendo como es feliz y cómo hizo su vida sin mí. Me conformo con eso. Verla de lejos. Siento un pinchazo en el corazón.
Escucho que las sirenas se acercan y me acomodo en la motocicleta, la miró una última vez antes de irme rápido de aquí.
— Si te llegaras a ir…
— Ni siquiera muerto dejaría de verte – interrumpo mirándola. – Estaré viéndote desde las sombras, en la profundidad de la oscuridad me verás.
— Eso suena acosador, pero sí te veo así, modo tétrico en la oscuridad – se ríe.
— Siempre estaré contigo Katherine Hyde y no es una promesa.
— Cumple tu amenaza Loky Nygard.
En mi oscuridad solo había una estrella que brillaba y esa era ella. Ahora solo tengo una pequeña farola que a veces brilla y otras no.
Vender las acciones en el mercado n***o atrajo mucho la atención, aunque si se supiera que estamos haciendo trampa nos matarían. Una venta en el mercado n***o se la queda quien más dé, yo estoy en dos computadoras a la vez, Megan está en otras dos y el abogado en tres más, mientras Katrina hace la venta de las acciones de su padre, nosotros las compramos bajos diferentes nombres.
Trabajaremos las acciones bajo otros nombres, así los italianos tendrán que buscar otro modo de perjudicar a Katrina. La venta termina y del 100% cada uno tiene un 10% y el resto ha sido vendida a verdaderos compradores.
— Mi benefactor será Loky – dijo Katrina.
— ¿Por qué piensas que vas a morir antes que yo? – digo mirándola. Estamos haciendo el testamento de Katrina y me descoloca que me ponga a mí cuando soy el que está más propenso a morir. – Pon a tus hijos.
— No voy a tener hijos, así que te los pondré a ti.
— Katrina…
— Ignoralo – le dice al abogado. – Loky Nyagrd tendrá lo que es mío y si tú llegas a tener una hija se los pasaras – pongo los ojos en blanco.
No puedo pelear más, todo lo que yo tengo se lo pasaré a Magnus y sus hijos de él, por ende las acciones que Katrina me deje serán para él y sus hijos. Firmó el testamento y revisamos el mío.
— 2009 el año en el que nos conocimos – susurró Katrina al ver la fecha.
— Tenía todo planeado para suicidarme – digo mirando la fecha. – Hasta que una chica loca cayó en mis brazos – le sonrió.
— De no ser por mí… – calla y se le forma un puchero.
— Oh preciosa – la abrazo y dejó que llore en mi pecho, mis ojos se llenan de lágrimas al recordarlo. – El 2009 ya está diezmo años atrás, tú y yo estamos en el futuro ¿sí?
— Lo sé, es solo que – suspira y le limpio las lágrimas. – Para mí fuiste el chico con el que más me divertí, que me enseñó lo que era ser libre y para ti yo fui la chica que te salvo de suicidarte.
— Por algo eres mi mejor amiga, una parte de tu alma le dio vida a la mía – acarició su mejilla y beso su frente. – Siempre serás mi mejor amiga.
Revisamos el testamento y solo cambio una cláusula, si muero quiero que una parte de mis beneficios pase a Katrina.
— Megan me espera ¿me necesitas?
— No, ya es solo revisar mi testamento – le sonrió. – Nos vemos en un par de días ¿no?
— Así es – se acerca, me da un fugaz beso en los labios y se va.
Katrina habló con Elena y le ha dicho que concretara la reunión con Eric, lo que significa que regresare. Miró al abogado un momento y vuelvo la vista al testamento, Katrina fue mi salvavidas y la amare por eso, porque gracias a ella pude conocer lo que era enloquecer por amar a alguien, estar tan extasiado de amor, pude sentir todo eso con Katherine y sin Katrina nunca hubiera podido hacerlo.
— Quiero añadir un beneficiario más – digo y el abogado asiente con la cabeza. – Katherine Hyde.
— Muy bien – anota el nombre. – Entonces, Magnus Nygard, Katrina Petrova y Katherine Hyde son los beneficiarios de su testamento ¿es correcto?
— Lo es.
Mi hermano tendrá la mayor parte, él será feliz y tendrá hijos y es algo que lo especifica, sus hijos tendrán la mayor parte de mis cosas. Katrina tendrá una parte y Katherine tiene que tener algo de mi parte, debe saber que a pesar de todo, siempre la amaré y que voy a morir amándola más que a nada.
Terminé con el abogado y enseguida recibí una llamada. Sin Katrina a mi lado acudo a la reunión con los políticos, dejaré algo en claro porque sé bien que en este mundo se entra, pero no se sale con facilidad, o sales muerto o sales con esposas y cadenas y no dejaré que ella esté en esto.