El viaje

3161 Words
BelaAmira* Agarré mi tablet y empecé a buscar todo lo relacionado con el Medio Oriente y las joyas. Pues aunque sabía ya varias cosas como costumbres, religión, vestimentas, ext.. gracias a mi madre, necesitaba agregar también las joyas. Les fascinaba las joyas preciosas en especial a las mujeres. Y el oro era como parte de ellos, de su cultura. Lujos y lujos por donde mires. Sin duda nesecitaba guardarropa nueva y adecuados. Con mi sueldo de dos meses fui a comprar ropa y zapato. Debía ser holgado y recatada pero con presencia de una mujer empoderada. Encontré varias opciones por suerte con la ayuda de la vendedora. De pronto llama mi atención un vestido puesto por el maniquí. Era blanco y al acercarme más me doy cuenta que era un blanco roto o crudo como también le llaman; un blanco no tan blanco. ¡Era precioso! En el gran espejo podía verme mejor. Era largo hasta los tobillos. Sólo un poco señido en la cintura y luego holgada, mangas tres cuartos pero tenía detrás una especie de capa ligera corto para tapar los brazos si era necesario. Un vestido sencillo pero elegante perfecto para un acontecimiento de alto nivel. Y lo más importante; que me sentía hermosa en ella! Llegué treinta minutos antes de los treinta minutos antes que me había pedido Rebeca que llegará a esperar al Sr.Tomás en el aeropuerto... ósea llegue una hora antes. Estaba sentada en el lugar que me indicaron ojeando un libreto que me mando Rolando para que lo estudiará para este negocio. Llego el Sr.Tomás y detrás de él sus guarda espaldas y los demás profesionales de la empresa. Subimos en su avión privado en dirección a Abu Dhabi. La emoción recorrió todo mi cuerpo más que el miedo a las alturas. Aunque había volado ya una vez fue cuando tenía seis años. Una vez adentro me acomode un asiento atrás del lado contrario al Sr.Tomás ya que debía estar cerca de él como ordenó Rebeca, pero no tan cerca dijo también. -Amira ven por favor- escuche llamarme. - Si señor. Me senté frente a él. En medio había una pequeña mesa para apoyar las carpeta. -Hay que repasar estos documentos y de mas cosas- dijo sin sacar la vista de las hojas en la mano- será un encuentro importante y debemos estar preparado. Sentí mucho más presión de lo que ya sentía. - Por supuesto señor- contesto rápidamente ojeando las carpetas. Así pasamos el viaje repasando todo. La meta era conseguir ser socios de uno de los los más grandes empresas de joyas en Abu Dhabi. Poder exportar eh importar también. Al bajar del avión tomamos uno se los tres autos que nos esperaba. Yo iba con el Sr.Tomás. Era su sombra! Ya en el hotel, muy Lujoso por cierto, nos dio indicacion de cambiarnos eh ir al primer encuentro con los representantes de esta empresa tan poderosa. Me puse una camisa con pantalón holgado de color rosa crema, tacos altos que elevaba mi pobre altura de 1.68 metros. Una coleta alta, con ondas naturales mías, ya que hacía mucho calor y tenía el cabello largo. Baje en la recepción donde ya estaban los demás esperando al Sr.Tomás que llegó minutos después con un traje azul y camisa blanca. Se veía execcional. Por donde lo mires decía "Soy un empresario poderoso". -Vamos ya- indicó abrochandose la manga -Los siento señor- salió a decir uno de sus hombres- el intérprete no a llegado. De pronto la cara del Sr.Tomás cambió, de un hombre sereno y calmado, a uno irritado. -¿Cómo que no ah llegado? ¿Dónde demonios esta? Era la primera vez que lo escuchaba maldecir y eso que en la empresa jamás faltaba los problemas pero siempre se mantenía sereno. Se nota lo importante que era este encuentro para él. Quería que todo saliera bien. Y un atraso no era aceptado. -Manden llamar a otro de inmediato y que nos alcanze allá- ordenó subido de tono por su molestia - Si señor- respondió y sacó su teléfono para hacer la llamada. -Como es posible este desplante- iba quejándose al subir al auto. Una limusina nos esperaba, se podía sentar uno frente a otro. Mire la cara del Sr.Tomás y notaba su preocupación y molestia. Me dio pesar. Así que aclare un poco la garganta y abrí la boca -Señor- llamo su atención- si me permite- no estaba segura de lo que estaba por hacer, pero quería ayudar- Habló árabe con fluidez. Puedo ayudarlo mientras llegué el intérprete. Me miro con algo de asombro. -Puedes hacerlo?- - Si señor -Bien. No quiero llegar tarde a mi primer encuentro con los representantes. Sería el colmó! Estas personas no toleran la impuntualidad- me mira más calmado y dice- te lo agradecería mucho. Asiento con la cabeza y rápidamente empiezo a desempolvar mi árabe en voz alta ya que era la mejor forma de ir acostumbrando mi lengua. Con la atenta mirada de todos; Leí unas hojas en árabe, escrita en español, y repetía las palabras difíciles ya que debía traducir importantes cosas. No se permitía errores! Llegamos justo a tiempo y entramos rápidamente a sentarnos con estas personas. Empecé saludando y presentando al señor Tomás y a los demás acompañantes. Luego traducía todo lo que decían de ambos lados sentado junto al Sr.Tomás. ¡Fueron los 48 minutos más vital de toda mi vida! Estar frente a esos grandes empresarios y profesional me aceleró un poco el pulso pero fui lo las profesional que podría ser y di todo de mí. Al terminar se pasaron las manos, excluyendo el mío, y se despidieron con cortesía. Ya en el hotel antes de subir (a mi increíble habitación) el Sr.Tomás me habla -A sido un excelente trabajó lo de hoy señorita Amira. Mis felicitaciones- -Muchas gracias Sr.Tomás me alegro haber podido ayudar. Ese gesto fue todo lo que nesecitaba para tirarme sobre el colchón con plena satisfacción . Había hecho un buen trabajo hoy, debía seguir así los siguientes dos días. Para el segundo día ya teníamos un traductor. Así que me relaje un poco más y pude observar mejor a mi alrededor; a estos hombres tan valerosos. Esperaba un día ser como ellos. O casarme con uno de ellos... El tercer día llego tan rápido. Teníamos una última reunión para la tarde y de eso dependía todo ya que había sido muy reñida la negociación. Por la mañana baje en el lobing a mironear un poco ya que era nuestro último día. Quería ir afuera a recorrer pero en este país era mal vista que una mujer saliera sola. Me conforme con mirar por el ventanal miestras tomaba mi té y me perdía en mis pensamientos; este era el país donde había nacido mi abuelo...Ojalá pudiera saber su paradero y que fue realmente lo que pasó con él. Nisiquiera había conocido a mi abuela ya que murió cuando mi madre sólo tenía 3 años. El peor temor de mi madre era que pasará lo mismo con ella.. y si paso...también se murió siendo yo una niña... se me moja un poco los ojos al pensar en aquello que me dolía como una daga en el pecho. Pero no podía cambiar el pasado. Sólo seguir. Era lo que mi madre hubiera querido... -Señorita Contrell- oigo a lo lejos la voz del Sr.Tomás- ¿quiere acompañarme hacer la compra para mí hija y nieta?- No sabía que tenía hija y mucho menos nieta. No había visto ninguna fotografía aunque no había entrado nunca en su oficina. Me sobresalto un poco pero luego al ver su porte amable baje mi taza y respondí con un -Si Fuimos a una tienda enorme, lujosa y exclusivo. Me mareo de tantas cosas que apreciar, las joyas, las carteras, las ropas, ext... -Puede escoger alguna cosa que quieras- dijo el señor Tomás mientras entrábamos. Omiti responder pues no podría aceptar algún obsequio de este lugar que seguro lo más barato costaba cuatro meses de mi sueldo. Tampoco podría rechazarlo tan descaradamente y arriesgarme a ofender. - No sabía que tiene nieta- tenía curiosidad. - Mi pequeña Kathia es lo más cercano que eh estado de un ángel con sobre-inteligencia y amabilidad. Esa niña llegará muy lejos- dijo con una sonrisa. -Y su hija como se llama? - Ana, como su madre. -La extraña mucho?- al momento de decirlo me arrepentí- lo siento no debí.. Me mira por abajo y hecha un suspiró. -Cada día más. - Lo siento mucho- fue lo mejor que me ocurrió decir. Dios que patética! -Has perdido a alguien Amira?- pregunta de pronto mientras seguía viendo las joyas. - Si señor. A mí madre- acorte la respuesta Había tenido a mi madrina Maira que me cuido desde los 12 y fue una buena tía, pero ella tenía su propia familia de dos hijos y un buen esposo. Y aunque hicieron todo lo posible en incluirme como parte de su familia realmente ese cálido hogar con mi madre ya no volví a sentir jamás. -Una madre hace mucha falta. Muchas veces reproche a la vida por que había sido ella y no yo. La tristeza en sus ojos hizo achicar mi corazón -También eh hecho mis propios reproches a la vida- dije ofreciéndole una mueca de solidaridad con su sufrimiento. Correspondió con otra mueca y se dirigió a otro estante de joyas. Recorrí un poco el salón mirando. Vi un par de perlas preciosas que seguramente no eran falsas como las mías. -La puedo ayudar en algo- se ofreció la vendedora árabe que intentaba hablar lo mejor posible en mí idioma- Las perlas son presiosas! A su marido le encantará. ¿!Ah dicho marido!? ¡Hay Dios mío! -Oh no muchas gracias- respondo rápidamente, alejandome de ella Corro junto al Sr.Tomás que ya había escogido varias cosas. Nos acercamos al mostrador para que pudiera pagar. -Has escogido ya algo?- pregunta mirando mis manos vacías - No, no ...no eh encontrado nada- digo encojiendo mi hombro y fingiendo una sonrisa -Amira- dijo con la mirada fija - No lo tomes como un regalo mío si te incomoda, toma como un regalo que te has ganado por tú gran trabajo en este viaje. -Y se lo agradezco mucho Sr.Tomás pero no puedo aceptarlo- insistí - ¿No ha elegido nada tú esposa?- pregunta la cajera en árabe. Se me sube la sangre en la cara y se me seca la garganta - Que ah dicho?- pregunta el Sr.Tomás - Quee... Si ya encontró todo- miento apresuradamente. -Ooh. Si si. Gracias- respondió pasando su tarjeta. Salimos de ahí y volvimos al hotel. No podía creer aún que pensarán que fuera su esposa. Yo jamás podría siquiera pensar en eso. Llego la hora de la última reunión. Sentados en una mesa larga, un bando de cada lado y el traductor en la cabeza. Empezamos de nuevo. Pasaba los minutos y se iba poniendo más tenso el Sr.Tomás ya que el otro bando pedía más de lo que él había estipulado para el acuerdo. Trataba de hacer su mejor negociación pero estaba en desventaja; No hablaba árabe. Y el intérprete no lograba transmitir lo que él representaba y su empresa. No lograba presionar por así decirlo, y no lo culpo pues era un intérprete no un negociador de alta categoría. Ya estaba por ir al retrete todo nuestro esfuerzo y el Sr.Tomás lo sabía al mirar la cara de los empresarios árabes moviendo su cabeza de un lado a otro en negación. Debía hacer algo! ¿Pero que? - Sr.Tomás creo que deberíamos tomarnos un receso de cinco minutos- digo interrumpiendo al intérprete. Me miraron todos. Era la primera vez que abrí la boca después de la primera reunión. Pero el Sr.Tomás entiende mi intención. Necesitábamos ganar tiempo para pensar en algo estratégico Salimos afuera en un rincón. Se sentía la tensión en todos. - ¿Que está pasando? ¿Por qué hoy están pidiendo más de que hemos estado hablando?- sale a decir uno de nuestros negociadores secándose el sudor de la frente que no se si era por el calor o por la presión. - No lo entiendo. Ya lo teníamos- dijo otro - No lo se. Tampoco lo entiendo- dice Sr.Tomás -Esta seguro que no podemos darles lo que piden?- dijo alguien más y todos voltea verle con mala cara- bueno por lo menos una parte- desiste. - No! Claro que no!- dice el Sr.Tomás- Lo ofrecido es lo correspondido según todos nuestros cálculos. No nos vamos a achicar frente a ellos. Somos una gran empresa con una reputación intachable. Este trato también les favorece a ellos. No entiendo por que han cambiado de idea. Momento de silencio tuvimos.. - Y si...- salgo a decir yo- Y si no han cambiado de idea? - Que quieres decir- interroga Sr.Tomás - Que tal vez sólo están probando suerte. Saben de nuestra gran interés por este trato y lo están aprovechando- explicó. -Nadie se va aprovechar de mí o mi empresa- se molesta Sr.Tomás. - Entonces no desista su posición Sr. Sea contundente, implacable. -Como aré eso Amira? Con la mirada?- dijo con ironía -No puedo hablarles directamente. - Tiene razón- concuerdo con él. -Pero tú puedes hacerlo- dijo un negociador mirándome. - Es cierto, la primera vez nos fue muy bien contigo- dijo otro -Puedes hacerlo?- me pregunta el Sr.Tomás Me costó tragar saliva. Me sudaba la mano y no sé si era por el calor o presión o miedo... -Puedo intentarlo señor- fue mi respuesta tratando de no tartamudear. Entramos de nuevo y en la puerta el Sr.Tomas toca mi mano y dice en voz baja: - Tiene mi confianza. -Gracias Sr. usted sólo ponga la mirada y yo aré el resto- dije y el Sr.Tomás hizo una mueca de complicidad. Que rayos había dicho?! Como pude ponerme tanta confianza? Pero en ese momento debía olvidarme que era sólo una secretaria novata. Este era mi momento. Lo que estaba esperando. ¡Mi momento de brillar! El intérprete sólo se sentó a escuchar. Y yo me paré y empecé hablar mientras caminaba alrededor ... Era un tira y afloja todo el tiempo; mí meta era dejarles bien claro que no éramos cualquier empresa, el valor que tenía AnaBella no se podía comparar o querer minimizar con otros. De la forma más educada pero firme en mis palabras; Palabras que yo no sabía de donde salían pero desbordan como agua de mi boca. Esos meses en la empresa me habían enseñado y formado más que mis cuatro años de estudió. ¡Dios! si me viera ahora mi profesor Stéfano estaría tan orgulloso. Me llevo como 10 a 15 minutos dejaros callados, pues no se rendían en su pedido. Pero yo tampoco. Dije absolutamente todo con resolución. Luego de un rato termine y me senté. Silencio. Ni una mosca. Hasta que se aclaró la garganta el principal representante del otro bando, se acomodó en su silla y hablo: -Tenemos un trato! ¡Siiii! Me inunda la emoción, la felicidad y volví a respirar. Mis hombros se aligero mil kilos y el pulso volvió a bajar... ¡Lo había logrado! ¡LO HABÍA LOGRADO! Pero mi rostro no reflejaba nada de eso; seguía en mí papel. Se paro y estira su mano al Sr.Tomás que me mira aún confundido. Asiento con la cabeza y este saca su sonrisa y pasa su mano. Y se cerró el trato. Estaba vez también me pasaron la mano. Salimos de ahí. Nos subimos al auto. Nos bajamos del auto. Entramos en nuestro hotel y... ¡Explotados! de alegría una vez solos. Abrazos de aquí para lla palmadas en las espaldas felicitaciones de todos a todos en especial el Sr.Tomás estaba tan contento y no pude también regalarle una gran sonrisa y un abrazo. - Eso ah sido execcional Amira Contrel- dijo uno de los hombres - ¡Si que lo ah sido!- exalta el Sr.Tomás. -También su mirada "contundente eh implacable" hizo un gran trabajo señor- dijo otro y todos nos reímos a carcajadas. Solo di las gracias. Brindamos nuestro logró y hablamos de como se quedaron callados los árabes. - Toc.Toc. Tocan la puerta y pasa un empleado del hotel con un sobre en la mano que se lo da al Sr.Tomás. Lo abre y lo lee con la mirada. -Parece que iremos a una fiesta- dijo mirándonos con una sonrisa de victoria en su rostro y todos quedamos sorprendidos ¿cuál fiesta?- Nuestro nuevo gran socio Hasan Eltit nos a invitado a una celebración en su Mansión para esta noche. Seguimos en asombro. El dueño de la empresa más grande de joyas no sólo es nuestro socio; también nos a invitado a su casa. ¡Increíble! Me alegré tanto de haber traído el vestido que compre. Ya estaba arrepentida de empacarlo pues no tuvimos ningún ocacion especial para usarlo. Todo era juntas y mas juntas... Estaba dándome los últimos toques cuando tocaron mi puerta. -Pasa Era el Sr.Tomás. -Sr.Tomás- dije levantándome de mi silla. -Estas radiante señorita Contrell- dijo apreciando mi vestimenta sin pasar de la puerta. -Muchas gracias Sr. usted también se ve muy bien- correspondió a su alago y el se dio una vueltecita divertida. -Hoy ha sido un día maravilloso mi querida Amira- sus ojos brillaban- y tú en especial has brillado hoy. -Gracias Sr. Pero no podría haberlo hecho sin ayuda. -Así es. Por eso hoy quiero ayudarla a brillar más- y me pasa una caja plana de terciopelo. Lo miro confundida. Tomó la caja y lo abro... Era un juego de perlas ¡Perlas! ¡Si de perlas reales! Hermosas, brillantes, preciosas... -Ah.. No puedo aceptarlo- digo rápidamente cerrando el estuche ne**o- es demasi.. - No aceptaré un no por respuesta. Te lo has ganado- me interrumpe firme -Yo..yo..no creo que deba... - Por favor Amira- súplica con esos ojos azul claro que era enternecedor- acepté mi obsequio. Lo miro un momento y agachó la cabeza antes de hablar... - Es demasiado señor. - Es lo menos que puedo ofrecerte después de tú hazaña de hoy. Es tú noche de brillar. Hazlo! Sentía que lo decía desde el fondo de su corazón. ¿Como podría rechazarlo? -Esta bien Sr. Lo aceptaré- dije al fin Se retiró contento. Me coloqué las Perlas ¡Eran perfectas! Hacia que mi vestido valiera el triple de lo que pagué. Baje del ascensor guardando mi celular en mí pequeña bolsa y cuando alzó la mirada todos quedaron viéndome. ¡Todos! Los guarda espaldas, los trabajadores del hotel hasta mis compañeros de trabajo (después de lo de hoy ya los llamo compañeros). Me costó tragar saliva. ¿Esto es lo que provoca las Perlas reales? Me preguntaba yo. Por que el vestido no mostraba más que una vaga silueta. -Vamos- dijo Sr.Tomás ofreciéndo su brazo que agarré despacio. Antes de subir al auto me mira -Estas lista señorita Amira?- pregunto Y me respuesta fue concreta. - Si señor.
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