Daez Brhazo. Necesito un maldito manual de comportamiento o por lo menos a alguien que me advierta su presencia. ¿Qué tan difícil es hacer olvidar a un corazón? Si el cerebro no ayuda, el corazón tampoco funciona, eso pensé. Puedo describir las muchas razones por la cual detesto tenerla cerca, odio que mi piel se erice cada vez que entra en mi rango de visión y que su aroma me golpeé suavemente queriendo revolverme el estómago con la corriente que invade mis sistemas. Detesto obligarme a fingir que no me afecta su presencia, que cada músculo de mi cuerpo se tensióna con solo verla, que muy dentro de mi cabeza estoy gritando como un maldito preso que desea escapar, que me repugna que sea tan descarada para mirarme sin vacilación a los ojos, que no aparte la mirada a un sabiendo que su