Samantha Era muy tarde en la noche cuando nos convocaron a la sala de comunicaciones para discutir y tomar decisiones sobre la propuesta de los otros Alfas. La atmósfera estaba cargada de tensión y preocupación, especialmente cuando nos enteramos de lo que se esperaba de mi hermano Orión. —Es una locura que quieran que vayas, ¿no es suficiente con que mandes un audio o algo así? —pregunté, incapaz de ocultar mi ansiedad. La idea de enviar a Orión en una misión tan peligrosa me llenaba de temor. —Así no funcionan las cosas, Sam. —intervino Lucas, que estaba a mi lado. Su voz intentaba ser tranquilizadora, pero no lograba disipar mi miedo. Incapaz de contener mi frustración, repliqué con sarcasmo: —¿Entonces qué? ¿Alfa Orión simplemente va como una princesa en su carruaje a saludar a tod