Justo cuando parecía que Luz Aida estaba a punto de llevar a cabo su macabro plan, un ruido en el pasillo la hizo detenerse. Palideció y se quedó inmóvil, su corazón latía con fuerza en su pecho mientras escuchaba los pasos acercarse. Un grito de otra habitación llamó la atención de los médicos y enfermeras, desviando su atención de la malvada intrusa.
Aprovechando la distracción, Luz Aída se escondió con rapidez detrás de una cortina, conteniendo la respiración mientras esperaba a que el peligro pasara. El tiempo pareció detenerse mientras permanecía oculta, su mente se llenó de frustración y rabia al ver cómo su oportunidad se esfumaba ante sus ojos.
Una enfermera se hallaba con Mercedes, y no pudo llevar a cabo su fechoría. Finalmente, cuando el pasillo quedó en silencio una vez más,
