Daez Brhazo. Las reuniones de líderes llegan a un punto de ser agobiantes, molestas y sofocantes. Ahora mismo no tengo ánimos para escuchar las quejas de todos, mi deber es liderar y eso hago. Las palabras de la pequeña cosita terca, siguen repitiéndose en mi memoria como un disco rayado. —¿Me estás escuchando? —indaga Marta klen. Alzó la vista para verla y ahí está, recostada de mi escritorio mientras dialoga e inventa cualquier reporte para hacerse notar. Rubí está sentada en uno de los sillones y Daniel está junto a Robert, ambos alzan los pulgares animando a qué soporte a Marta klen. Dejo escapar un suspiro agobiante. —Te escucho, pero no entiendo ¿Qué deseas que haga por ti? Rodea el escritorio mirándome con apremio, balancea sus caderas por cada paso y sus manos se desl