Capítulo16

3356 Words
Loky Elena me ha puesto de vuelta en el hipódromo, mis caballos siguen siendo entrenados, a pesar de haberme ido, dejé que mis caballos estuvieran bien entrenados y en buenas condiciones, volver a casa sin verlos era algo… demasiado raro, pero ahora miró cómo todo vuelve a su lugar, mis caballos, mi gente, mis autos, Loky Nygard deja de ser un secreto de estado y vuelve a Belfast como el puto Rey. El hipódromo mejoró, sigue siendo ganaría lo mismo, quien no está acuerdo con el final pueden matarse y quedarse el caballo, sí me hubiese quedado solo como jinete, que como empresario. Magnus y Viktoria han querido conocer de primera vista lo que es mi mundo y lo único que les he dicho es “no actuen como policías, están aquí para divertirse no para joder.” Raúl me ha reconectado con muchos de mis viejos contactos, pero es aquí donde todos sabrán quien soy y qué he vuelto al rodeo. Raúl ya está con Alix, quien aún se hace cargo de las fiestas clandestinas y que es dueña de las jaulas, una dominatrix con la que pase mucho tiempo. — Maldición, el crimen solo te puso más bueno de lo que estabas – dijo Alix cuando me miró. – Sexy mi chico. Se acercó y me besó, nunca me opuse a sus muestras de afecto y a Katrina no le molesta tampoco. — Alix – le sonrió la abrazó de la cintura. – Te presento, mi hermano y su esposa, y bueno ya conoces a la mía. — Solo cambie el término de mejor amiga a esposa – dijo Katrina besando sus mejillas. – Me encanta tu atuendo. Acaricio el cuero n***o que tiene Idania sobre su piel, siempre mostrando sus atributos. Viktoria se acerca y le da un besó en la mejilla, me gusta que no se sienta incómoda y lo atribuyo mucho a que es una gente que entrena para este tipo de escenarios. Alix no se queda atrás pues besa a Magnus justo cómo a mí y Viktoria solo sonríe divertida al ver como se puso Magnus, completamente rojo. — Este lugar es increíble – la voz de Tania me hace sonreír y trae a varias de sus chicas. – Loky, cariño – me da dos besos en las mejillas. — Alix, nena hola. — Hola perla – las dos mujeres se saludan como si se conocieran de toda la vida. – Hoy te voy a mostrar que mi mejor peleador es este hombre hermoso. — Creeme lo he visto en acciones de muchas maneras, sé que es el mejor – me da un guiño. — Recuerden que después de la pelea iremos al sur, hay una fiesta que organicé para que conozcan a mi preciosa Tania – dije mirándolas. — Lo sabemos, ahora vete y prepárate – dijo Andrómeda. – Todos deben ver que Nygard está de vuelta. — Traje a tu chica – dijo Tania y miró a Trini que se ve mucho mejor que la última vez. Trini se posa a mi lado y yo le sonrió, me voy junto con Raúl a la zona dónde nos preparamos. Raúl le explica a la chica cómo debe ponerme el traje, las botas, me amarro el cabello y me preparo para salir a correr, Maia entra a la habitación y me sonríe como siempre, me da un beso en la mejilla y mira a Trini. — Es mi chica – digo mirándola. – La reclame en Roma. — Oh, bueno cómo sea – dijo Maia. – ¿Nervioso? Te vas a enfrentar a uno de los mejores jinetes de Escocia, nunca ha perdido. — Jamás he estado nervioso – la miró. – Es hora de reclamar lo que es mío y demostrarle al mundo quien jodidos soy. — Así se habla – mira a Trini. – ¿Es tu sumisa o tu esclava? — Digamos que algo de las dos – sonrió y la miró. — Ya está señor – dijo Trini. — Perfecto, entonces te veré fuera – dice Maia dejándome con Trini. – Por cierto, ella no vendrá le tocó doble turno. No necesitaba saber ese dato. He tratado de mantener a Katherien fuera de mi mente, pero ayer en la playa sentí que no podía controlarme y mucho menos cuando llegó Samuel. Necesito mantenerla fuera de mi cabeza o me va a volver loco como antes y voy a cometer putos errores como lo de Thomson, no necesito eso y menos ahora. Me quito el anillo, aunque no quisiera, no quiero perderlo por si algo sale mal. Le doy un beso al anillo y le dejó todo en manos de Trini. — Cuida el anillo con tu vida. — Sí señor. Salgo de la habitación con Trini a mi lado, el lugar está abarrotado y Raúl me avisa que Elliot está aquí y que ha apostado una enorme cantidad en mi favor, políticos, doctores, policías y todo el que cree decirse justo está aquí, en una pelea dónde se entra a matar o morir. Katrina está con Viktoria y Magnus justo al frente. Lix y Tania están en la entrada, viendo y hablando sobre todo, me acercó a ellas y miró cómo la carrera está por acabar cuando el más joven está en el piso siendo molido a golpes, reconozco al hombre, es Marcos era bueno pero ahora es muy bueno. Cuando la pelea acaba, hay chicas locas por él esperándolo. Al salir de la arena tiene una sonrisa de triunfo pero cuando me mira su rostro se descompone y se acerca a mí. — Dime que no es una pesadilla – dice mirándome. Tomó su rostro para que pueda mirarme bien y le sonrió. — Te volviste bueno cabrón. — Nygard – me sonríe y casi me abraza. – Bienvenido hermano. — Gracias – le sonrió. – Disfruta de la pelea. — Claro que sí hombre – rodeándome de los hombros mira a todo el mundo y grita. ¡El mejor puto peleador ha vuelto a las jaulas! ¡Nygard! Le sonrió y me suelta solo para irse a sentar en las primeras filas ignorando que debe curarse las heridas. Trini se acerca a mí y me muestra el polvo blanco o una jeringa con droga, le señaló la jeringa y dejó qué me la meta en las venas. Raúl da la presentación, entro y todos explotan en gritos de sangre, me conocen y saben quien soy y quien no lo sepa, ahora lo sabrá. El contrincante es más grande que yo y un poco más robusto, pero eso no me impedirá nada. Nuestros caballos se alinean, puedo ver el filo en sus botas, eso no sería un juego limpio, acaricio a mi caballo, vamos a prepararnos para pelear. La primera vuelta es tranquila, pero como empieza el tiempo de la segunda, la verdadera pelea comienza, no sólo contra mí, es herir a mi caballo para que deje de correr, logra empujarme y me empuja, apenas me sostengo del caballo, este no deja de correr e incluso toma la delantera aunque casi este en el piso. — ¡Levantate Nygard! Ese grito me trajo un gran deja vu cuando corrí en otra carrera con Dalgoth, tomó al caballo con fuerza y me siento de nuevo en la silla, y entonces la veo. Katherine está con Elena y Alister, gritando con euforia. Mi chica. Estamos llegando a la tercera vuelta y aquí no me quedo quieto, hago justo lo qué él hizo aunque tenga que dañar a su caballo, lo sigo empujando y en una vuelta él cae de la silla y con mi caballo me apresuro y llegamos a la meta. Bajo del caballo listo para enfrentarme con él y no es tardo, se me viene encima a los golpes, con tres movimientos le rompo el cuello y lo dejó en el piso, ganándome la victoria. — Ya no es tan sangriento como antes – dijo Lix mirándome. – Rompedor de huesos, me gusta. — Te dije que había cambiado – dije mientras me acercaba a dónde estaba mi hermano. — Los cambios siempre son buenos, tengo que trabajar pero los veré más tarde en la fiesta – se acerca y me besa. – Nos vemos Loky. Magnus se acerca y me mira con una gran sonrisa, Viktoria toma mi rostro y ve los golpes que tengo. — Vas a vivir, por desgracia. Pongo los ojos en blanco y le sonrió. — Eric – escucho la voz de Elliot y me giro. – Me hiciste ganar una puta fortuna, por algo eres el puto mejor – dice con una gran sonrisa. — Bueno, una probada de lo que hago – le sonrió. Elliot sigue diciendo lo mucho que le gusto la pelea, al final se va cuando un par de las chicas de Tania atraen su atención. Trini me da mis cosas y me las pongo, me quita las vendas y cuando estamos por irnos, veo que Elena viene con Katherine. Trató de no mirarla pero mi cabeza recuerda la primera vez que la traje aquí, ella abrazándome, gritando con euforia que lo matara. Ella me dio una fuerza sobrenatural. Siento mi corazón latir con fuerza. — Cómo siempre maravilloso – dijo Elena. – Aunque poca sangre, no me gusto eso. — Sádica – le sonrió. Katherine me sorprende dándome un abrazo, casi me quedo sin respirar cuando sentí su fragancia a rosas, sentir su calor y sus brazos, mi cabeza trae los recuerdos de ella sosteniendo mi mano, mi casa, la primera vez que dijo que me amaba, cada locura con ella. Mi chica. Acaricie su espalda y se separó de mí para verme con una gran sonrisa. — Tendrás que dejarme revisar esas heridas – dijo mirando mi rostro. — No he muerto por esto – trató de apartar sus manos pero me sostiene con fuerza. — En la fiesta te las voy a curar. No deja de acariciar mi piel. Quiero mantenerla lejos de mí. Pero es jodidamente imposible. No me importa realmente que Katrina esté aquí, y tampoco me importará si Samuel está aquí. La quiero. Me vuelve loco tenerla cerca, pero me enloquece más no tenerla conmigo. Una noche, necesito mandar a la mierda todo una puta noche. Necesito una dosis de ella porque está abstinencia me está jodiendo demasiado. — Señor el auto está listo – dijo Trini y atrajo la atención de Katherine. — Perfecto – tomé la cintura de Katherine y ella me miró. – Te vas en mi auto. — ¿Estás loco? — Sí. Trini viene detrás de nosotros, salimos de las jaulas y veo el auto, abro la puerta y empujo a Katherine en su interior, entró y enseguida entra Trini. Escucho la voz de Katrina y de Viktoria diciendo mi nombre pero lo ignoro. Trini le dice al chofer que nos vayamos. — Loky no puedes hacer esto. — Mírame, lo estoy haciendo – la miró. — Estoy comprometida y tú estás casado, está mal. — Magnus fue de chismoso y te dijo todo, sé qué sabes que estoy casado con Katrina por un puto contrato. — Pero siempre ha sido ella, Katrina es tu salvavidas tú mismo lo dijiste. — Es y será mi salvavidas, pero mi puto oxigeno, mi vitalidad eres tú – se queda callada. – Dos putos años trate de olvidarte, de seguir adelante pero puta madre, no te puto vas de mi mente, me volviste loco. Katherine se limpia una lágrima que desciende por su rostro, mira a la ventanilla y no dice nada. Tal vez fui un idiota por decirle todo esto, pero no podía callarlo más. Llegamos al lugar de la fiesta y ella se baja sin decirme nada más, Trini baja conmigo y cuando entramos todos me felicitan por la buena pelea, voy a la barra y me siento. — Hay que curarte esas heridas – dijo Viktoria cuando me vio llegar. – ¿Dónde estabas? — Comportandome como pendejo – suspiró y pido un trago. — Vaya aquí estás, te estuve buscando – dijo Katrina. – ¿Estás bien? — De puta madre – susurró. — Tani tiene algo preparado y te lo quería decir antes – dijo Katrina. — Se lo dirá cuando cure sus heridas – dijo Katherine, casi empujándola para sentarse frente a mí. — No lo necesito – digo mirándola. — No te pregunte – dijo mirándome. Ahí está esa loca que recordaba. No dije nada y deje que ella me comenzara a curar las heridas. Ignore a Katrina a Viktoria, solo tenía ojos para la mujer que está tomando mi rostro, veo la furia en sus ojos y aunque tenga el rostro relajado, está molesta, la conozco bien. — Al menos está vez no fue tanto en la cara – dijo cuando terminó. — ¿No deberías estar trabajando? — Tal vez – se levantó y se fue. Loca. — Aquí estás – dijo Tania. – Tengo una idea, un show que representara lo que mi club hará ¿qué dices? — ¿Cúal es tu idea? – digo metiendome dos pastillas a la boca y tragandolas con un shot de tequila. — Todas las chicas, presentándose con un atuendo diferente y sobrenombres, dando un show y los hombres con la identidad oculta bajo máscaras y una túnica negra, podrán elegir a quien ellos quieran, pero si logran descubrir quién es su pareja se pueden llevar un premio. Mi vista va a Katherine que está con Maia y Elena hablando, ella me mira unos segundos antes de volver la mirada a sus amigas, es Lara quien me mira y solo da esa sonrisa cínica que tiene. — ¿Todas las chicas? – digo sin quitar la mirada de Katherine. — Todas ellas. — Hazlo – la miró. Tania se va emocionada y reúne a todos, cuando da la idea veo que a varios les gusta e incluso a Viktoria le gusta la idea. — Pero será trampa – dijo Maia. – Magnus y Loky tienen ojos únicos. — Ellos pueden ponerse lentes de contacto – dijo Tania. — Entonces sí. Tomó un whisky y escucho a las chicas que están detrás de mí hablar, me giro y veo que son Katherine, Elena, Viktoria, Katrina y Tania. — Loky sabrá quien soy rápido – dijo Katrina. – Conoce mi cuerpo mejor que la palma de su mano. — Eso dio lo mismo de Magnus – dijo Viktoria. Katherine me dio una mirada antes de irse con ellas. Magnus se acerca y se sienta a mi lado, pide un trago y me mira. — No disimulas ni un poco que aún la quieres. — Solo es una noche Magnus – lo miró. – Necesito tenerla una noche para no enloquecer. — ¿Y sí no te basta? Sé qué en el pasado no fue así. — Creeme, está vez tengo a más a mi lado. — Pero no a todas las quieres como a ella. Yo solo digo hermano, qué el tiro te puede salir por la culata. — No me casaré con ella ni tendré hijos, solo deseo poseerla y que sepa que nadie más que yo puede hacerla sentir como yo. — Eres tóxico. Le sonrió y nos trajeron las túnicas negras, máscaras como si fuéramos a la ópera, tendremos el rostro completamente oculto, me pongo los lentes de contacto y me miró en el reflejo del espejo del bar, no me veo mal de ojos oscuros. — Es hora del show – dijo Alister. — Pues vamos. Los shows de Tania son los mejores, en Grecia tuvo un par y siempre atinaba a tener a Trini conmigo. Pero está noche será diferente, nos sentamos en la primera fila, hay pequeñas mesas y las chicas de Tania son las que nos atienden con tragos. El escenario se apaga, una luz enfoca a Tania y sonrió al verla en su atuendo completo de látex. — Está noche conocerán a las Diosas en su forma mortal, tomen lo que quieran, deseen lo que quieran, está noche es para pecar y comer del fruto prohibido. Sin más preámbulo, nuestras Diosas. Una noche… solo una noche. El escenario se apaga, una luz neon morada ilumina el escenario y suena The Weekend de fondo, las chicas comienzan a salir y casi me río al ver que tiene una peluca rubia, antifaces y atuendos sensuales de la época antigua de Grecia. — Esto debe ser una broma – dijo Alister. – Si todas son rubias apuesto a que tiene los ojos azules solo para rendirte honor a ti. — No lo dudo – digo riendo. Las chicas comienzan a bailar, cada una moviéndose de forma sensual y listas para hipnotizarnos a todos los hombres. Se acercan lo suficiente para que podamos verlas, pasó la mirada de entre todas ellas y entonces veo algo que solo podría reconocer en alguien a quien tengo grabada en mi puta cabeza. Esos pechos y esa piel bronceada que brilla, mi chica. Miró todo su cuerpo, sus piernas, sus curvas definidas, su rostro angelical, su sonrisa que marca sus hoyuelos. Katherine. Las chicas terminan de dar su show y entonces cada una comienza a bajar paseandose entre las mesas, no la pierdo de vista hasta que una chica se pone sobre mí y cuando la miró sonrió al ver que está es otra belleza afrodisíaca que nadie más merece. Viktoria. Su piel pálida, esa salpicada de pecas en su rostro, su rostro fino, sus largos y delgados dedos que toman mis músculos. Sus tatuajes hacen que su cuerpo angelical se vea como un pecado. Sin duda mi hermano tiene una puta suerte del mundo, si llegan a tener hijos, serán jodidamente hermosos. Mis manos apenas si tocan su cuerpo, por más tentadora que sea, yo ya tengo un objetivo. Baja de mi regazo antes de volver irse a otro lado. Miró a Magnus y él tiene a otra chica en su regazo, parece embelesado. Si supiera que acabo de tener a su esposa en mis piernas… me acomodo en mi lugar y la busco, necesito tenerla. Está paseándose en una de las mesas cerca de mí, ella levanta la vista y me mira, sin decir nada viene a mí contoneando sus caderas. Mis manos toman su cintura cuando la tengo cerca de mí, ella jadea cuando siente mi toque en su piel. La siento en mi regazo, ella mira mis ojos a través de la máscara, tal vez no pueda ver mis ojos azules pero sabe que soy yo. En el momento que su pupila se dilata. La música cambia de pronto, ella baja solo un poco para acomodarse en mis piernas, me rodea con ellas, sus manos pasan por mis músculos y la veo bailar sobre mí sensual. La burbuja que hace tiempo creí había dejado de existir regresa, el mundo desaparece para nosotros. Solo es ella y yo, como antes. Mis manos acarician su piel, sus manos van a mi cabeza la inclina y la lleva directo a mi manjar, sus pechos. Katherine se sienta sobre la mesa y abre sus piernas, dejando ver mi paraíso infernal, la tanga apenas cubre lo necesario. Mi boca se hace agua. Katherine se inclina un poco y se acerca a mi oído. — Folla a tu Diosa. Quiero follarla, pero quiero disfrutar de esto. Mis manos acarician sus piernas, y llevo mi mano derecha a su tanga, está caliente y tan mojada. Apenas pasó mis dedos sobre ella y la veo estremecerse. No pierdo detalle de su rostro, hago a un lado su tanga y meto mis dedos, acaricio su sexo y humecto mis dedos de su humedad. Sus labios están hinchados y veo su pecho subir y bajar. Quisiera poder probarla, pero eso quitaria el misterio de follar con un “desconocido” por los dos sabemos bien quienes somos. Introduzco dos dedos en su interior y la escucho gemir. Solo aparto la vista un segundo y veo que el show de las Diosas acabó y ahora nosotros somos quienes damos el show porque tenemos la vista de todos sobre nosotros.
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