Fue la peor decisión mal pensada que he procesado. Cruzamos los pasillos hacia el cuarto blanco y tomo a Liam por el brazo pidiéndole que se detenga.
—Por favor. —le ruego. —No puedes decirle nada a Marcus y ni siquiera sé si es verdad que Morgan está ahí, puede que sea solo una suposición.
Se gira y quedamos a medio conversar cuando Marcus y Wesley nos arriban.
—¿Qué está pasando? —pregunta Marcus arqueando las cejas.
—Nada. —golpeo con el codo a Liam para que me siga la corriente.
Pasamos minutos incómodos donde no me quita la mirada ensañosa de encima. La sala se vacía y arrinconó a Liam para que no se me escape.
—Necesito ir sola ¿Entiendes? —afirmo y Liam me aparta tomando lugar en la mesa vacía.
—No puedo hacer eso, Marcus me mataría si te dejo ir sola.
—No me pasará nada. —intento convencerlo.
—¿Te estás escuchando? Clare, ese desgraciado, te torturó durante dos semanas ¡Lo olvidaste!
Si lo dice de esa manera, acepto que se escucha descabellado.
—No puedo explicarte cómo lo sé, simplemente sé que no me hará daño esta vez.
Le doy Miles de excusas y no logro convencerlo aun cuando le doy a entender que estaré bien.
—De acuerdo. —acepta por fin. —Pero, iré contigo. —se me borra la sonrisa con solo escucharlo.
—Claro que no.
—Oh, ¡Claro que sí!
Nos fundimos en un choque de miradas y sé que no se detendrá hasta que acepte y termino rindiéndome después de unos minutos.
Pasa un día y no encuentro una abertura para escapar de Marcus, el tema con el general Robinson lo tiene paranoico y aunque así lo desee, la seguridad en el búnker cada vez es más alta.
Liam y yo llegamos a una solución. La reunión con Marta klen es pasado mañana, un Freman debe ir como representación.
—Yo me encargo. —habla Liam.
No sé qué hizo o que dijo, pero una hora más tarde Marcus me visito. Cómo supusimos, Marcus o yo éramos quienes teníamos que presentarnos en dicha reunión, pero teniendo en cuenta que Marcus tiene labores que atender, yo sería la opción más contundente, pero Marcus no me dijo nada pensando que una reunión en la cual Daez estuviera presente sería una mala terapia para mis emociones.
—Estaré bien, Liam me acompañará. —afirmo. —no te preocupes.
—¡Estás segura! No sería mejor que Wesley te acompañe. —objeta y debo mantener la calma para no levantar sospechas. Si Wesley va conmigo será un problema para mí, por otro lado, Liam no solo es de ayuda, sino también me da la ventaja de libertad.
—No. —respondo con tranquilidad. —Quiero ir con Liam. —aclaro.
Discutimos los términos del acuerdo con Marta klen y pongo atención a cada una de sus palabras, mi objetivo es Morgan, pero este acuerdo con la chica nos beneficia y haré todo lo posible para que funcione. Por la tarde visito a Liam para terminar de cuadrar todo. Lo primero que hay que resolver es Daez.
—No le agrado Clare. No creo que ande buscando en mis memorias. —afirma.
—Créeme lo hará, Daez es demasiado cauteloso. —le digo. —Debemos buscar alguien que bloque tu mente.
—Ok, pero ¿A quién le podemos pedir ese favor sin que sospeche?
Se me vienen barias personas a la cabeza, pero ninguna es muy fiable y aquellos dispuestos son personas que harán preguntas.
—¿Quién bloqueo tu mente? —pregunta.
—Marcus. —afirmo.
No es tan fácil, la brujería se divide en dos bases: conjuros y pociones. Pero los conjuros también se clasifican entre: físicos y mentales. Yo soy buena en conjuros físicos, los mentales son más difíciles y para ser sinceros llevo mucho tiempo que no entreno mis conjuros mentales.
—¿Y si le digo Imei Brhazo?
Liam sierra los ojos con clara negación.
—¡¿Qué?! Es uno de los mejores en conjuros mentales. —le digo.
—Sí, pero es primo de quién queremos bloquear y sobre todo… Me odia ¿Lo olvidas?
—Te odia por qué te metiste con mi hermana. —me burlo. —Además, no dirá nada si es Mindi quien se lo pide. ¿Creo?
—¿Crees? No suenas muy convincente. —reniega. —Además, pensé que no querías involucrar a más personas.
Afirmó que Mindi nunca diría nada y se convence él solo. Mi otro problema sería el portal de la academia.
—¿Dónde está el portal de la academia?
—No lo sé. —afirma. —Solo un número de personas lo saben, pero solo el líder puede darte permiso para pasar.
—¡¿Espera qué?! —exaspero con la simple idea de tener que pedirle algo. —No quiero verlo y mucho menos pedirle algo, sin tener en cuenta que posiblemente soy la última persona a la cual él quiera ver.
—Al demonio con lo que Daez quiera ahora mismo. —enfurece. —De igual manera tienes que hablar con el sí quieres pasar por el portal de la academia.
Empiezo a imaginar la conversación y sé que será más que difícil, Daez puede ser muchas cosas, pero gentil y comprensivo se le queda corto.
La mañana siguiente alistó mis cosas y espero a Liam en la pista. Marcus me da las últimas indicaciones y me pide que lo mantenga al tanto, sobre todo. Pasaremos una semana en la academia y mi mayor tortura es tener que verlo todos los días y fingir que no pasa nada.
Aterrizó en USA por la tarde y tomamos el vuelo hasta Oregón y mediante el sol se esconde, vamos llegando a la academia. Intente no recordar, pero el trayecto es como viajar entre mis recuerdos más antiguos.
Supongo que Marcus informo mi llegada, pues arribamos siendo recibidos por Mindi y Grey.
—Prima. —me saluda Grey.
Le doy un visto bueno a Liam y este se retira dejándome sola con ellas. Acordamos que mañana resolveríamos lo demás, pero hoy debemos resolver el tema del bloqueo mental.
—No te preocupes, Daez no está. —me confirma Mindi.
Dejo escapar un suspiro de alivio, no creo estar preparada para hablar con él, aún sigo pensando como pedirle el favor de dejarme usar por el portal.
Me llevan a mi antigua habitación y todo está justo como lo deje. Desempaco y termino recostada en la cama mientras Grey me avisa sobre todo lo que pasará mañana.
—Marta Klen está por llegar, es debido a esto que Daez no está aquí. —confirma Mindi con un rostro de disgusto.
—¿Qué pasa? —indago.
—Esa chica no me agrada. —Confiesa Mindi. —No es lo que prometieron.
—¿Y qué prometieron? —indago.
—Está enojada por qué Imei y ella rompieron. —la confección me deja en las nubes. — No creo que a ti te agrade tampoco, a la chica le gustan los primos Brhazo.
Adiós a mi paz mental y adiós a mis planes. Si Mindi ya no está con Imei eso significa que mis planes se arruinaron.
Miro a mis acompañantes y la desesperación me lleva a soltar la lengua.
—Tengo que decirles algo. —Confieso.
Nunca he Sido buena ocultándoles cosas a Grey y Mindi. Les digo todo y reniegan como dementes.
—Clare, esto no es un juego, acaso olvidas como nos torturó por días. —enfurece Grey. —No me vengas con eso de que no te hará daño.
—Escúchenme. —intento explicarles. — Digamos que voy y solo es una suposición, pero… Que pasa si voy y si está en ese lugar.
—Significa que es un demente que esperaba que tú fueras por él. —indaga Mindi. —Lo cual solo lo vuelve más maquiavélico.
—Sí, pero es un riesgo para él también.
Discuto con ellas por horas y al final terminan cediendo. Ambas tienen bloqueos mentales, lo cual me ayudó a decirles la verdad.
—Yo convenceré a Imei. —dicta Mindi sin gusto. —Pero… Serás tú quien explique por qué Liam necesita un bloqueo, yo soy mala mintiendo.
—De acuerdo. —me levantó, tomo mi abrigo y me pongo las botas.
—Espera ¿Qué haces? —me cuestiona Mindi.
—Iremos a hablar con Imei. No puedo esperar a mañana, Liam viene como representación del clan Hugh, debe de estar presente en la reunión y no puede ir si no posee el bloqueo mental.
—No sé dónde está Imei ahora mismo. —habla Mindi.
Revisamos las redes soci@les y no lo encontramos aun cuando Mindi hizo todo lo posible para ubicarlo.
—Está en la mansión coasteres recibiendo a Marta klen. —dice Liz entrando por la puerta.
Mi preocupación llega a las nubes viendo a Liz. —¿Escuchaste todo? —pregunto.
—No. —declara. —Pero no es necesario escuchar, ya sabía sobre tus planes.
Hay momentos en mi vida donde olvidó lo peligrosa que es Liz.
—¿Estás segura de que está en coasteres? —cuestiona Grey y Liz confirma con la cabeza.
No me agrada la idea, eso significa que Daez está con él y no quiero hablar con él, al menos no hoy.
—Dijiste que tenías que pedirle permiso a Daez ¿Verdad? —pregunta Grey.
—Sí, pero…
—No se diga más, matemos dos pájaros de un solo.
Se ponen en marcha y me quedo en silencio por unos minutos, no quiero ir y verlo, pero no me puedo negar cuando todas me están ayudando.
La mansión coasteres es el lugar designado para las reuniones, llegamos y los guardias no me retienen cuando escuchan quién soy. Los nervios me invaden, pero me mantengo firme deseando que todo salga bien.
Entro al salón junto con Grey y Mindi, mientras Liam se quedó afuera con Liz.
Su aroma golpea mi olfato y siento que caeré al suelo con la maldita dependencia que tengo hacia él. Me flanquean las rodillas y las manos, me sudan como maniaca.
Recibo un golpe de realidad cuando lo veo parado junto a Imei y Robert. Está diferente y no lo digo por su aspecto, esta… Cómo decirlo, más fuerte o con más convicción. Su aspecto también cambio, su hermoso cabello que le llegaba a los hombros desapareció, lo corto y aunque amé su cabello este corte también le queda bien.
¿Qué demonios estoy haciendo? No es momento para pensar en lo bien que se ve. Espabilo cuando me poso delante de él. Nadie dice nada y soy yo quien recibe sus miradas llenas de enojo, confusión y disgusto. Ni siquiera disimula que no le agrada el verme aquí.
Intento hablar, pero guardo silencio cuando anuncian a la invitada. Marta klen entra en el salón y Daez suspira con enojo, me aparto del camino posándome a un lado suyo.
Mindi tenía razón, la chica no es lo que uno esperaba, es más baja y más delgada, pero es hermosa y su mirada demuestra convicción. Mindi suelta un gruñido cuando Imei se lanza a saludar a la invitada enrollando sus manos en la cadera de esta.
Ahora entiendo a qué se refería con «No me agrada» Marta klen no se aparta, corresponde el gesto dando un beso en los labios de Imei y quedó boca abierta cuando se dirige hacia Daez y hace lo mismo. «Tal vez sean sus costumbres»
Saluda a Robert igualmente y se detiene cambiando por completo su mirada coqueta cuando se dirige hacia Mindi. Con mal rostro le da la mano y mira sobre su hombre mirando hacia Grey.
—Un gusto. —le da la mano a Grey con modales perfectos.
Soy yo o cambia rápidamente de personalidad, me causa conflicto, parece sufrir de doble personalidad. Me mira con extrañeza antes de dirigir sus nudillos al flequillo que cae sobre mis hombres.
—Ojos grises, cabello rubio y un aspecto de niña inocente. —habla. —Tú debes ser Clare Wilson.
Aparto su mano y extiendo la otra para saludarla, pero no la sostiene, se va junto a Daez y cruza sus manos sobre sus hombros.
—¿Pensé que solo seríamos nosotros cuatro? —cuestiona mirándonos a mí a Mindi antes de bufarse como si nos hubiera ganado.
—Eso creí. —Habla Daez mirándome con disgusto y debo soltar el aire que comprime mi tórax para no enfurecer y mandar todo al demonio.
—Necesito hablar contigo. —le digo sin rodeos.
—Parece que solo sabes decir esas palabras. —se burla. —Sea lo que sea, puede esperar a mañana.
Camina guiando a Marta klen hacia los dormitorios y en serio quiero sacarme las botas y lanzárselas en la cabeza por patán.
—Nunca dije que fuera contigo con quien quisiera hablar. —dictamino con furia.
Se gira con confusión. Miento, el plan era hablar también con él, pero no quedaré como una estúpida delante de nadie.
—¿Podemos hablar? —me dirijo hacia Imei y este alza la mano señalándose con confusión.
—¿Quién, yo?
—Al parecer. —cuestiona Daez. Lo fulminó con la mirada, es un imbécil.
—Será rápido. —aclaro.
Daez suelta a la mujer y camina hacia mí con el genio palpitándole.
—¿Qué quieres con mi primo? —me toma el brazo con furia.
—Nada que te interese. —intento zafarme y Marta klen suelta la risa mirándonos a todos como su fuéramos un circo.
—Vasta, vasta. —aplaude y posa sus manos por encima de las de Daez. —Solo quiere hablar con tu primo, no es como si quisiera meterse en su cama.
Dios. Esta chica está jugando con fuego, lo noto en cada facción de su asqueroso rostro. Mindi da dos pasos con enojo y Grey la sostiene para que se calme.
Contengo todo muy dentro de mí, me repito una y otra vez que no estoy aquí para buscar problemas, solo necesito que Imei bloqueé la mente de Liam.
—Maldita bruja. —escupe Mindi.
—Gracias. —dice Marta klen. —Pero… ¡Mírate! Sí que pareces una gata.
Mindi abre la boca para hablar, pero todos se detienen cuando Daez se abalanza sobre mí, me toma con tanta fuerza que siento como hunde las uñas en mi brazo, me jala con él hacia la salida.
—Lárgate. —exige.
El enojo me hace estallar las neuronas.
—Suéltame. —exijo con enojo. Lo empujó y no me suelta. —Quítame las manos de encima o te juro que…
—¿Qué harás? —se ríe haciendo que me llene de odio. —Me amenazas, no me hagas reír. —Vuelve a decir.
—Sí, te estoy amenazando, así que suéltame que no vine a hablar contigo.
No miento, estoy enojada, dolida y descontrolada, no le recomiendo meterse conmigo ahora mismo.
—Vaya, me salió ruda. —Vuelve a reír.
—SUÉLTAME. —cruzamos miradas y estoy tan enojada que activo mi dote lista para obligarlo a soltarme.
Ejerce más presión en su agarre y sus ojos se vuelven dorados. El muy maldito está dispuesto a entrar en fase.
Una mano sobre mi hombro me hace reaccionar, miro y es Robert.
—Vasta, déjense de tonterías. —nos pide. —Daez, suéltala. —exige.
Dios, me doy cuenta de que estaba dispuesta a usar mi dote en él. Se me hace un nudo en la garganta cuando recapacito dándome cuenta de que él también estaba dispuesto a entrar en fase. Me libera y paso saliva aguantando el dolor que surge en mi pecho.
—¿Podemos hablar sí o no? —le digo a Imei con la voz hecha un lio.
Imei me señala el camino y cruzo el pasillo con apuro tratando de huir.
—¿Estás bien? —pregunta Mindi.
—No.
Debo tomarme unos segundos antes de hablar con Imei, no solo es el nudo en la garganta, también son las lágrimas invasivas que me quieren quebrar y el ardor en el pecho que provoca que mis pálpitos se aceleren. La estúpida voz en mi cabeza cuestionándome ¿Por qué estoy intentando arreglar esto? Ya ni siquiera sé si vale la pena, no después de que acaba de pasar.
CONTINUARÁ …