Capitulo 2

1048 Words
Cuando tome consciencia de mi misma, me di cuenta de que estaba en una habitacion blanca, aunque mis párpados se sentían sumamente pesados y que decir de mi propio cuerpo, era igual que una piedra, no lograba moverlo por mas esfuerzo que aplicaba. Cuando mi vista se fue aclarando finalmente pude ver que estaba en la habitación de un hospital. Había un reloj, uno que no estaba muy lejos de mí, eran las doce con treinta y dos minutos, no sabía qué día era, ni tampoco cuánto tiempo había pasado inconsciente. Instintivamente inclinan la mirada hacia mi abdomen buscando mi vientre aún abultado, pero tal fue mi sorpresa al ver que seguía inflamada, si, pero ellos ya no estaban ahí. Por obvias razones comencé a llorar, lo hice en silencio y sin emitir ningún sonido puesto que no sabía qué era lo que había ocurrido y dónde estaban mis hijos. Intente guardar la calma, pero en ese instante alguien abrió la puerta de la habitación era la señora Martha quién traía consigo un ramo de flores blancas. —¿D-donde?—intente decir—¿Donde están mis hijos? —¡Pequeña!—pronunció y enseguida dejo las flores junto a un mueble que estaba situado frente a la cama para aproximarse a mi—descansa, recién tuviste una cirugia, no hagas ningun esfuerzo. —¿Donde están?—repetí en el mismo instante en que tomaba mi mano para darme ánimo, pero su rostro mostro un poco de preocupación. —Tuvieron que hacerte una cesárea de emergencia— me informó, cuestión que en realidad no me sorprendía puesto que ya habia sido programada para ser intervenida, mi angustia se debia al hecho de no saber que habia sucedido— la niña, se encuentra en cuidados intensivos neonatales y el pequeño... Enseguida elevo la vista de mi hacia mi lado derecho, asi que al seguir su mirada hacia lo que observaba, me di cuenta que habia un cunero en donde había un pequeño bulto. —Se parece tanto a su padre—pronuncio la señora Martha con un evidente nudo en la garganta, yo sabia cuanto le dolía, saber que ya jamas volveríamos a verlo, dolía en lo mas profundo del alma. —Q-quiero verlo—dije intentando levantarme de mi lugar, pero con la fuerza que tenia era imposible lograrlo, asi que ella me sonrió y asintió con la cabeza. Posterior a eso, rodeo la cama en donde yo me encontraba y enseguida tomo al pequeño en sus brazos. —Es hermoso— dijo caminando en mi direccion y una vez que se estuvo cerca de mi, lo inclino un poco para poder ver su rostro. Era el ser humano mas pequeñito que habia visto en mi vida, arrugadito y un poco cachetón, tenia pequeñas manchas rojas en la piel de su rostro, apenas tenia cabellito, pero ese niño era mio y a pesar de su frágil existencia, en verdad vi algo de Arthur en él. —E-es cierto— admito con lagrimas en los ojos, se parece a su padre— mi pequeño Arty. —¿Asi se llamara, Arty?— cuestiono la señora Martha devolviéndole la miradabal pequeño en sus brazos, mirandolo con ternura. Asentí mientras me llevaba una mano al rostro para limpiarme las lagrimas que habian resbalar por mis mejillas. —¿Y mi pequeña?—cuestione un poco angustiada por ella— ¿Te han dicho algo sobre ella? —Solo que se encuentra en cuidados intensivos y que por momento se encuentra estable— expreso y aparentemente con cierta calma, lo cual me tranquilizo un poco, aunque del mismo modo me senti bastante culpable porque no podia estar con ella en ese momento, debia sentirse sola y asustada. Me quede en silencio meditando lo que habia sucedido y como es que ese dia que prometía ser un dia común y corriente habia terminado así. —Por cierto, señora Martha— me digne a decir un tanto emocionada, después de todo aun tenía pequeños fragmentos del como había llegado al hospital, asi que recordaba estar en los brazos de un hombre, unos que me recordaban a Arthur—¿Quién era el hombre que nos trajo aqui? Su rostro de pronto palidecio, cuestion que me desconcertó un poco. —Ay, pequeña— se lamento con cierto aire de angustia— de haber caminado un poco más, no lo habríamos visto. —¿A que te refieres?— exprese creyendo que tal vez estaba intentando decirme lo mismo que yo intuía, que la tumba de Arthur estaba vacía. —Es que ese hombre era... —Vaya, pense que usted más que nadie estaria más que agradecida despues de que evitara que esta mujer tuviera a sus hijos entre los muertos—pronuncio una voz masculina con un tono de voz severo. Cuando busque el origen de aquella voz descubri a Michael en el marco de la puerta de mi habitación y extrañamente llevaba un pequeño ramo de flores— pero quien la culpa cuando el niño favorito siempre fue Arthur. Dio un par de pasos con una sonrisa descarada, se acerco al mismo mueble donde habia varios ramos de flores, pero en vez de colocarlo junto a los demas, aprovecho la cercanía del bote de basura y lo deposito ahí. —Disculpenme, señor Sallow...—expuso la señora Martha,obviamente avergonzada por haber sido descubierta. —Por favor, no me llames asi, no cuando no soy más que la oveja negra de esa familia, solo dime Michael— indico, ahora aproximandose a nosotras para observar con cierto interes el rostro de mi hijo, pero al verlo seguramente vio lo mismo que nosotras, solo que a él no le agrado— es increible como es que el hijo no deseado de Arthur se parese tanto a él. —Michael, no digas eso—intento reprenderlo la señora Martha, mientras se alejaba de él para devolver a mi hijo a su cuna, quizas con la intención de que siguiera ofendiéndolo a él y a la memoria de su padre. —Pero si es la verdad, todos saben que esta...—me miro y me dedico una mirada de desagrado— mujer engaño a Arthur para usar su material reproductivo aun a pesar del deseo de él.
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