Elegirse

1506 Words
Kamal le pidió a uno de sus empleados que llevara a esa mujer que se había hecho pasar por su suegra y exigió al señor Kontos que se pusiera en pie y lo siguiera, no sin antes dejar claro: —No me importa quién sea su madre, es mi esposa, es mi reina y no le causaremos un solo dolor o una lágrima más. Todos fingiremos que todo está bien y en cuanto Selene esté feliz, llena de risa y amor, y rodeada por sus seres queridos, usted me explicará la historia y yo sabré si mi mujer necesita escuchar lo que tiene que decir. Todos se quedaron en silencio cuando Selene regresó a la mesa, ella realmente pensaba que solo estarían sus hijos y su esposo en su lugar, Felicia, su hermana, la cual tenía los ojos llorosos, se puso de pie y le dio un beso y un abrazo a su hermana, a la bebé que había cuidado toda la vida. Selene la miró asombrada y Alexis se puso en pie e hizo lo mismo, abrazó a sus hermanas y Griffin las observó antes de negar con la cabeza. —Ven, la adolescencia no puede ser tan ridícula —regañó su hermano mayor y todos rieron antes de que el muchacho se uniera. Kontos les dio un beso a sus hijos y los animó a comer, luego miró a Selene, la abrazó y la besó con ternura. —Te debo una disculpa, cielo. —Oh... papá, mamá tenía razón, mentí, la ofendí y me quedé con el príncipe, tenemos tres hijos y una vida agotadora, es lo que elegí y ella está enojada. Tal vez si me quedo y logramos hablar se pueda resolver, y si no, al menos te tengo a ti. —Kontos le dio un beso y señaló el desayuno. Kamal volvió a tomar asiento y besó a su mujer en los labios, ella sonrió y le acarició el pelo. —Mira a esos tres. —¿Cómo los adoptaron? No sabía que los reyes podían hacer eso. —La reina de Tierra del Sol visitaba los orfanatos y conoció a Isla, que es la que nos gobierna actualmente —todos rieron—. Y ella decidió que Selene era su mamá. Alan vino como un añadido y fui a conocerlos, y Raj... me recordó a mi niño interior, competitivo, divertido y algo travieso. Siempre están peleando con sus primos, pero de manera saludable. —Compiten mucho, Isla a veces se siente sola porque son puros varones, pero les sigue mucho el juego. —¿A qué te dedicas, tía Selene? —Bueno, estamos reformulando varios países y una de nuestras tácticas en el turismo. Kamal se encarga de las relaciones internacionales y nacionales, yo me hago cargo de la administración de hoteles y aeropuertos, visitas de grandes mandatarios, y Layla comparte responsabilidad con ambos. —¿Cómo funciona eso? —No tenemos sexo juntos los tres —respondieron Kamal y Selene al unísono. —¿En serio? —Layla es una esposa política. Solo nos hacemos cargo de cosas juntos por el bien de nuestros países. —¿No se supone que tendrán un bebé? —preguntó Felicia. —Sí, pero es un tema complejo —intervino Selene. Isla vino corriendo y acarició a su mamá. —Mami, ella, ella… mi nueva prima puede quedarse y nos metemos a la piscina con los otros chicos. —Claro que pueden quedarse. —Gracias.—Responde la pequeña —Oye, papá... —dijo la pequeña y él le dio un trozo de piña. —Sí, mi amor. —Necesitamos más juguetes y mis hermanos quieren ir en el bote, para que lo sepas. —Gracias, Isla. —respondió la mujer y ambos rieron. Kamal se disculpó mientras todos continuaban conversando y conociendo esta nueva vida y las nuevas funciones de Selene, quien intentaba normalizar ser reina consorte de un país. Sus hermanos decidieron arreglar la mesa y preparar un asado de mariscos. Salieron a comprar mientras las hermanas lavaban los platos y los sobrinos recogían el comedor. Kamal aprovechó para conversar con su suegro; los dos fueron a una terraza y compartieron un puro. —¿Quieres explicármelo? —preguntó Kamal. —No quiero, pero sé que debo y no a ti, sino a ella. Pero va a destruirla. —¿Por qué la va a destruir? —No solo engañé a su madre... No puedo. —La verdad sale tarde o temprano. —Tuve una relación extramarital con la hermana menor de mi esposa. —Kamal elevó una ceja—. Mi mujer adoptó a su hermana cuando supo que estaba embarazada. Ella no quería decir quién era el padre, sus padres la echaron y nosotros nos hicimos cargo, pero la niña salió idéntica al resto de mis hijos, y mi esposa empezó a sumar uno más uno. Cuando terminó de sumar, estaba embarazada de Alma. Ya teníamos seis hijos, y Selene la crió como suya, pero... el embarazo y dejarlo todo por ti, creo que la destrozó. Alana no lo expresará, pero siempre le dolió pensar que acabaría como su hermana, en el exilio por un error. —¿Dónde está ella, su madre? —Murió cuando la niña tenía seis años. Solía importarle mucho la fiesta. —Kamal asintió—. Quiero su bendición. —¿Para qué? —Tener dos esposas no es fácil—reconoció Kamal. —Amo a Selene. Quiero que sepa que no es un capricho, ni estamos juntos por “obligación” menos por un “accidente”. Ella es el amor de mi vida, la mamá de mis hijos, y su bendición nos hará felices. Ella puede elegir irse nuevamente, o esta vez entregarnos en una boda íntima y feliz. Selene vio a su padre y a su esposo estrechando manos. Poco después, todos ingresaron con mariscos de todo tipo, y ellas comenzaron a limpiarlos y condimentarlos. Kamal ayudó como pudo a colocar la parrilla y luego dejó que los hermanos de Selene se encargarán de la suya. Observó a todos los niños en la piscina con infladores divertidos. El rey se apartó y llamó a su otra esposa, quien le comentó que planeaba irse un par de meses a la Toscana con su amante. Kamal respiró hondo y le recordó que lo mejor era no estar cerca de la prensa. —Tengo una casa allí desde cuando era joven. Leonel y yo seremos discretos —prometió. —Le pediré nuevamente matrimonio a mi esposo. Si dice que sí, nos casaremos en unas semanas. ¿Quieres venir a la boda? —¿Solo o acompañado? —Layla, el hombre con el que estás eligiendo compartir la vida de nuestro hijo, será su padrastro, ¿no? —A Layla le hacía ilusión una vida con Leonel a su lado, pero no sabía cuánto tiempo durarían juntos, no como para darle ese título. —Si Selene me quiere allí, iré. Si no, no pasa nada. Es su gran día. —Gracias. El joven recordó que había escondido algunas joyas que trajo del reino años atrás. Fue a buscarlas y pidió a sus empleados que le consiguieran un arreglo de rosas blancas gigantes y fuegos artificiales para la noche. Selene estaba bailando con Alexis mientras cocinaban en la parrilla, la mujer rió ante algo que dijo su hermano y se acercó a la mesa junto a Felicia, quien la puso al tanto de los chismes del pueblo. Kamal encontró el anillo de su bisabuela y esperaba que simplemente encajara en el dedo de su esposa. Cuando regresó al jardín, invitó a todos a tomar una copa de champán. Selene pensó que iba a malcriar públicamente a su hija, pero en su lugar, su marido se arrodilló a su lado. —Sé que he cometido muchos errores en la vida, que nuestro comienzo fue complicado y que no imaginábamos estar juntos por cinco o diez años, pero así de afortunados somos. La vida nos ha puesto una y otra vez uno al lado del otro. Selene, tú, nuestros hijos, nuestras pérdidas y victorias, son el mejor regalo que me ha dado la vida, lo mejor de mí y mi razón para seguir adelante. Así que, en frente de tu familia y con la bendición de Dios, quiero pedirte nuevamente que compartas tu vida conmigo. Porque te elijo a ti todos los días de mi vida. Elijo amarte, cuidarte y apoyarte como la mujer de mi vida. —aseguró—. ¿Te casarías conmigo? Selene vio al hombre arrodillado a su lado, le sonrió y le miró impresionada, antes de tomar sus manos y colocarlas en su rostro. Le besó y sonrió. —Sí, acepto. —¿En serio? —preguntó Kamal y todos rieron ante la sorpresa en su tono de voz. —Sí, y mucho. —Te amo. —Respondió Selene mientras le besaba y extendía su dedo para que le pusiera el anillo. —Te adoro. —Respondió Kamal y volvió a besarla.
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