Capítulo 19

3475 Words
Katherine Una nueva órden de órganos está lista. Miró cómo el resto del cuerpo se desintegraba mientras sacaba un cigarro. Mi cabeza no deja de darle vueltas a una sola persona y es Loky, la idea de perderlo me dio tanto pánico, ni siquiera cuando Denisse… no debería de pensar en ella, es mi pasado, y Loky también debería ser mi pasado. Miró mi dedo con la argolla de compromiso, la boda será en un mes y 18 días, lo tengo presente porque cada día siento qué estaré más lejos de Loky.. Él está casado con Katrina, debo recordarme eso… pero la noche en dónde fingimos ser putas, estar con él mientras alteraba la droga de D’angelo, casi perderlo. Mi corazón y mi cabeza no piensan con claridad, mi teléfono comienza a sonar y el nombre de Samuel ilumina la pantalla, no respondo, no quiero escucharlo ahora. Mi teléfono vuelve a sonar y ahora es Viktoria, no dudo en responder. — Hola Viky. — ¿Qué pasa Viktoria? — Puah por algo estás locamente enamorada de Loky, son iguales – sonrió sintiendo mi corazón latir con fuerza. – En fin, es mejor qué lo sepas primero qué Loky – suspira y sé qué no es nada bueno. – Carlo está hablando y el fiscal quiere mantenerlo cómo un activo del FBI. — ¿Eso qué significa? — Qué Carlo podrá conseguir un trató e irse a Italia… No. No. No. Carlo en Italia, con su hermano de vuelta. La bilis se me sube a la garganta, Loky será el primero qué van a querer matar y después seré yo, amenacé a Lorenzo. — ¿No hay otra forma? Algo con lo qué no lo dejen ir. — Sus abogados son buenos y la verdad es qué no hay nada sobre las drogas con él, Esposito es quien tiene todo y está en Italia. — No, Viktoria, sí Lorenzo se va… — Lo sé, estará en su territorio y estaremos jodidos. Magnus trata de hacer todo por dejarlo en el país, estamos luchando pero… – un breve silencio. – Sé qué tu relación con Loky ahora es mala, pero te necesito con él, Magnus le llamara en cuanto yo termine de hablar contigo. No. Terminó con el cuerpo del tipo, y meto todo a mi camioneta, conduzco directamente a su casa de la playa pero está vacía. Loky no está y tampoco hay rastro de Katrina… la cabaña, ahí debe estar. Conduzco cómo loca hasta llegar al camino del bosque y justo cuando estoy llegando veo a Loky tomar su casco, me bajó de la camioneta y veo qué Loky me mira, aún cojea de su pierna pero ya no es tanto. — No me jodas – maldice. – Viktoria ya te lo dijo y por eso estás aquí. — Loky cálmate – digo poniéndome frente suyo. – Ya tienes a Lorenzo en tu culo, no vayas a hacer algo en contra de su hermano, suficiente tiene con lo que le dije yo… — ¿Qué? Calle. Mierda. Hable de más. Loky se aparta de la motocicleta y viene a mí, retrocedo cada vez más hasta qué me arrincona contra mi camioneta. — ¿Qué mierda acabas de decir Katherine? — Nada. — ¡Dilo! — ¡Estaba furiosa! – le gritó. – Antes de qué se llevarán a Lorenzo a Dublín, hable con él – lo miró, está furioso, respira muy fuerte. – Le dije qué sí volvía a tocarte iría por lo qué él más ama, Igor, su marido. — Le dijiste qué… — Conozco a Igor, y sabía qué ese sería su punto débil, así cómo él sabe que tú eres el mío – trago saliva. Él me sigue mirando cómo si quisiera matarme. – Mataré a Igor, le quitaré todos los putos órganos y se los daré de comer. Sólo si te hace algo… Loky estampa sus labios con los míos en un besó furioso y lleno de rabia. Siento su mano en mi cuello, mierda, esto es furia total. Rompe el besó, mi cabello está desordenado, mi respiración agitada y mi corazón cómo caballo desbocado. Loky suelta un grito y tiró su casco, pasa sus dedos con brusquedad por su cabello y me vuelve a mirar. — No sé qué hacer contigo Katherine Hyde. Quiero asesinarte por lo qué hiciste – se acerca a mí y jadeo. – O postrarme a tus pies y volverme tu esclavo. — No hice nada qué no hiciera tú – susurró, atrapandome en su profundo mar azul. – ¿O ya lo olvidaste? Asesinaste a Thomson por mí. — Amenazaste a Lorenzo D’angelo con asesinar a su marido, por mí – veo su sonrisa y eso hace qué mi corazón lata con más fuerza. – A la mierda. Vuelve a besarme, totalmente resignado, cómo si se rindiera por fin… a mí. Me hace rodearlo con las piernas y me sujeta con fuerza llevándome al interior de su casa, justo dónde todo inició para nosotros. No me bajó hasta qué estuvimos en la cama, de pronto me soltó y lo miré, la rabia se disipó, ahora sólo había deseo y lujuria. Trague saliva y mordí mi labio, mi pecho subía y bajaba, su intenso mar azul me miraba con detenimiento, tomó mi mentón y volvió a besarme, esta vez era un besó necesitado, cómo si mis labios fuera el manantial para saciar su sed de mí. — Loky – susurré y puso su dedo en mis labios. — Shhh… quiero disfrutarte, no solo poseerte – volví a mirarlo a los ojos. Loky no era así, y parece qué él mismo está sorprendido de él. Sin embargó, pasa sus dedos por mi mandíbula y sonríe un poco, formandole un hoyuelo. – Necesito esto, Katherine. — Sí – dije completamente hipnotizada por este nuevo cambio. – Hazlo. Loky asintió con la cabeza, se levantó y salió un momento de la habitación. Sé bien el hombre qué es Loky, toma todo lo qué tiene a su merced, lo hace cómo quiere y lo desecha, lo hizo más de una vez conmigo, pero desde aquella vez en el club, cuando me follo frente a todos, vi su necesidad y ahora, él va a saciarse de mí hasta quedar embriagado. Regresa después de unos minutos, estoy sentada en la cama, lo veo cerrar la puerta, su oscuro mar me hace cosquillas en mi entrepierna húmeda. Trago saliva cuando viene de nuevo a mí, extiende una de sus manos y la tomó, me levanta de la cama, estoy frente a él, un par de centímetros más alto qué yo, tengo qué mirar hacía arriba para hundirme más en su mar. No hay palabras, sólo miradas y roces. Sus labios vuelven a ponerse sobre los míos, está vez en un besó dulce y lento, mientras sus manos empiezan a quitarme la ropa, poco a poco. No hay prisa en su acto, aunque los dos ardemos en llamas, él está disfrutando de este momento, tanto cómo yo. Quedo en mi sostén deportivo, es cómodo para cuando tengo qué hacer trabajo fuera, mis manos no se quedan quietas pues le quitan la playera, revelando toda la tinta qué su cuerpo tiene. Mis dedos pasan trazando cada línea, la mayoría son flores, pero también está en nombre de Ginny, su hermana, el nombre de Magnus en el pétalo de un girasol. Loky detiene mis manos y vuelvo a mirarlo, esa intensa mirada me dice qué entre más lo toco más pierde el autocontrol qué tiene para qué este momento dure más tiempo qué un simple polvo. Alejo mis manos. Loky abre mi pantalón y lo desliza hasta abajo, me quita los zapatos y saca mi pantalón junto con mis calcetas. Sus suaves caricias pasan por mis rodillas hasta mis tobillos. Trago saliva. Sus ojos vuelven a mirarme, sus manos vuelven a trazar caricias qué me hacen suspirar, llega hasta mis bragas, sus dedos la bajan de un tirón hasta qué muevo mis pies para salir de ella. Separó mis piernas y le muestro mi sexo. Mojada y escurriendo en mis fluidos. Loky traga cuando sus ojos se posan en mi sexo. Veo cómo su pecho sube y baja, cuando me mira ese mar azul ahora es una tormenta oscura. Se pone de pie frente a mí de nuevo, sus manos desabrochan mi sostén y liberan mis pechos. Mis pezones están duros y ansían atención, de su boca o de sus dedos, lo qué sea. Pero no lo hace. Da un pasó hacía atrás y se desnudo por completo, vuelvo a tragar cuando veo cómo su pene está completamente erecto y qué llega a su ombligo. Mis ganas de ponerme de rodillas y chupársela son demasiadas, somos un maldito incendio ahora mismo, pero mantengo mi autocontrol cómo él y respiro. — Acuéstate – dijo con la voz ronca. Lo hago, me acuesto en esa misma cama dónde todo empezó. Loky sube sobre mí, acuna mi rostro entre sus manos y me besa, la intensidad de su besó hace qué casi me corra. Cierro los ojos y disfruto de cómo sus labios pasan por mi mandíbula, mi cuello, mi clavícula, besan el centro de mis pechos y mete el primer pezón en su boca, gimo alto y mis manos van a su cabello, tirando de sus mechones largos. Su lengua se mueve en círculos y sus dientes tiran de mi pezón, si continua así me voy a correr. Su boca deja mis pechos, pero no sus manos qué aprietan y tiran de mis pezones, besa mi vientre, cuando llega a mi monte de venus, suelto un suspiró. Sí. Lo necesito. Abro los ojos cuando sólo siento su aliento en mi húmedo sexo. Lo encuentro, mirándome desde abajo, sus manos sujetando mis caderas, trago saliva. Eso quería, qué lo viera. Saca su lengua y veo cómo pasa su lengua por mi sexo, abriendo mis pliegues, gimo fuerte. Mierda. Se vuelve a detener y vuelvo a mirarlo, sus dedos abren mis pliegues y vuelvo a ver cómo su lengua pasa por mi sexo, hasta qué su boca lo subre por completo. Mis manos van directamente a su cabello. Mis gemidos son cada vez más altos, sentir su lengua, su aliento y sus dientes en mi sexo me está enloqueciendo. Cuando mete dos dedos en mi interior tiró de sus mechones, mi espalda se arquea, sus dedos logran encontrar mi punto G dentro de mí. Vuelvo a gemir con una sonrisa está vez, la lengua de Loky va a mi clítoris, la corriente eléctrica me hace temblar y me corro. Él degusta y disfruta mi primer orgasmo, más no deja mi sexo en paz. Continúa comiendolo, succionando y mordiendo, mis ojos se ponen blancos, nadie, absolutamente nadie, me ha comido el coño cómo él lo hace. Sólo Loky Nygard sabe cómo dejarme muerta con su boca. Sosteniendome de mis codos, miró cómo Loky sigue comiendo mi sexo, sus ojos se encuentran con los míos y casi puedo sentir su sonrisa en mi sexo. El orgasmo qué me avasalla me deja tirada de nuevo en la cama, el grito qué suelto resuena en toda la casa y siento mis fluidos mojarme, mientras qué Loky disfruta de mi lluvia. Sollozo, me tiembla todo el cuerpo, mis dientes titiritean, siento lágrimas mojar mi rostro, no… nunca había llorado de placer. Loky me mira, veo hasta su cabello húmedo de mí. Tiene una sonrisa, pasa sus manos por mis curvas y siento qué son choques eléctricos, me estremezco con cada toque. Sus manos separan mis piernas por más qué yo trataba de juntarlas, ahora siento su pene pasar por todo mi sexo, da golpes en mi clítoris, haciendome temblar más. Entonces entra en mí cómo cuchillo caliente en mantequilla. Me hace temblar, me abraza y me pega a su cuerpo, metiendo su rostro en mi cuello. Sale de mí por completo y vuelve a entrar, gemimos juntos, disfrutando de está sensación, sin público, sin prisas, sin ningún impedimento. Vuelve a repetir eso una y otra vez, hasta qué se queda por completo dentro de mí. — Más de dos putos años, Katherine – dice a mi oído, sintiendo su voz traspasar mi alma. – Me acosté con muchas – vuelve a penetrarme. – Me case con mi mejor amiga – me penetra más fuerte. – Y ninguna me hizo olvidarte, nadie pudo tomar tu lugar, nadie logró traspasar mi alma cómo tú – mis ojos se llenan de lágrimas. Loky acuna mi rostro y me mira a los ojos. – En el Caribe supe qué seguía enamorado de ti, qué nunca amaría a nadie cómo te amo a ti – vuelve a penetrarme duro, entierro mis uñas en sus brazos. – Te vi llegar al hotel, creí qué era un fantasma atormentándome, te seguí, escuche tu voz y lo supe. Eras tú – mis lágrimas descienden por mis mejillas y Loky las limpia con sus dedos, mientras vuelve a penetrarme. – Esa noche era yo, tu aroma, tu piel, tu voz. Tú. Siendo mía todavía – me sujeté de sus brazos cuando empezó a penetrarme rápido. — Dilo – susurró mirándolo a los ojos. – Repite lo qué dijiste. — Sólo he querido una cosa – dijo sosteniendo mi rostro en sus manos, embistiendo con fuerza. – Y es a ti. Siempre has sido tú. Loca, ebria, sobria, ninfómana, doctora, traficante de órganos, asesina, tú. Siempre has sido tú. La única mujer qué amare. Lo besó con fuerza, sintiendo el sabor salado de mis lágrimas, Loky comienza a embestir con fuerza, una y otra vez, apierna mis caderas, besa mis hombros, mi cuello. Lo siento en cada célula de mi cuerpo. Una y otra vez hasta qué los dos nos corremos, sintiendo cómo me llenaba de él, lo rodeó con las piernas y no lo dejo ir, lo quiero dentro de mí. — Te amo Loky – digo a su oído. – Eres el hijo de puta qué siempre voy a amar. — Lo sé – dijo besándome de nuevo. ********************************************** Loky Sus ojos marrones no han dejado de mirarme, la tengo abrazada a mí, sintiéndome por fin completo. Me rendí, dejé a un lado todos mis deseos egoístas, deje de fingir qué era el fiel marido, o el amante de una italiana. Ellas no eran Katherine, nunca lo serían, y descargarme en ellas sólo me hacía extrañar más a la mujer qué tengo en brazos. Me rendí. Y por primera vez en años, sentí qué era yo, Loky Nygard, sin etiqueta, sin armadura, completamente desnudo ante está mujer. Ella seguía manteniendo la sortija en su dedo anular y yo mi argolla, eran simples joyas qué podían quitarse, pero lo qué teníamos no se podía quitar. Casi tres años para querer quitarnos de la piel del otro y no pudimos, éramos nosotros, siempre lo fuimos. — ¿Qué vas a hacer? – preguntó rompiendo el silencio. – ¿Irás a Italia? — Iré con Lorenzo primero, tengo contactos en la política y la fiscalía, rentendre a Lorenzo y quiero qué Magnus sea el encargado de él. Pensaba en ir a Dublín cuando llegaste. — Sí, Viktoria me dijo qué fuera a verte y supuse cómo te pondrías – suspira. – Loco y desquiciado. — Idiota – le sonrió. — Estabas así cuando llegué… — Estaba enojado, pero me llené de rabia cuando dijiste lo qué hiciste con Lorenzo – la miré. – No tenías qué hacer Katy, los italianos son mi problema y mira a Katrina, fueron tras ella también, no quiero qué te pase eso a ti. — Pues no pienso disculparme, hice lo mismo qué tú – acaricio mi mandíbula. – Sólo yo puedo asesinarte Loky Nygard. — ¿Sólo tú? — Sí, ningún italiano vendrá a quitarme lo qué más deseo – los dos nos reímos. — Está bien – digo rozando mi nariz con la suya. — ¿Aún estás molesto por lo qué hice? — Sí – digo acariciando su mejilla. – Y mucho, eres una idiota por hacerlo, pero no es nada qué no hiciera yo – suspiró. – Mañana me iré con Magnus, tratare de arreglar las cosas y después iré a Italia. — Déjame ir contigo. — ¿Y arriesgarte más? No gracias, suficiente tengo con qué Lorenzo sepa de ti. Sí Esposito se entera de ti, de tu existencia estaré jodido, perderte a ti me mataría… — Loky, no puedes hacerlo sólo y sé qué tampoco quieres arriesgar más a Katrina. — Katrina es un punto y aparte, esa loca puede explotar lo qué quiera y… – la miró. – No Katherine, no quiero qué vayas conmigo. — Iré contigo, te guste o no… — Katherine. — Despiértame mañana por la mañana. Suspiró y veo cómo me da la espalda. Puedo irme sin ella, pero conociendo lo puta loca qué está, es capaz de alcanzarme en Dublín, no puedo atarla porque encontraría la forma de irse y la verdad, muy dentro de mí, quiero tenerla cerca. Duermo sólo un par de horas, dejé a Katherine en la cama y la cubrí con la sábana. Me di una ducha y cuando salí, me puse una playera blanca y unos pantalones negros, fui a la cocina y me tome dos pastillas de colores, las analgesicos ayudan pero mi droga también. Preparé el desayuno y el café, salí de casa y subí a la camioneta de Katherine, era todo un desastre y por las bolsas en la parte de atrás ayer hizo un trabajo. Ayer llegó cómo loca qué dejó la camioneta a medio pasó, así qué la estaciono frente a la casa, estoy por salir de la camioneta cuando escuchó su teléfono en alguna parte, empiezo a buscarlo y lo encuentro bajo el asiento. Tiene llamadas perdidas de Maia, Samuel, Viktoria y una tal Kim. Veo qué Samuel le dejó varios mensajes de voz, pero decido escuchar el último qué dejó. Miró a la casa y suelto suspiró. No dejó a Collins por él, lo dejó por mí y me buscó en él, pero no me encontró hasta ahora. Traté de alejarme de ella, pero no pude y me rendí por completo, ahora no dejaré qué se vaya. Sin embargo, quiero joderlo, Samuel cree qué está en la puta cima y lo bajaré de esa puta nube muy pronto. Envío el mensaje y elimino todo. Apagó su teléfono y lo meto en su guantera, salgo de su camioneta y la veo salir de la ducha, tiene una de mis playeras y el cabello húmedo. — Creí qué habías huido de mí – dijo mirándome. — No pienso huir – me acerqué y la tomé de la cintura. – Ya no más, nena. — Eso espero – rodeo sus brazos en mi cuello y junto nuestros labios en un casto besó. – Porque está vez no te dejaré ir. — Muy bien – vuelvo a besarla y cuando me da la espalda le doy un azote qué la hace saltar, me río y sirvo el desayuno. – ¿Quieres pasar a tu casa? Estaremos al menos un mes fuera. — ¿Un mes? Suena preocupada. Sí me dice qué es porque quiere seguir con su vida “normal” sin embargo no veo ni siquiera algo en su mirada. Ella está dispuesta a arriesgar todo por mí. — Sí ¿quieres qué te deje arreglar tus asuntos? Me alcanzas en Dublín. — ¿Y así huir de mí? Estás pero sí mal – se ríe y me hace sonreír. – Si no mal recuerdo, eres millonario humilde – niego con la cabeza sabiendo qué es lo que dirá. – No necesito nada, tú me vas a comprar todo, además, Italia, joder tanta ropa quiero muchas cosas eh. — Entonces ¿no te llevarás nada? – digo mirándola. — Me vas a comprar todo. — Caprichosa. — Sí – se inclina y me besa. — Está bien, iremos en tu camioneta, quiero llevarme varias cosas ¿está bien? — Sip. ¿Quién es está Katherine? ¿La Katherine qué pude haber tenido de no haberme ido hace tres años? Creo qué sí… pero está Katherine está más enamorada qué la de hace tres años y este Loky está locamente enamorado de ella.
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