Loky
— Esto debe ser una puta broma – dijo Erin al verme. – Te creí muerto, imbécil.
— También es un gusto verte, hermosa – le sonrió y me acercó a ella.
Erin me abraza y me mira de pies a cabeza, aún era un castaño cuando me vio aquí, ahora soy el rubio natural. Enseguida veo a Logan y actúa de la misma forma.
— Les presento a la doctora Hyde – dije dándole pasó a Katherine. – Los agentes, Johnson y Rodriguez.
— Un gusto.
— El gusto es nuestro – dijo Logan con una sonrisa.
— Oye, escuche qué estás casado ¿es cierto? – dijo Erin con una sonrisa.
Casado. Miró rápidamente a la mujer qué tengo a mi lado, se mueve un poco incómoda.
— Sí – dije mirándola. – Katrina y yo nos casamos.
— Te lo dije – dijo Logan. – Esos dos iban a terminar casados con un perro y tres hijos.
Me río con ellos aunque a Katherine no le haga tanta gracia. Suspiró y veo a Magnus llegar, tiene ojeras bastante marcadas, me alejo de ellos y Katherine viene conmigo.
— Osito ¿qué pasa? – digo tomando su rostro.
— Estoy agotado – susurra juntando su frente con la mía. – Muy agotado.
— Ve con Viktoria – le digo a Katherine y ella sube las escaleras a dónde ella está. – Vamos – lo sacó del complejo y fuimos al ascensor subterráneo. – ¿Qué pasó?
— Lorenzo D’angelo, es un puto dolor de culo y sus malditos abogados – pasa sus dedos por su frente. – No lo podemos dejar ir, pero todo está en nuestra contra.
— No, él no se irá te lo prometo – lo miró.
— Loky todo esto debe ser conforme la ley, si sus abogados ven algo con qué jodernos lo harán.
— Lo sé y todo será legal, pero necesito qué descanses, vete a casa y duerme.
Magnus suspira y me mira, hay algo más.
— No quiero posponer mi boda por ese italiano – susurró.
— No lo harás, tu boda es la siguiente semana – lo miró. – Me quedare está semana para arreglar todo, nin gun italiano va a joder tu boda y me encargare qué tampoco lo hagan con tu luna de miel.
— No – se acercó a mí y enterró su dedo en mi pecho. – No irás a Italia.
— No me vas a detener.
— Te lo prohibo.
— ¿Me lo prohibes? – me río en su cara y me alejo. – Los D’angelo ya son una puta plaga mundial, alguien tiene qué frenarlo.
— Pero no te vas a matar por eso, es un suicidio – me mira.
— Es problema mío, tú debes centrarte en tu boda…
No termino de hablar cuando siento su puño impactando en mi cara. Me tambaleo y me sostengo de un auto, siento el sabor de mi sangre, lo miró y está furioso. Viene de nuevo a mí, sostengo sus muñecas con fuerza y lo inmovilizó.
— ¡Cálmate! – le gritó.
— ¡No! – quiere seguir luchando pero lo tomó con más fuerza. – Ya me tienes harto Loky, siempre quieres qué el peso caiga en ti, siempre te quieres sacrificar por lo demás, sacrificaste toda tu felicidad por tu puta miseria y no lo harás de nuevo. Tienes a Katrina, tienes a Katherine y Dios sabe qué es la mujer qué quieres como mujer, porque no te había visto así de enamorado desde Lili, y aún así quieres arriesgar todo por irte a Italia y enfrentar a los D’angelo.
— Nunca me ha importado mi vida, Magnus, quiero que seas feliz…
— Pero ese es mi puto problema, no el tuyo – me hace soltar y lo miró. – Mi felicidad ya es mi problema, ya no soy un niño, ya no tienes qué sacrificar nada por mí.
— Siempre voy a sacrificar todo por ti, lo haré por Viktoria, lo haré por Katrina y lo has dicho bien, sacrificaré todo por Katherine. Su felicidad y su vida está sobre la mía.
— ¡Pues no debe ser así! Se egoísta por una vez, piensa sólo en ti…
— Sabes bien qué cuando lo hice me hundí en la putas drogas y estuve al borde del suicidio demasiadas veces, si vuelvo a pensar sólo en mí, me voy a perder y lo sabes bien.
— Loky – susurró. – Yo sólo quiero qué seas feliz y dejes de preocuparte por los demás.
— Soy feliz – tomó su rostro. – Pero nunca dejaré de preocuparme por los demás, y mucho menos por ti.
Magnus me abraza y lo sostengo con fuerza. Miró detrás de él y veo a nuestras chicas de pie, no sé cuanto escucharon pero debió ser suficiente. Magnus rompe el abrazo y suspira, cuando ve a su prometida se acerca a ella y la abraza.
— Vayan a descansar – dije mirándolos. – Me haré cargo, descansen hagan el papeleo qué tengan qué hacer y llamaré a Katrina para que termine todo lo de su boda.
— Está bien – dijo Viktoria.
— Vamonos – Magnus no se despidió solo se fue.
— Loky…
— No digas nada Viktoria – digo tomado su rostro. – Ve con mi hermano.
— Está bien – me da un besó en la mejilla y se va.
Solo quedamos Katherine y yo, me pongo frente a ella, tomó su rostro y cuando voy a besarla su teléfono empieza a sonar, el nombre de Samuel se ilumina en la pantalla, suspiró y me aparto de ella. Cuando creo qué no responderá, se aleja de mí y responde.
Sacó mi teléfono y llamó a Katrina. Necesito escuchar su voz un momento, necesito saber qué todo va bien.
— Hola sexy – escucho su voz y sonrió.
— ¿Cómo van las cosas, pequeña?
— Muy bien, todo en orden ¿qué pasa allá? ¿Necesitas mi ayuda?
Miró a Katherine, la veo con una sonrisa en el rostro, Samuel debe estar diciéndole algo qué la pone muy feliz. Suspiró y le doy la espalda.
— Estoy en Dublín, hay problemas con Lorenzo y quiero qué vengas lo más pronto posible, yo me encargare de D’angelo y tú de la boda de mi hermano.
— Sí, está bien – dijo Katrina. – Tomaré un vuelo está noche.
— Ve con cuidado, no quiero qué nada te pase.
— Tendré cuidado, te amo.
Corta la llamada y guardo el teléfono. Katherine viene a mí con un semblante serio y algo me dice que son problemas.
— ¿Qué pasó?
— D’angelo ataco el mercado n***o de Irlanda , perdimos al menos el 60% de todo.
— Hijo de perra – susurró y pasó una mano por mi cabello. – Voy a matar al cabrón.
— Loky…
— Vete – la miró. – Necesito qué alguien esté al mando en mi lugar, tengo qué arreglar lo de Lorenzo aquí.
— ¿Y quieres qué sea yo?
— Alister te ayudará, él conoce bien esto – suspiró y sacó mi teléfono, pero Katherine toma mis manos y me mira.
— Debes tranquilizarte, por favor, no quiero qué hagas una locura – acaricia mi mejilla y cierro los ojos un segundo.
— No importa lo qué el resto diga, estás en mi lugar hasta qué regrese, necesito qué me digas todo lo qué D’angelo está jodiendo por su hermanito – suspiró.
— Loky…
— Natalia por favor, confío en ti para dejarte a cargo de todo pero necesito qué te vayas ahora – la miró. – Necesito ojos y oídos.
— Bien – asiente con la cabeza. – ¿Necesitas algo más?
— Nada.
Me da la espalda, pero la tomó de la cintura y la devuelvo a mí para besarla, necesito dosis de mi droga, ella. Sus labios. Su cuerpo.
— Te amo – susurra sobre mis labios.
Vuelvo a besarla y la llevó de vuelta a la camioneta. Cuando la veo irse, entró al complejo y tomó un auto oficial, Lorenzo está en una celda especial de Dublín y es a dónde iré. Pero antes le envió un mensaje a su abogado, ese cabrón corrupto qué ha hecho de las suyas. Subo al auto y me pongo en marcha a Dublín.
Tomó un teléfono dónde no localizaran mi ubicación, me detengo poco antes de llegar y marcó el número y espero…
— ¿Ciao?
— Hola querida Marlene.
Sonrió al escuchar cómo daba un respingo.
— Aspettare – escuchó cómo se mueve de lugar. – ¿Qué quieres?
— Vaya, creí qué me preguntarías cómo estaba tu hermano Lorenzo.
— Por favor, nos hicieron un favor al llevárselo, era un estorbo.
— Esposito no piensa lo mismo.
— ¿De qué hablas?
— Querida, creí qué eras unida a tus hermanos – sonreír. – Esposito jodiendo mis negocios en Irlanda.
— Algo justo ¿no crees? Le jodiste su nueva droga.
— Y él trató de matarme.
Silencio. Escuchó cómo su tacón resuena en el piso.
— Loky, ¿qué quieres? Una guerra no es buena y meterte con los D’angelo no es bueno.
— Por eso quiero hacer las cosas bien, y acudo a ti y no a Esposito, bien puedo ir ahora mismo con Lorenzo y mandarles una mano y cada semana mandarte una pieza de tu hermano. Pero me ayudaste en Italia y quiero hacer las cosas bien.
— No puedo controlar a Esposito, pero mi madre sí – suspira. – Hablaré con mi madre, le diré el asunto y cuando todo se resuelva, te llamaré.
— Dile qué puedo mantener a su hijo Lorenzo aquí o bien llevarlo de vuelta a casa…
— Ya te diré su decisión. No hagas nada, te lo suplico, Esposito se ciega por la ira y no controla bien lo qué hace.
— Me pides algo imposible querida.
— Por favor Loky, solo son unos días ¿sí?
— Bien. Hasta entonces.
Apago el teléfono y salgo del auto. El oficial me miró, sacó mi placa y la extiendo frente a él, me dije no volver a usarla, pero es necesario.
— Adelante agente Nygard.
No digo nada, sólo entró y caminó al interior dónde dejó todo para pasar por el detector de metales.
— ¿A quién viene a ver, agente Nygard?
— A Lorenzo D’angelo, hay cosas qué discutir.
— Su abogado debe estar presente, agente Nygard.
— Y aquí estoy – lo miré. – Hola, soy Jack Salinas.
Jack entra primero al ser el abogado de mierda qué se supone es. Pocos minutos después entré yo, Lorenzo está con su uniforme naranja, sentado y esposado de pies y manos, Jack está a su lado.
— Estás vivo – dijo Lorenzo. – Lo supuse en cuanto tu novia ya no vino a verme.
— Nunca volverás a verla, creeme – dije sentándome frente a él.
— ¿Qué quieres Nygard? – dijo Lorenzo.
— Hable con tu hermana – vi cómo de inmediato se tenso. – Dijo qué estaban mejor sin ti, creí qué me iba a suplicar llevarte a casa, pero… no lo hizo – le sonreí. – Al menos Esposito si te quiere de vuelta.
— Mi hermano hará lo qué sea para sacarme de aquí y tú estarás muerto para entonces.
— ¿Crees qué Esposito D’angelo me va a matar? – me reí. – Por favor. Nadie ha logrado matarme, no lo hará tu maldito hermano.
— ¿Qué quieres Nygard? – habló Jack.
— Te ofrezco un trató, acepta la oferta del FBI, sé su informante activo, te quedas en el país y después yo me encargaré de llevarte a Italia.
— ¿Me usaras cómo moneda de cambio?
— No, esa es tu hermana – le sonreí. – Ahora, si no aceptas el trató, mañana te sacaran de aquí y te llevaran a un almacen y me encargare de cortarte en pedacitos y mandarselos a tu hermano. Así qué piénsalo bien.
Miré a Jack una vez más y salí de la sala, dejándolos solos. Tenía muchas cosas qué hacer para mantener a Lorenzo aquí y mantener a Esposito a raya.
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Katherine
— Dos socios nos han dejado – maldijo Elena. – ¿Dónde putas está Loky?
— Está resolviendo esto con el D’angelo qué sigue en el país – dije mientras revisaba cuanto bajó nuestra venta. – Puta madre, ahora es el 70% de pérdidas.
— Maldito Esposito – dijo Maia. – Llama a Loky y dile qué mierda piensa hacer.
Suspire y llame a su número pero inmediatamente me corto la llamada y enseguida llegó un mensaje.
Nena… me encanta cuando él me lo dice.
— ¿Y qué pasó? – dijo Elena.
— Dijo qué está con la fiscalía y el abogado de Lorenzo, llamara cuando salga.
— Maldición – dijo Maia.
— No podemos hacer nada aquí, así qué me iré a descansar. Si recibo noticias de Loky les llamaré.
Estaba cansada, no sé si es el sexo alocado qué tuve con Loky, conducir diez horas sin dormir o no lo sé. Pero quiero llegar a casa y dormir. Aunque al llegar a mi casa veo a Samuel y siento una punzada en el pecho, tiene una botella de vodka y su vaso está casi lleno, esto es malo y lo peor de todo es qué no tengo mis sentimientos claros aún. Amo a Loky de eso no hay duda, pero…
— ¿Dónde has estado? – dijo sin mirarme.
— Resolviendo la crisis del mercado n***o, dónde tú deberías estar tambien pero ahora veo qué has estado aquí.
— Kath, tenemos qué hablar.
Suspiró y me senté frente a él. Su mirada va directamente a la sortija qué no me he quitado en ningún momento, ni siquiera cuando hice el amor con Loky.
— ¿Quieres casarte conmigo? Sí es así, vamos a casarnos este puto fin de semana, sí aún me amas, sí crees que yo puedo apagar todo lo qué sientes por Loky, vamos a casarnos este fin de semana.
— ¿Este fin de semana?
— Sí, vamos a casarnos ¿o qué? ¿Realmente crees qué Loky va a cambiar? Dejame te recuerdo qué Loky te dejó, te dijo qué volvería y se fue dos años, te rompió el corazón, te vi llorar muchas veces por él, parecias un puto zombie andante los primeros meses y cuando crees qué lo has superado, cuando aceptas casarte conmigo, él regresa y sorpresa, regresa casado con su mejor amiga. Katherine metete en la cabeza qué nunca has sido la elegida, eres sólo una opción fácil qué siempre está a la disposición de él. Tú misma lo dijiste, Katrina siempre fue para él, ella lo comprendía y él es feliz con ella, porque de ninguna manera se hubiera casado con ella.
— Fue un trato…
— ¿De verdad te crees eso? Loky ama a Katrina y es feliz con ella, abre los ojos, Katrina siempre ha sido la mujer de Loky. Él no te ama, sólo te ha estado usando.
Mis ojos se llenan de lágrimas. No. Siempre he sido yo, él lo dijo, soy yo.
— Mira, supe qué no habías sido tú la qué envió eso.
Me puso el teléfono en las manos, él me envió un mensaje que no vi.
Y según esto, yo le respondí qué todo seguía adelante. Loky no es nada para mí, no es cierto, él no pudo enviar esto. Loky, dijo amarme, mientras hacíamos el amor, me lo dijo.
— Estoy dispuesto a seguir contigo, sí tú abres los ojos y te das cuenta de qué Loky no es nada, no eres nadie para él.
Se termina el vodka y sale de mi casa, dejándome sola.
Loky me ama. Estoy segura de eso. Así qué tomó su teléfono y vuelvo a llamarle.
— Loky – digo cuando escucho qué ha respondido.
— Katy, no soy Katrina – mi corazón se rompe. – Loky se está dando una ducha, acabo de llegar y todo es un caos.
— ¿Y él te llamó?
— Sí, dijo qué me necesitaba – suspira y cierro los ojos, llorando en silencio. – En fin, ¿necesitas algo? ¿Cómo están las cosas allá?
Me trago el nudo de la garganta y trató de recomponerme.
— Mal, tuvimos muchas bajas y hemos perdido a dos socios. En fin, yo le enviaré todo para que lo vea él mismo.
— Bien, ¿necesitas qué él te llame?
Sí.
— No, está bien.
— Perfecto, nos vemos Katy.