¿Te quedas?

1135 Words
Kamal vio a Leonel y después a Layla, le dio un beso en los nudillos y le aseguró que estaría en la habitación de al lado, tan pronto como se despertara en la mañana quería que le llamara con un reporte de cómo se sentía en cada célula de su cuerpo. El hombre le besó en la frente y se despidió para ir a su habitación y quedarse a solas con Leonel. Este los vio extrañado, pero no dijo nada; en cuanto Kamal se alejó, él se acercó a Layla. —Hola. —¿Estás bien? —preguntó Leonel. —Sí. —Intenté amar a alguien más. —Hay cámaras en el pasillo. —Están apagadas. —Vale, me decías... —Mi cuñada, la esposa de mi primo, me presentó a una de sus mejores amigas y es perfecta en el papel, es divertida, muy guapa, es hiperflexible, lo cual hace el sexo interesante, es una profesional impresionante, ha trabajado en las cadenas deportivas más importantes y entiende todo de mí, entiende el sexo, entiende el trabajo, entiende vivir conmigo, es perfecta. —Gracias por contármelo. —El problema más grande de Victoria es que no entiende el silencio ni mis rituales, y lo más horrible es comparar a alguien, porque no eres tú. Te amo a ti y pienso en ti... —Está bien. —¿Está bien? —Vengo del médico y no quiero pelear, quiero acostarme en la cama y que me abraces, y en un rato pediremos una cena alta en carbohidratos, veremos una película y probablemente nos besaremos y nos quedaremos dormidos hasta mañana, y probablemente discutiremos, te irás o me iré. —Voy a quedarme, Layla, y voy a esperar. —¿Es lo que has decidido? —pregunta Layla. —Porque esa otra mujer es perfecta, exgimnasta olímpica, la he visto contorsionarse y volar... —Leonel se ríe. —Eres celosa —le acusa Leonel. —No, soy curiosa y la vi... En su mejor papel. —Yo sé todo lo que las revistas dicen del rey —reconoce Leonel y se acerca, le acaricia la mejilla con toda su mano y ella reposa contra la misma mientras le mira, Leonel la besa, largo y profundo, durante minutos que se sienten como horas debido a la falta de aire. Ella descansa su rostro contra su pecho y él murmura contra su oído.—Lo único que me consuela por las noches es que sé que he tenido algo que él jamás tendrá. —¿Qué es eso? —A ti, completamente, en alma y cuerpo. Layla le mira a los ojos y desliza la tarjeta para ingresar a su habitación. La joven pasa y Leonel le sigue, los dos se miran, y ella comenta que el hotel se ha lucido por intentar hacerles sentir cómodos, por lo que hay pijamas nuevos de seda. El joven mira a Layla divertido. —¿Con eso duerme la realeza? —Sí, en la imaginación de la gente. Kamal duerme medio desnudo o desnudo, y a mí me reconforta dormir en alguna camiseta vieja y ropa interior. —Interesante. —Selene tiene predilección por el algodón y todos sus hijos...—Layla hizo una pausa—Estoy hablando de pijamas, voy a acostarme. —Voy a ordenar una botella de vino y algo de comer, ¿te apetece algo? El joven se quedó en su lugar observándole en silencio y él sonrió, antes de acercarse y besarle en los labios, Leonel se acercó a ella y la besó. Le prometió que no iría a ningún lado y ella le dio un beso en los labios y fue directo al baño, tomó una ducha larga, se colocó su pijama y cuando salió él estaba en el suyo, comiendo papas fritas, una bandeja de papas fritas para ser exactos. —¿Cómo está Andrés? —pregunta Layla conforme se acuesta a su lado. —Está ligeramente herido y bajo investigación. Aparentemente, su auto fue el que causó un derrame que provocó el aceite. —¿Lo encarcelan o algo así? —No, multan a su equipo, pero él es relativamente nuevo, así que podría ser que no lo contraten más. —Es un buen mecánico, sí, pero también chocó y fue su culpa, y hay gente gravemente herida e incluso un muerto, o sea, es un desastre —resuelve Leonel y Layla toma una de las papas sin nada. —¿No te gustan las salsas? —Me gusta la mayonesa, en específico, pero prefiero sobre todas las cosas comerme la papa con sal deliciosa —él se ríe. —¿Quieres ver algo? —No, estoy disfrutando de tu compañía —responde Layla y le confiesa que necesita descansar, y después pueden planear a dónde irán y por cuánto tiempo. Kamal era un padre orgulloso, amaba con todo el corazón a cada uno de sus hijos y le divertía lo diferentes que eran, pero ver la foto de los tres abrazando a su madre le enloquecía. Decidió después de bañarse, cenar y escribirle un mensaje a Layla para verificar cómo estaba, llamar a su mujer. —Hola, Agape. —Le saluda y ella sonríe.— ¿Cómo estás? —Con tres niños en la cama. —Estoy celoso de los cuatro. —Te extraño —reconoció Selene. —También te extraño. —reconoce Selene mientras sale de su cama, va al balcón y cierra la puerta. A lo lejos ve a uno de sus guardas de seguridad y lo saluda al viejo antes de sentarse en su silla y abrazarse a sus piernas. —¿Cómo estuvo tu día, cielo? —pregunta Kamal. —Estar aquí... me hace extrañarte —reconoce Selene. —¿Quieres que vaya? —La ciudad está llena de recuerdos. —Reconoce Selene. —¿Estás bien, mi amor? ¿Puedes decirme lo que quieras? —Te extraño, Kamal. Te amo. Te extraño... El hombre que me amaba con locura, que me protegía con la vida, que deseaba hacerme sentir como si fuera la única y más importante persona del universo. Yo... te extraño, te amo tanto, y te estoy perdiendo —dijo entre lágrimas. — Quiero que seas solo mío, Kamal. No quiero que estés casado con otra, no quiero que tengas un hijo con alguien que no sea yo, quiero que seas solo mío, Kamal —dijo su mujer mientras lloraba. Kamal sabía que no había palabras que consolaran a su mujer, que no había nada que pudiera decir que la hiciera sentir más amada, valorada o cuidada en su relación. De todas formas, intentó tranquilizarla y después de hacer eso tomó sus cosas y llamó a Layla, ella estaba dormida y Leonel le dio un vistazo a su celular. Kamal Necesito que me llames, es urgente.
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