—¡Christine!—escuche la voz de la señora Martha, quien de inmediato se detuvo a mi lado para colocar su mano encima de mi espalda—¿Te encuentras bien?
Medite mi respuesta, claramente no me encontraba en buenas condiciones, algo extraño estaba pasándome y debía ser algo grave.
—C-creo que...—me vi obligada a decir—creo que necesito ir al hospital.
—Pero niña.¿Qué ocurre?—expreso inclinándose levamente, quizas para analizar por si misma que era lo que me ocurría.
—N-no lo se—dije con esfuerzo y dolor en mi tono de voz, no solo por el dolor fisico sino tambien por la angustia por la salud y el bienestar de mis hijos— por favor ayudeme a llegar al taxi, debo ir al hospital.
El dolor era extraño, punzante como si estuvieran perforandome los huesos, nada parecido a lo que en el hospital me habian narrado del como era exactamente entrar en labor de parto.
—Si, si—expresó tomándome por el brazo para ayudarme a caminar, pero incluso dar un paso se volvio una tarea casi imposible que solo podia ocurrir si daba un grito— vamos pequeña, no falta mucho para llegar, aguanta.
Por el bienestar de mis hijos me vi forzada a intentar continuar, pero mientras los segundos pasaban comencé a sentir que mi cuerpo intentaba expulsar algo, era una sensacion que no podia controlar y temí lo peor.
Grite, esperando que alguien me escuchara, puesto que senti que si daba un paso mas, tendria a mis hijos en ese instante y tenerlos justo ahi, en medio del cementerio, era quizas lo peor que podia pasarles, sobre todo a mi hija, quien iba a necesitar ayuda para respirar, asi que no podia permitir que saliera, no ahi.
—¡Vamos, camina!—me incito la señora Martha con terror en su rostro— haz el esfuerzo.
—¡No!—grite— ya no puedo, creo que van a nacer aqui.
—No, pequeña ya no falta mucho,puedo ver elntaxi desde aqui, aguanta. Llegaremos en poco tiempo.—dijo tal vez con la intencion de darme animos, pero por mucho que quisiera caminar,mi cuerpo simplemente se negaba.
Mire al frente, con la esperanza de ver lo mismo que la señora Martha me narraba, pero en ese instante, alguien aparecio en mi rango de vision, un hombre alto que me parecia ser muy familiar, aunque no sabia quien era exactamente.
Me sentía extraña, sin fuerzas y por lo tanto apenas lograba ver poco,asi que intuí que están por desmayarme.
—¿Quien...es él?—logre musitar antes de que mis piernas perdieran fuerzas, solo que antes de caer, alguien me tomo por los brazos.
Mi cabeza cayo de un modo suave sobre un hombro, uno que de algun modo me hizo recordar a mi esposo, asi que no pude evitar llorar porqué incluso el olor de su colonia era tan parecida.
Acomode mi cabeza sobre ese hombro porqué a pesar del dolor y la angustia, esos brazos me reconfortaron y me hicieron pensar que tal vez Arthur seguía con vida, que de alguna forma él había vuelto a mi y que estaba ahi justo para apoyarme, que no me dejaria sola.
—¡Vamos no te desmayes ahora!—escuche una voz masculina que me parecio familiar, aunque por la gravedad de mi estado ni siquiera me moleste en pensar de quien se trataba, yo solo queria sumergirme en lo que mi mente y corazón deseaban imaginar, que el hombre que me llevaba en sus brazos era mi adorado esposo.
Luego de tomarme entre sus brazos y en cuestión de segundos, de encontrarme a mitad del camino, finalmente llegamos a la salida, pude ver mi taxi y al hombre que lo conducía esperar por mi, pero aquella persona que me llevaba en sus brazos ni siquiera se molesto en llevarme ahí sino que me subió a otro auto, una camioneta que yo no conocia y al menos no le pertenecia a nadie que yo conociera ni siquiera a la familia Sallow.
No me tome la molestia de pensar mas en el asunto, puesto que mi energia se agotaba entre cada grito que daba, lo unico que me mantuvo medio consciente fue tener a la señora Martha a mi lado, a ella si que la pude ver o al menos pude reconocer su voz.
Cuando la camioneta comenzo a avanzar el dolor aumento considerablemente, no sabia que estaba pasando, pero sabia que ya no aguantaría mucho tiempo, puesto que sentía que tenia algo entre las piernas.
—P-por favor—intente decir—apresurense, ya vienen...
De mis labios emergió un gemido aun mas sonoro cuando una nueva punzada me sometió, queria llorar del dolor y tambien de la frustración de no saber que estaba ocurriendo, pero sabia que de hacerlo simplemente me desmayaría, asi que trate de mantener la calma y asi lo hice hasta que en cierto momento el rostro de la señora Martha palidecio.
Estaba mirándome, aunque no exactamente al rostro, sino que miraba mi vientre y cuando su rostro mostro una expresión de terror, giro la cabeza hacia el conductor y grito:
—¡Esta sangrando, por favor apresurense!— dijo, quizas olvidando que yo me encontraba ahi y que esas palabras iban a angustiarme aun más.
—¿¡Qué!?—intente levantarme para mirar por mi misma aquello que decia la señora Martha, pero enseguida y antes de que pudiera ver algo, una mano me tomo del hombro, asi que instintivamente gire en esa dirección.
Vi el rostro de un hombre joven que tenia un parecido con Arthur, creí que estaba alucinando asi que solo en ese momento un par de lagrimas fluyeron por mis mejillas, estaba volviéndome loca eso lo sabia asi que no dije nada, me limite a concentrarme en lo que estaba sucediendo, en guardar la poca energia que me quedaba para no desfallecer antes de llegar al hospital, pero cuando la camioneta se detuvo y aquel hombre me tomo en sus brazos nuevamente, finalmente perdi la consciencia de mi misma.