Después de salir de la casa de moda Berrycloth, donde Emma y Aiden aceptaron el convenio del matrimonio, Emma necesitaba desahogarse y compartir sus sentimientos con alguien de confianza.
Decidió ir en busca de su amiga Kate, quien siempre había sido un apoyo incondicional en los momentos difíciles.
Ahora que tenía la cabeza fría, comenzaba a cuestionarse si había hecho lo correcto al aceptar semejante locura.
Emma llegó al apartamento de soltera de Kate llena de risas y energía, donde ya la estaba esperando junto a Sandra, ambas muriendo de ansiedad por saber más sobre lo último que les dijo Emma en aquella llamada.
Kate la recibió con un abrazo reconfortante y supo de inmediato, solo por la expresión en el rostro de Emma, que había escuchado muy bien, las noticias no eran buenas, verdaderamente se casaría con Aiden Berrycloth.
Sabían lo importante que era para Emma sentirse respaldada y comprendida en esta situación complicada.
— Emma, cariño, ¿qué pasa? Pareces agobiada. Cuéntame qué ha sucedido. Dime que es una broma pesada que te vas a casar con Aiden. —Kate la recibió con rostro preocupado, quería pensar que aquello era una gran broma de las que solía hacer Emma, pero por su expresión abatida, estaba descartando la idea.
— Me hubiese encantado que se tratara de una broma, ¡Pero no! —respondió Emma con malhumor, ya no le parecía tan divertido todo eso del matrimonio, al principio lo aceptó por fastidiar a Aiden, pero ahora se daba cuenta de la magnitud de los problemas que se avecinaban. Ella fue la que salió fastidiada de todo aquello. —Estás frente a la futura Sra. Berrycloth. ¡Dios mío, quiero despertar de esta pesadilla! Y todo por fusionar las empresas de mis padres con la casa de moda Berrycloth.
Las amigas de Emma, Kate y Sandra, reaccionaron con sorpresa y preocupación al enterarse de la situación del matrimonio por conveniencia en el que Emma se encontraba.
— ¡No puedo creer que te estén obligando a casarte de esta manera, Emma! Es inaudito. Nadie merece ser tratado así, como si no tuvieras sentimientos y menos por negocios familiares. —Kate sentía tanta lástima por su amiga, y se puso un momento en sus zapatos, imaginando que es a ella a quien le imponen casarse con el hombre que más detesta.
— Lo peor es que me dejé llevar y por querer fastidiar a Aiden, acepté sin darle tantas vueltas al asunto. Kate, no puedo creer lo que acabo de aceptar. Nuestros padres nos han impuesto a este matrimonio por conveniencia. Y para empeorar las cosas, Aiden fue tan despectivo e hiriente cuando le hablé. Me habló de manera tan fría y desinteresada, como si yo no fuera más que un objeto en todo esto.
Emma estaba que echaba chispas de lo furiosa que estaba, todo había empeorado desde el momento en que Aiden la interceptó en el estacionamiento de la empresa y le dijo todas aquellas cosas.
“Es un iluso si cree que iba a involucrar mis sentimientos en esta payasada. Lo único que siento por él es odio.” Pensaba Emma sintiendo la sangre hervir en su interior.
— Emma, cariño, lamento mucho que estés pasando por esto. Es inaceptable que Aiden te haya hablado de esa manera. Eres una persona increíble y mereces respeto. Ja, yo que tú le hubiera dejado mi mano marcada en ese rostro de tonto hermoso que tiene. —Sandra estaba indignada por lo que su amiga le contaba y solo podía pensar en ajustar cuentas utilizando la violencia.
Ambas amigas compartían la indignación y la incredulidad por la pesadilla que estaba viviendo su Emma.
— Sandra, no. —Kate interrumpió a Sandra, estando en desacuerdo a las medidas de violencia que proponía.
— ¡Es que no puedo creerlo! ¿Cómo se atreve a tratarte de esa manera? Te mereces algo mucho mejor que eso, Emma. Por dignidad, deberías retractarte y negarte rotundamente a casarte con alguien que odias. —Sandra, quien también era mejor amiga de Emma, la abrazó para consolarla y demostrarle su apoyo y su punto de vista, antes de ir al mini bar y servir tres shot de tequila.
— En eso si estoy de acuerdo con Sandra, eres muy joven y mucha mujer como para perder la vida al lado de ese imbécil que estoy segura que te hará la vida de cuadritos. Piénsalo. —Kate estuvo de parte de Sandra en esta ocasión y Emma la miró sintiéndose enfadad consigo misma y a la vez perdida, sin saber qué podía hacer a esas alturas.
— Chicas. —Sandra volvió con ellas con los shots en la mano y le entregó uno a cada una, antes de levantar su shot al aire. —En momentos como estos, el tequila siempre ayuda a aliviar la pena. Brindo por la fuerza y la valentía de Emma ante este matrimonio por conveniencia y porque Aiden se dé cuenta de que será el más afortunado por estar al lado de un mujerón como Emma, aunque sea de mentira, que sea agradecido, porque no encontrará a alguien como ella a la vuelta de la esquina.
Las tres amigas brindaron, contagiándose de la buena vibra de Sandra, las risas y la complicidad llenaron el aire, dejando a un lado el malhumor y lo terrible que caía aquella noticia, mientras compartían anécdotas y hablaban mal de Aiden.
Emma se permitió desahogar todas las emociones acumuladas, sintiéndose liberada al poder hablar abiertamente con sus amigas.
— Emma, no dejes que las acciones de Aiden te definan. Eres mucho más que este matrimonio y mereces ser amada y valorada por quien realmente eres. Yo opino que te cases y en unos meses, cuando las empresas estén fusionadas y obtengan su beneficio, te divorcias. Tu familia entenderá que el matrimonio fue un fracaso. —Sandra propuso aquella idea después del quinto shot, y para Emma no sonaba tan mal.
Para todo había una solución y la de ella era divorciarse después de un tiempo casada con Aiden.
— Tienes razón, Sandra. No permitiré que esto me desanime. Lo enfrentaré con la cabeza en alto y encontraré mi propio camino. —Emma aceptó que su amiga tenía la razón y una buena idea, lo que la hizo sentir más relajada.
Cumpliría con sus padres y después cumpliría con ella misma y sus propios deseos.
— No quiero ser aguafiestas, pero deberías tener cuidado, los Kidman y los Berrycloth son figuras públicas y conocidos a nivel mundial, no creo que sea agradable estar en boca de todos con semejante escándalo. ¡Emma y Aiden se divorcian! —Kate parecía ser la única que pensaba en los pros y los contras de aquella decisión.
— No le hagas caso a Kate, ¿qué prefieres? ¿Un escándalo del que todos dejarán de hablar a la siguiente semana? ¿O ser infeliz por el resto de tu vida? —Sandra seguía opinando, aunque más que todo era el efecto del tequila en su cuerpo. Emma se quedó pensativa, pues ambas tenían algo de razón, de todos modos, ya tendría tiempo para pensar en alguna solución que favoreciera a todos los implicados. —¡Cómo sea! Nosotras estaremos aquí, apoyándote en todo momento. Estamos contigo, Emma. Brindo por tu fuerza y determinación. No importa qué camino tomes, siempre estaremos aquí. ¡Salud!
Sandra volvió a llenar su shots de tequila y levantó la suya para volver a brindar, antes de tomarse todo el tequila de un solo trago.
— ¡Ay, no! Ya está ebria. —Kate la miró mientras negaba con su cabeza al ver el estado de Sandra. Si estando normal ya era una loca, estando borracha se volvía insoportable. —Sea lo que sea, al menos Aiden no es un esperpento, y aunque odie admitirlo, esta como quiere.
— Podrá estar pudriéndose de lo bueno que está, pero eso no quita el hecho de que lo odio y que es la persona más desagradable que he conocido. Jamás lo miraría como hombre, para mí es un asco, sino fuese porque es el hijo de los mejores amigos de mis padres, ni siquiera le dedicara, pero ni una sola palabra. —Emma respondió antes de tomarse su shot en un santiamén y se unió a Sandra quien bailaba en medio de la sala de estar.
— Romeo y Julieta se quedaron cortos, comparados con ellos. —Kate se dijo a sí misma y se tomó su shot sin levantarse de su cómodo sofá.
En medio de la música y las risas, Emma sintió la fuerza y el apoyo incondicional de sus amigas. Sabía que independientemente de las dificultades que enfrentara, no estaba sola en esta travesía.
Con su espíritu fortalecido y el apoyo de sus amigas, se armó de valor para enfrentar el matrimonio por conveniencia y forjar su propio destino sin dejarse intimidar ni herir de Aiden Berrycloth.