Por qué siempre he de perder mis batallas cuando el enemigo se trate de tu mirada fría, pero ay, del día en el que la calidez y el amor invadan tu alma.
E.G.
Esteban
Pido una bebida ignorando la burla de Zack, ya debería de haberme acostumbrado, pero me sigue sacando de quicio que tenga razón al decir que estoy frustrado.
―Entonces, ¿Qué te hizo ahora la dama misteriosa? ―cuestiona Alexander.
―Lo de siempre, que ha rechazado la propuesta de matrimonio que la princesa le ha hecho ―se burla Zack.
―Es que a ella le gustan las relaciones misteriosas, sin misterio no hay pasión y como ya saben Esteban quiere desvelar el misterio que envuelve esa relación, ella está que lo manda por un tubo ―replica Rogert de manera muy confusa. Me quedo mirando a Tom esperando a que él también diga algo, pero parece que será el único que no se va a burlar.
―Ella no me hizo nada, solamente quería beber y ya ―alego.
―Exacto, ella no hizo nada, él tampoco le hizo nada y bueno, ya saben, cuando no funciona, no funciona ―dice Tom haciendo señas hacia mi entrepierna.
Todos estallan en carcajadas a mi costa, me pongo de pie dando un golpe a la mesa que llama la atención de las demás personas.
―¡Me largo, pensé que estaría con mis amigos, pero la verdad solo se han reunido para tenerme de su payaso y no les voy a permitir que se burlen de mí en mi cara! ―exclamo perdiendo el control.
―Ya, ya, cálmate, discúlpanos por burlarnos, mejor olvidemos el tema y bebamos ―interviene Rogert.
―Sí, no tienes por qué irte, ya no seguiremos con el tema ―asegura Tom, Alexander dice lo mismo y todos se fijan en Zack que se mantiene en silencio.
―¿Qué? A mí sí me parece divertido hacerlo hacer coraje por una mujer, es para que aprenda que lo mejor es saltar de una cama a la otra, yo soy como este tipo el que dice, nunca he podido pasar siete noches en la misma cama ―expresa con sinceridad.
―Zack, el que tú seas un puto libertino no significa que puedas burlarte de Esteban o de alguno de nosotros por el hecho de haber colgado la capa, te aseguro que uno nunca debe de escupir hacia arriba ―dice Alexander.
―Eso es porque ustedes se dejaron enredar, respeto su decisión y admiro la capacidad que tienen para ser fieles, pero por amar a una no es justo que un hombre tenga los mismos síntomas premenstruales de una mujer, es como un karma que yo no pienso vivir ―replico con determinación.
―Ya dejemos el tema de las mujeres por la paz, Zack no va a entender y ustedes perderán el tiempo explicándole ―observo tomando de nuevo asiento―. En fin, vinimos a divertirnos un poco ―Levanto mi cerveza y todos me imitan.
El tiempo se nos va hablando de cualquier cosa que se nos ocurra, al cabo de media hora de estar tomando y echando chistes nos adueñamos de una mesa de billar y empezamos a hacer apuestas ridículas que nos hacen pasar unas cuantas horas bastante agradables. Alexander, a pesar de estar tomando, me doy cuenta de que no lo hace con la misma intensidad que todos los demás, supongo que se debe a su antigua relación con la bebida, es una suerte que no tenga problemas de recaída por probar el licor, en fin, es excelente que no todos estén totalmente ebrios, mientras Tom, Fernando, Alex y Rogert echan una partida, me acomodo en la mesa junto con Zack, que bebe tranquilamente al tiempo que le coquetea a una rubia bastante hermosa.
―Tienes que darte tu lugar ―pronuncia de pronto.
―No entiendo de qué hablas ―murmuro.
―De que conozco tu secreto, sé con quién estás, no creas que te investigue, porque sabes que poco me interesa quien tenga el mal gusto de comerte ―dice restándole importancia―. Te vi con ella, pero no te preocupes de mi boca, nadie sabrá quién es la dama misteriosa, pero si te diré algo, esa es una mujer dominante que le gusta que las cosas se hagan a su modo y no sé si sienta lo mismo que tú, pero la manera en la que te mira deja claro que es capaz de estrangular a quien sea que se atreva a mirarte ―quedo totalmente mudo con lo que me dice, Yxora y yo siempre hemos sido muy discretos y en muy pocas ocasiones hemos estado en público―. Ahora, lo que te aconsejo es que te des tu lugar cariño, tú tienes tu valía y quizás ella no lo ha visto o valorado porque tu andas de arrastrado, es cierto que prefiero la vida del soltero y que daría mi vida por permanecer siempre soltero, no obstante, soy feliz de que mis amigos lo sean, sin embargo, tú sufres por esa mujer ―continúa.
―¿Desde cuándo te volviste tan sabio y reflexivo? ―cuestiono sin creer que me hable con tanta madurez y dudando de que Yxora alguna vez me mire de una manera diferente a como lo hace ahora.
―Que me haga el tonto y despreocupado no significa que sea un idiota sin cerebro, pero soy de los que ve y calla, sin embargo, hoy me diste lástima y por eso mi consejo, déjala, apártate de ella para que reaccione y vea cuanto vales realmente ―sé que es lo que tengo que hacer, pero me cuesta tanto tener que obligarme a hacerlo, es lo más difícil que pueda hacer en toda mi vida.
―Te das demasiada valía, querido. Soy una mujer que sabe cómo encontrar la satisfacción, ya sea en otro cuerpo o no.― Sus palabras hacen eco de lo que ha dicho Zack y entiendo que tiene razón, tengo que demostrarle que ella me necesita tanto como yo a ella.
―Supongo que tienes razón, pero me cuesta verlo de esa manera, tengo tanto en que pensar ―resoplo.
―Es difícil, lo sé ―volteo a mirarlo cuando pronuncia esa frase con tanta seguridad―. Una vez estuve en tu lugar, ame a una mujer, los dos éramos bastante jóvenes, sin embargo, yo sabía que estaba dispuesto a todo por ella, quería bajarle la luna y las estrellas, la convertí en mi maldita galaxia, pero al final ella se marchó y me dejo una nota con una sola palabra escrita, “Lo siento” ―confiesa al tiempo que los ojos se le cristalizan―. Desde entonces me juré nunca más amar a ninguna mujer, vivir la vida de picaflor y don Juan que ahora llevo, sin crear vínculos emocionales con ninguna fémina ―por primera vez desde que lo conozco, siento que habla con tanta franqueza y madurez que tengo ganas de abrazarlo y gritar hurra, pero no quiero arruinar el momento.
―¿Por qué nunca habías dicho nada? ―pregunto, la curiosidad de que me cuente más me gana.
―Por qué a nadie le importa y ya te estás volviendo una vieja chismosa, espero que no comentes nada de lo que te he dicho ―contesta volviendo a ser el mismo hijo de perra de siempre.
―Sabía que no podía durar mucho y no te preocupes, soy una tumba anti profanación ―contesto antes de que los chicos se acerquen.
―¿Qué tanto se secretean ustedes dos? ―interrogan.
Negamos y evadimos las preguntas para luego ponerme de pie e iniciar una nueva partida de billar con la que pretendo hacer que olviden la lluvia de preguntas. Muchas horas después, nos despedimos con la promesa de avisarnos en cuanto cada uno llegue a su destino, estamos ebrios, pero aún podemos conducir, bueno, al menos Rogert, Tom, Fer y Alexander van bien, conduce Alex y él es el que menos tomo de todos. Me voy a mi departamento, no tengo ánimos de regresar a la casa de Yxora, tengo que pensar bien en las palabras de Zack, tiene razón en todo lo que dijo, ella no valora lo que soy ni lo que estoy dispuesto a dar y si es así lo mejor es que le dé fin al contrato que tengo con ella.
La amo más de lo que puedo llegar a imaginar, pero no puedo esperar a que a ella le dé la gana de algún día verme de una manera distinta, a que vea en mí más que un simple sumiso dispuesto a complacerla.