Capítulo 5

2148 Words
Harry sonríe cuando se da cuenta de que al final burlamos a la seguridad de mi casa. Yo siento la adrenalina en todo mi cuerpo que la pequeña acción que acabo de realizar proporciona. Es la primera vez que saldré sin mi madre o alguno de sus empleados cuidándome a los lejos. No hay Alonzo o empleadas chismosas, no hay un apellido que me diga cómo debo comportarme. —Pareces feliz—comenta Harry guiándome hasta un coche viejo, pero en buen estado. —Lo estoy—respondo y se siente tan bien decir cómo me siento sin que me sermoneen sobre eso. —Vamos damisela, tenemos un concierto que disfrutar—él abre la puerta del coche para mí y le sonrío antes de entrar. Me coloco el cinturón de seguridad mientras él rodea el coche para subir al puesto de conductor. Harry enciende la radio, pero no está tan alta como para que no podamos conversar, es por eso que giro mi cuerpo viendo como pone el auto en marcha. —¿A dónde iremos?—pregunto con interés. Él sonríe y me mira de reojo. —Me gusta más tu pelo que esa peluca. La peluca es fea, pero a ti te queda muy bien—asegura regalándome una mirada que no se interpretar. —Aún no me dices a donde iremos—Harry suspira con fuerza. —Es un bar, lo cerraron para el pequeño concierto. Te dije que no eran muy populares. Tienen buenas canciones, aunque algunas son muy malas. En vez de cantar parecen que le gritan al micrófono—su declaración hace que me ría. —Que cruel eres—señalo y él se encoge de hombros. Ahora que está concentrado en la carrera puedo detallarlo un poco más. Harry posee ese cabello caramelo, pero sus ojos grises van acompañados de claras pestañas que lo adornan de manera increíble. Una linda nariz y mis ojos se enfocan en sus labios. No son carnosos, pero son lo suficientemente agradables a la vista para verse muy sensual. Su cuerpo no está lleno de músculos, pero es fuerte. Posiblemente tenga marcado los abdominales. Giro el rostro hacia otra dirección cuando pensamientos de Harry sin camisa comienzan a ocupar mi mente. Debo estar realmente desesperada para caer ante la primera invitación que me hacen. A este chico lo he visto como tres veces en mi vida, pero transmite una confianza que debería hacerme temer. Al contrario de temer, me encuentro en su auto rumbo a un concierto de cual desconozco su ubicación. Harry tararea una canción y me quedo en silencio porque él no tiene mala voz. Es por eso que lo dejo continuar cantando lo que suena en la radio, antes de no entender nada porque suena una canción en español y yo apenas controlo lo básico del idioma. —Hablas español—comento y él asiente sonriendo. —Mi mamá es latina—asiento en comprensión. —Siempre pensé que era tu padre el latino, digo, por su nombre—él sonríe sin perder su atención de la carretera. Gira en una curva y luego continua en línea recta. La música se escucha y por primera vez en mucho tiempo me siento cómoda así. Sin tener que fingir ser perfecta, hablando sobre lo que quiero con una persona, y no sobre lo que debo hablar para no parecer aburrida, o lo que es peor, no hablar porque parece ser que no puedo tener una voz con la cual expresarme. Creo que Harry nota que me apago un poco porque se detiene en un semáforo y sus bonitos ojos grises me observan con curiosidad, le regalo una pequeña sonrisa ante el escaneo que mantiene en mi rostro. —Parece relajada—es lo que dice girando luego para mirar el frente—me gusta de esa manera—confiesa poniendo el coche en marcha cuando el semáforo vuelve a cambiar. Sin decirle bajo los cristales disfrutando de la plenitud que me da la fría brisa de la noche en mi rostro. ¿Hace cuando no disfrutaba de algo tan pequeño como este momento? El camino continua en silencio hasta que el sonido lejano de una música que desconozco se escucha. Cuando Harry se detiene me doy cuenta de que hemos llegado por lo que me giro a mirarlo mientras subo el cristal. Él es rápido en quitar el cinturón de seguridad para luego abrir la puerta. Hago lo mismo quitándole la oportunidad de él hacerlo por mí. Mis ojos van al bar frente a mí que parece al tope, pero Harry con confianza toma mi mano instándome a caminar. Él es tal alto y cálido que lo sigo en silencio. Solo me suelta para entregar las boletas, en tanto su teléfono suena y él toma la llamada. Estoy tan enfocada en mirar todo el lugar que no presto atención a nada más. Muchas personas que ríen, las mesas están ubicadas en los laterales mientras el centro está inundado de personas frente a la tarima vacía. Cuando Harry cuelga me indica hacia donde debo caminar. Es incomodo, pero emocionante estar entre la masa de personas que gritan ebrias con alegría, algunas simplemente hablan a pesar de que deben elevar la voz por la alta música. Se siente como si entrara a un mundo paralelo. Es tan raro como emocionante, por lo que asiento a personas que no me conocen, pero que son amables. Hay un ligero olor a tabaco y cigarro, pero como estoy mejor disfrutando lo que me entrega este lugar, ignoro las cosas que me podrían incomodar. Cuando nos detenemos miro a la chica morena que observa a Harry con una sonrisa. Toda su piel parece una barra de chocolate, cabello afro y unos ojos increíblemente marrones que realza lo hermosa que es. A su lado hay una chica de piel clara y pelo rubio que le sonríe a Harry antes de beber de su copa de lo que sea que este bebiendo. Mi atención vuelve a la morena que se engancha en un abrazo afectuoso con Harry haciéndolo reír. Ella besa su mejilla antes de que me observe con curiosidad, sus ojos viajan a nuestras manos unidas y por inercia la separo sonrojándome de manera furiosa. —Vaya, pero que chica tan preciosa—habla y lo último no lo entiendo ya que habla en español. —Disculpa, pero no entendí lo último—hablo con confusión y Harry sonríe acercándose a mí, se agacha haciendo que sus labios se dirijan a mi oído. El cálido aliento me golpe estremeciéndome de inmediato. —Te acaba de decir preciosa—susurra como si fuese un ultra secreto lo que ella acaba de decir—ella es Melissa, es mi mejor amiga—le tiendo la mano a la chica que la ignora viniendo a darme un beso en la mejilla—la chica a su lado es Paula—la chica levanta el vaso antes de volver a beber—chicas, ella es Valeria—Melissa se acerca para escanearme con mucha curiosidad, lo raro es que cuando me dan este tipo de vistazos me siento incomoda. Tal vez es la emoción en sus ojos o como la energía que parece no controlar está a mi vista. —¿De dónde saliste? Pareces una hermosa muñeca de porcelana—comenta ella antes de girarse a ordenar su bebida al chico de la barra—aunque tu cabello tiene forma rara—Harry comienza a reír sabiendo que este no es mi cabello natural. —Es una peluca, pero como queremos ser discretos… —¿No me digas que eres hija del presidente o algo así?—la diversión y emoción se filtran en sus ojos. —No seas molesta cariño—habla la chica que Harry mencionó que se llama Paula. Ella pasa el brazo por encima del hombro de Melissa quien es más baja que ella. Es tan extraño. Mientras Melissa es toda curvas y cuerpo que muchas personas envidiarían, Paula es delgada y alta, mucho más que Melissa, toda rubia y con aires de que la vida le molesta, en cambio la morena es como si amara cada segundo de vida en la tierra. Una combinación que me gusta, aunque no deje de ser rara. —No creo que a Valeria le moleste, o espera… ¿soy molesta?—pregunta divertida. Paula niega con una sonrisa antes de beber una vez más de su vaso. Harry solo nos observa interactuar en silencio con una pequeña sonrisa en los labios. ¿Hace cuánto personas de mi edad no me hacían sentir tan cómodas? Ellas no me lanzan las miradas de odio que disfrazan en sonrisas, todo los gestos que me regalan se sienten muy naturales. No como Juliet y Marie, que disfrazaban sus intentos de conversación en querer sacarme información que luego utilizaron en mi contra o para burlarse de mí. Es raro como se supone que con las personas que debo reunirme no me siento cómoda, solo está la sensación de ahogo cada vez que se acercan, cada vez que intentan estar cerca de mí. En cambio, estas personas que apenas conozco de hace unos minutos me hacen relajarme sin darme cuenta. —No me molesta—respondo finalmente. —¿Quieres algo de tomar?—pregunta Harry y muerdo mi labio inferior. —No sé qué tomar—respondo y él se ríe pasando las manos por su pelo caramelo, desordenándolo. —Yo te ayudaré, ¿una cerveza?—pregunta. —Nunca he probado una—abre los ojos pareciendo sorprendido. —De aquí no te irás sin vivir la experiencia—se aleja y me quedo con las dos chicas. —Harry es un buen chico, ¿cierto?—asiento dándole la razón—es mi mejor amigo desde que tengo memoria. Aunque creo que tuve que obligarlo para que las cosas funcionen. Él no quería ser mi mejor amigo, tuve que colocar pegamento en su cuaderno de música y fue de esa manera que prestó atención, me llamó loca y luego terminó riendo porque él había dejado pegamento en mi cuaderno de dibujo. Si, nuestro acercamiento fue haciéndonos pequeñas bromas—me rio imaginando lo divertido que fue. Yo nunca tuve ese tipo de acercamiento. Ya que desde pequeña las personas con las que convivía era como pequeñas víboras que hacían lo que sus padres recomendaban. Solo hice una amiga, ella era dulce, pero lamentablemente se fue del colegio donde estudiaba y perdí el contacto con ella para siempre. Fue divertido mientras duró, una lástima que no pudiésemos seguir igual. —Ustedes siempre están haciéndose bromas, si los ves pelear ni te preocupes, es su forma de demostrarse cuanto se aman—habla Paula dirigiendo sus ojos azules hacia mí. La boina que tiene en el pelo van muy bien con los vaqueros y la blusa corta. Se nota que es una persona que va por el mundo como le gusta y como le quieran imponer. —Amor, exageras un poco—hay un puchero de los labios carnosos de Melissa. Paula rueda los ojos antes de acerarse a ella y morderle suavemente el labio. Creo que un jadeo se escapa de mis labios y lo confirmo cuando ambas chicas giran a mirarme con curiosidad—oh, somos pareja. ¿No te contó Harry?—pregunta ella y niego. —A ver, ¿eres de esas personas que juzga a las personas por amarse?—cuestiona Paula en un tono despectivo que me hace saber que está a la defensiva. ¿Cuántas criticas tuvieron que escuchar para que un simple gesto torne a esta chica que antes era sonrisa en un ceño fruncido y preparada para atacar de ser necesario? —No tengo problemas, solo me tomó por sorpresa—es lo que respondo haciendo que se relaje de inmediato. —Me caes bien. He conocido gente como tú, con dinero, de alta sociedad—parezco sorprendida ocasionando que ella se ría—no te sorprendas, mírate, pareces sacada de una caja de cristal. Las personas de bajo mundo identificamos con facilidad a las personas Valeria—aclara—pero a lo que iba. Muchos creen que somos fenómenos y alzan el dedo como si tuviesen potestad para jugarnos. ¿Sabes cuántos de ellos ocultan sus fechorías detrás del dinero?—pregunta ella con mucha molestia—ah, pero dos mujeres amándose sin hacerle daño a nadie es motivo de críticas, acusaciones y muchas injusticias. El mundo es un lugar muy jodido—Melissa abraza la cintura de su novia. —Aquí tienes—aparece Harry dándome la cerveza que tomo—vamos, tienes que beber, está deliciosa—le doy un trago y la verdad es que sabe mal. Él sonríe—ya llegó la banda. Señoritas, vamos que la fiesta apenas empieza—asegura con emoción.
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