Exequiel.
—¡Mierda!.
—Te dije que en esta casa nada de malas palabras. —mi cabeza me mata de dolor, miro a un costado y esta sentada mirándome en silencio.
—Ara, ¿Me das agua?.
—Toma. —me siento despacio para no marearme mas de lo que estoy y ahí me doy cuenta que estoy en bóxer y que esta húmedo.
—¿Qué me pasó?.
—¿Acaso no te acuerdas?.
—No. —me tomo todo el agua de un solo trago—. No me acuerdo de nada.
—¿Me estas tomando el pelo?.
—No, explícame.
—¿Sabes qué? Agarra tus cosas de inmediato y te vas. —se golpea las piernas con las manos mientras se para haciendo que la mire dudando por lo que dijo—. Jamás vuelvas a aparecer, no tienes mas la entrada en esta casa... Nunca mas vas a tener permitida la entrada, ¿Me escuchas?.
—Ara, pero... —me tira la ropa con fuerza y me pa
