Se volvió hacia la puerta y añadió: —Iré a echarles otra mirada. Los palafreneros se quejan de que la caballeriza está muy sucia. Salió de la habitación y el Marqués comentó con voz divertida: —¡Supongo que eso es culpa mía, también! —No se ha hecho ninguna reparación en la casa, como tampoco en el pueblo—informó Erlina—. He oído decir, aunque no he podido verlo yo misma, que el techo está en mal estado y que se ha caído en algunas de las habitaciones principales. —Será su trabajo, señorita Sherwood— dijo el Marqués —, procurar que sean reparadas lo antes posible. —¿Lo dice... realmente en serio?— preguntó Erlina—. ¿De verdad... va a permitir que Gerry y yo vivamos aquí? —A pesar de que está usted muy asustada y me mira con horror, es lo que intento hacer. —Pero, ¿por qué?— pregunt