Eres lo que hay

1967 Words
Layla siente tanta vergüenza por las acciones de su hermano, ella sabía del secuestro a la princesa, Elías y ella habían tenido una discusión al respecto porque Layla desconocía las ideas de su hermano y su amigo consideraba desleal no avisarle un golpe al reino, un golpe directo a su hermana. —El problema es que Elías no me quiere de esa manera. Elías está casado con su mucama y ellos tienen dos hijos. ¿Dónde calzo en esa vida Farah? ¿Cuál será mi papel? ¿Qué le pasará a ese bebé que el reino espera? Elías ve las lágrimas de Layla y ha escuchado las comparaciones con Baruk y Malik y él no es un violador, ni un hombre violento, no debería estar siendo comparado con ese par de terroristas o discutiendo con ellas, simplemente deberían casarse antes de que vengan a matarles a todos. Mal día había elegido Nala para traer a sus hijos a un palacio que pronto podría estar en llamas. —Nunca has dicho siquiera que te gusta. ¿Por qué demonios tengo que sentir y pensar lo mismo que tú? Somos amigos, y eso es una buena base para cualquier matrimonio. —Como te decía, estoy corta de tiempo y de opciones. Creo que te gustaría que te matara, así que eso está fuera de la mesa, pero no voy a hacer eso. Personalmente, te entregaré a Malik o a mi hermano, pero necesito que entiendas que no hay "felices para siempre". —No tengo la culpa de lo que hizo mi hermano. Te ayudé a rescatarte, Farah. Farah lo sabía, recordaba a Malik intentando ayudarle y recordaba a la princesa haciendo todo para que su hermano y su padre pudiesen ingresar al palacio y rescatarla. Todos en el reno sabían que Layla no era mala persona. Era una joven que vivía bajo la sombre de dos hermanos horribles y un padre moribundo que hacía lo que sus hijos varones pedían e ignoraba por completo a la princesa. El problema es que esta vez, no podía devolverle el favor, la necesitaba casada y ya. —Estoy muy agradecida, pero necesito que él te lo pida de nuevo y tú le digas que sí. —Mi mamá fue la segunda esposa del rey y falló en darle un segundo varón. Mi mamá tenía amor y mucha soledad. —Yo no conocí a mi mamá, no vas a ablandarme con eso. —grita impaciente Farah. —¿Elías o Malik? Layla sabía que no tenía otra opción, si el príncipe Kamal moría y estaba casada con él, quedaría desprotegida. —Mis hijos tendrán los mismos derechos que los de ella, la misma educación, la misma atención por parte de su padre y comerás con nosotros una vez a la semana. Estudiarán en el extranjero apenas cumplan. Cinco años y me iré con él o ella hasta que les toque reinar.—Elías y Farah asienten.—Al reino de Azalam solo aspiran mis hijos con Elías, no los que tenga con otra mujeres. —Nala y yo no tenemos aspiraciones al reino. —Literalmente esto es una cueva—señala Farah. —Pueden recitar sus votos ante mí y tener relaciones sexuales. Reza para que ese bebé llegue pronto. —La mujer cruza los brazos y trata de mir Todos nos hacen pensar que el presente es malo para poder disfrutar de una lluvia de bendiciones en el futuro, pero mientras Layla lloraba y se casaba con su hermano. La joven escuchó las palabras clave: “Te tomo como mi legítima esposa y esposo” y vio a su hermano colocarle los anillos. Farah le dio un beso y un abrazo a su hermano y él advirtió: —Como dice mamá: Prohibido morirse —le recordó a Elías a su hermana. —también perder partes del cuerpo. Recuerda mantener la comunicación. Te daré indicaciones en unas horas. Te amo. —Yo también te amo —responde y le besa en la frente. —Layla, lo siento mucho. No quise lastimarte. Sé que es difícil, pero en tiempos de guerra hay que buscar la forma de sobrevivir.—Aclara Farah a la princesa de Azalam. La princesa Farah sale de la habitación, dejando a los recién casados encerrados. Toma la mano de Selene y la lleva al exterior para que pueda ver a su esposo. La mujer le agradece inmensamente y la acompaña. Elías ve a su nueva esposa tomar la lámpara para protegerse y él le asegura que nunca forzaría a una mujer. —Esto es una locura, Layla. ¿“Me amabas” como a nadie y ahora me odias porque me di cuenta? —Deja de justificarte. —No voy a obligarte a tener sexo conmigo, no así, no ahora. Encontraremos alguna solución, pero lo que nunca te voy a perdonar es todo esto: las mentiras, los años en los que confié en ti, te traté como mi amiga más leal, te defendí de las "conspiraciones de Nala" para que todo sea verdad. Eres una mentirosa, una farsante y eso es lo que jamás voy a perdonarte. De una forma u otra, todos viven la guerra de una forma diferente. Para Malik, se trata de territorio y poder, pero para las princesas en el palacio, que esperan a que sus esposos o la libertad regresen a sus vidas, se sobrepone la lealtad que alguien les dio y decidieron usar como una escalera para llegar a su objetivo. Para Selene, es la claridad de que amarse a veces no es suficiente. Ella y Kamal se habían amado desde el primer minuto, pero siempre había algo en medio; él tenía que luchar por vivir, por seguir juntos. Para Nala, lo más importante era la familia, y mientras intentaba mantener a sus hijos seguros y tranquilos, no podía evitar pensar en las veces que ella y Elías se habían distanciado solo para intentar hacer felices a otros o crecer laboralmente. Todo eso le parecía pequeño si tenía que elegir entre no tenerle. Las guerras internas, las guerras emocionales, pueden ser terribles, pero la que había fuera era lamentable. Algunos morían por el hambre de poder de gente que nunca podría responderles. Malik había perdido la vida en un intento por asesinar a la princesa Farah, a pesar de que sus últimas palabras dirigidas hacia ella la señalaban como la única persona que le había querido, y Baruk había sido torturado a manos de un hombre contratado por la princesa del sol. En los días posteriores a la guerra, Layla había visto cómo los príncipes y princesas del sol lamían sus heridas. A ella le habían invitado a una cena para celebrar que, a pesar de que Kamal recibió una bala que casi acaba con su vida. Elías tenía varios golpes que le habían generado una pequeña contusión y un balazo en el brazo, y el príncipe Lorenzo, esposo de Farah, también había recibido algunos golpes, todo era mínimo porque estaban vivos, estaban bien, ya no había más dolor. La princesa se había negado a unirse a la fiesta de celebración porque no había nada que celebrar. La reina subió a su habitación con la bandeja de la cena y esperó a que ella saliera del baño. —Feliz noche, princesa. —Disculpe, majestad —dice la joven mientras sostiene las toallas que cubren su cuerpo. —Eleonor para ti. —He venido a cenar contigo, espero a que te vistas —sugiere la mujer y va al balcón a servir la mesa. Layla se pone el primer vestido que encuentra, amarra rápidamente su cabello y va al balcón. Es la primera vez en semanas que siente la brisa caliente recorriendo su piel. La reina sonríe y sirve más vino del que debería en sus copas. —¿Te gustaría una reunión con el rey? —Isam estará encantado, sobre todo porque llevas encerrada aquí casi un mes, Layla. —No pienso consumar mi matrimonio. —Tu reino espera cosas diferentes —responde la reina—. Pero yo perdí un hijo contra la depresión, no voy a perderte a ti. Una vez al día te reunirás conmigo, hablaremos, comeremos y planearemos cosas. —¿Crees que estoy deprimida? —La reina señala la cama sin hacer la habitación un poco desordenada y no menciona que si bien se ha bañado, no tiene un buen aspecto. La princesa de Azalam ha perdido unos diez kilos a punta de sufrimiento y negándose a comer más de la mitad de sus comidas. —Te voy a poner al día con lo que está pasando en el reino. ¿Te parece? —Layla ve a la mujer y ella asiente—. Kamal se recupera muy rápido, así que le hemos subido a su habitación, pero le dan medicinas y cuidados. Él y su mujer adoptarán en unas semanas. Los pequeños príncipes, mis nietos, piensan que eres una princesa como en Sherk y te transformas, así que intentan por todos los medios liberarte, por si algún día abren la puerta —Layla sonríe. —Se parecen mucho a su padre—Eleonor sonrió y se reservó para sí misma el embarazo de la Nala, porque eso podría orillar más en su depresión a la princesa Layla. —Pobre Nala, son idénticos —Las dos ríen—. Farah perdió un bebé, pero afortunada y desgraciadamente. Al mismo tiempo, eran gemelos, así que está haciendo reposo. Le han dado antibióticos y hemos contratado varios ginecólogos para que la visiten y los vean. —Felicidades, será abuela. —Sí... —responde Eleonor, la relación de Farah con Lorenzo les había tomado por sorpresa a todos—. ¿Es un poco… raro? —Sí, pero Farah siempre ha estado enamorada del hijastro del rey. No son hermanos, suena raro, pero es justo que estén disfrutando. —Lo es —responde Eleonor—. ¿Y cómo estás tú? —Estoy encerrada en esta habitación el 90 % del tiempo. Estoy casada con alguien a quien no le importo, no me ha visitado y no me habla si me ve por ahí. Su mujer me recuerda que soy la otra con la mirada. Los otros miembros del palacio parecen estar incómodos con mi presencia y la verdad, solo quiero irme de aquí, pero siempre que hablo con alguien me recuerdan que seré la madre del próximo rey de Azalam ¿o todo se llama Tierra del Sol ahora? —Layla, yo... no entiendo de sacrificios reales ni todas esas mierdas. Yo sé lo que es levantarse en la mañana e ir a trabajar, pagar cuentas de tu bolsillo y quedarte corta. Sé ser mamá sola y rezar porque sea solo gripe y no una infección de oídos, ya que eso es horrible. Sé lo que es una vida normal, corriente y complicada pero aburrida. A veces excitante y otras veces sosa. Y me encantaría prometerte eso, una vida normal. —Replica la reina—. Lo único que puedo intentar es divorciarte, pero no sé si es algo posible. Ha habido revueltas, la gente quiere ver al príncipe y la princesa casándose. Quieren algún símbolo de seguridad, de unión y de paz entre los reinos. Quieren sentir que no les hemos robado sus tradiciones y sus creencias. —Yo nunca he sido importante para ellos. —Eres todo lo que les queda —asegura Eleonor, y las dos continúan comiendo en silencio. Comenten mucho, quiero saber si les queda claro, si les gusta. Qué necesitan saber, qué les gusta o qué les parece que hace falta. ¡Quiero saber todo! Si la novela se relaciona con todo por el reino, pero no es una secuela, es la historia de Layla, así que algunas cosas son eliminadas y otras se mantienen.
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