Pov Víctor
Dos años atrás
Después de despertar por primera vez con alguien y que esta no saliera huyendo como la primera vez que se conocieron, le hizo sentir un sentimiento tan inexplicable que tuvo las palabras correcta para expresarlo. La abrazo fuertemente mientras esta suspiraba tranquilamente ajena al cumulo de emociones y sentimientos que era en ese momento. ¿Qué sentía por Gianna?, no lo sabía. ¿La amaba?, hasta el momento no había sentido indicio de sentir algo romántico hacia ella además de lo s****l donde obviamente ambos se complementaban tan bien, como si ella hubiese sido la pieza que le faltaba a su desordenado rompecabezas. Entonces ¿Cómo se le llamaba al que sentimiento o aquella emoción que no quieres estar ligada sentimentalmente contigo, pero tampoco quieres que este con otra persona? ¡Ya se! Egoísmo. Si, era un maldito egoísta y lo peor es que lo reconocía abiertamente, no quería que otra persona estuviera con ella, pero tampoco se sentía preparado para decirle que tuviera una relación formal, porque obviamente eso iba rumbo al fracaso y a la ruina para los dos. Gianna despertó primero y beso su mejilla con cariño mientras intentaba en vano salir de los cálidos brazos que la apresaba, esa mañana antes que se despertaron sus amigos lo volvieron solo que esta vez lo sintió diferente y eso lo entristeció.
La boda de su mejor amigo estaba a las puertas, algo que lo estreso en gran manera a Charles a pesar de que llevaba casi cuatros años con la misma persona, cosa que para él era imposible, su amigo estaba nervioso y con miedo de ser un mal marido. Fueron a la tienda donde él y otros conocidos, escogieron un traje n***o con una corbata roja. Víctor miro con curiosidad la imagen de una pareja de novios cuando sintió un toque su hombre.
— Espero estar vivo o no tener amnesia para verte en el altar sentando cabeza con una persona que te acompañe toda la vida. — La última palabra lo dijo más largo para molestarlo.
— ¡Dios líbrame de los malos pensamientos! — Exclamo asustado mientras hacia una cruz con sus manos. - ¿Acaso me odias? — Sonrío divertido. — Pensé que de todos tus amigos yo te agradaba.
— Porque me caes bien es que deseo que encuentres alguien. — Palmeo su espalda. — Algunas veces el amor de tu vida está más cerca de lo que tú crees.
Su amigo escucho el sonido de un mensaje y sonrío divertido este le enseño la foto a Víctor y guardo esa foto en su corazón y en su mente. En la foto salía Shanya vestida de un esmoquin rojo mientras besaba la mano de Gianna. Esta llevaba un vestido de novia con corte de sirena, haciendo gracias a sus espectaculares cadera que ya había mordido y besado, esta sonrío genuinamente y nuevamente sintio un calor dentro de su pecho.
(...)
Felicidad.
El amor se sentía en el aire llenando el ambiente de aquel sentimiento. El día de la boda había llegado en un abrir y cerrar de ojos y ahora estaba viendo a su mejor amigo bailando en compañía de su esposa. Charles se miraba tan feliz y su rostro relucía más que las luces del escenario, la novia estaba más bella que nunca, en todo el evento tanto Víctor y Gianna no se dejaron de ver, las miradas coquetas no se hicieron esperar. Este la invito a bailar a lo que ella acepto gustosa, lo que empezó como un baile suave termino en un toqueteo sensual entre ambos probando los límites del otro. Y eso le gustaba. Gianna acerco su cuerpo hacia él y susurro en su oído haciendo estremecer.
— Soy yo o esta feliz de verme bailar. — Susurro con burla.
— Digamos que me gusta la forma en la que te mueves eso enciende a cualquiera.
Gianna lo observo con malicia en los ojos, esta soltó sus manos y camino de manera sensual llamando su atención y como el buen niño que era obedeció y la siguió casi babeando hasta los baños del hotel en donde se estaba celebrando la fiesta. Miro a Gianna acomodarse el cabello y eso lo excito y no entendía porque si solo se estaba arreglando, cerró la puerta y la beso. La beso de forma tan apasionada que casi resbalan al suelo sentí que no era suficiente quería mas de ella, sabía que después de esto jamás se volverían a ver y todo esto era un sueño donde lamentablemente iba a despertar. El vestido de Gianna cayo inmediatamente al suelo mientras la besaba de pies a cabeza hasta subirla al lavabo donde esta gimió ante el frio de la cerámica.
— No sabes cómo me moría por probar tus labios.
Esta rio en sus labios y lo beso.
— ¡Hazme tuya Víctor!
Víctor no alcanzo a decir algo porque otra vez lo estaba besando con desesperación, ella sabía cómo hacerlo sentir bien con un solo toque o una caricia, sus manos recorrieron su piel donde conocía perfectamente donde hacerla sentir en la gloria, toque sus pechos con suavidad deleitándose en ellos, esta gimió en su boca a lo que este sonrío. Esta apretó el agarre en su pierna y lo atrajo más a su cuerpo. ¡Maldición como la deseaba y la amaba!, eso ultimo lo perturbó un poco se separó de sus labios y la observo fijamente, esta lo miro y toco su mejilla con cariño, se restregó en su mano con un gatito buscando cariño y ella se lo dio. Se puso el preservativo rápido mientras entraba dentro de ella y esta gemía en lo alto, las paredes retumbaron pero eso les importo una mierda a ambos, sintió las uñas de Gianna clavarse como aguja en su cuerpo, el sudor de su cuerpo con cada movimiento. Se sentía malditamente bien. Aumento el ritmo de las embestidas y beso su boca con mas ímpetu hasta que sintió que el orgasmo que lo hizo sentir en las nubes. Después de eso cada uno se puso la ropa, esta le dio la espalda mientras se ponía de nuevo el vestido, esbozó una sonrisa divertido al ver que ella le daba la espalda luego de todo lo que habían hechos minutos atrás, Gianna toco su hombro y se puso de espalda de nuevo.
— ¿Me lo subes? — Dijo con tranquilidad.
— Con mucho gusto preciosa. — Beso su cuello hasta dejarle un recuerdo de esa noche. — Te queda bien este vestido parecías un ángel.
Esta se sonrojo y beso su mejilla. Esta tomo el pomo de la puerta sabía que si ella lo giraba se acabaría todo, que nunca más se volverían a ver, pero no pudo. Esa noche perdió su oportunidad de decirle lo que sentía por ella. Después que terminara la fiesta a altas horas de la noche, como un ladrón beso los labios de Gianna y se despidieron con un: "Te veo pronto".
Eso nunca paso.
Un año después.
¡Era un maldito cobarde!
Después que terminara la boda de su mejor amigo, viajo en la mañana a San Petersburgo, tenía trabajo y su vida tenía que continuar con o sin ella, aunque obviamente le hubiera gustado con ella. Guardo su número pero no se atrevía en llamarla y decirle. "Sabes la pase bien contigo, gracias por el sexo de despedida", sabía que a esas alturas ella probablemente lo odiaba. Y si hubiese sido al revés también la odiaría. Había cambiado de trabajo, ahora trabajaba casi a diario pero la paga era extremadamente buena. El en esa empresa se encargaba de dirigir programas que funcionaba a diferentes empresas acerca de la seguridad de los negocios o cajas fuertes en los bancos. Un trabajo demasiado agotador para él. Salió con unos compañeros a un bar para des estresarse un rato, pidió una cerveza cuando escucho la risa de alguien, pensó que era su imaginación pasándole una factura por auto-castigarse por lo que había pasado con Gianna pero cada vez su voz se hizo más presente para su gusto, buscó con la mirada a la dueña de esa voz. Cuando la vio. Vestida con un vestido rojo mientras que mostraba con elegancia su cuerpo, se levantó de la mesa por el impulso y fue hasta donde ella estaba felizmente acompañada de otro hombre. Se puso en frente de su mesa y se cruzó de brazos.
— ¿No esperaba encontrarte aquí Gianna y tan bien acompañada? — Hablo de manera fría.
— ¡Sorpresa! — Respondió con sarcasmo.