Un amor Dividido

"Momentos en familia"

No paraba de pensar en Renata, quiero seguir conociendo su hermosa manera de ser, estaba en mi casa, hoy tenia libre y descansaba un poco, tenía guardia lunes y viernes junto con la Doctora Julia, me alivia un poco eso, es una excelente persona y aunque ya llevo tres años ejerciendo la carrera de medicina, he aprendido mucho de ella, además aprovecho para sacarla de una manera discreta cosas de Renata, llaman a mi habitación y es mi hermano.

—Si fuera mi día libre estaria justo en este momento en una discoteca — no podía creer que comportamos la misma sangre — ¿Qué? Deberías divertirte un poco, hasta que la chica te amarre y no tengas tiempo para nada.

—A veces de tu boca sale estupideces ¿Lo sabias? — se acerca y me da un sonoro beso en la mejilla.

—Sabes que te amo hermano.

Asi éramos, desde hace dos años estamos viviendo juntos, la mayoría de las veces no nos vemos, nuestros trabajos nos quita la vida por completo.

—Vamos a visitar a Mara, está toda loca llamando, Dios —rueda los ojos — nos vio ayer, no puede ser tan tóxica.

—Cállate, no hables asi de mama, sabes cómo le molesta.

Salimos de nuestro departamento, subimos al auto y vamos a la casa de Mama, muchas veces este ser que tengo como hermano la molesta con llamarla por su nombre, mama no aguanta y le lanza lo que tiene cerca, mi familia es un poco particular, pero somos muy unidos, mi teléfono informa la llegada de un nuevo mensaje, al leerlo, no aguanto la risa, mi hermano me ve y lo ignoro, llegamos a la casa y bajamos del auto, saludo al Señor Denote, encargado de hace años de la seguridad del hogar, entramos y esta mama dando órdenes de aquí para allá, papa está en uno de los sillones más estresado que de costumbre.

—¿Ahora qué le pasa a mama? — pregunto.

—Se levantó con “La casa se ve aburrida, hay que cambiar todo” aquí estamos — se queja.

Mi mamá puede ser un poco estresante, cuando se le mete algo en la cabeza, no hay nadie que se la saque, solo mi hermano, que a veces tiene que ponerle un freno a sus locuras.

Cuando se calma, al vernos chilla de la emoción y se acerca a abrazarnos.

—¿Se quedarán? — pregunta con mucha ilusión.

Antes de que mi hermano le conteste de una manera no muy bonita o con sarcasmo, lo miro para que no hable.

—Claro mama, sabes que nos encanta pasar tiempo contigo.

Queria prepararnos ella misma el desayuno, todos, incluso mi papá, le dijimos que no, Constancia, la señora encargada de la cocina, se ríe porque sabe el porqué y va a preparar todo ella.

Mi mamá no tiene esa magia para hacer ni siquiera un jugo, porque a veces se le pasa de dulce o queda muy amargo, aunque ella intentara por años aprender a cocinar, jamás lo logro, por eso mi padre contrato a Constancia, ella se encarga de la cocina y mantener a mis padres es una dieta balanceada, pero rica, esa mujer cocina de todo, papa me pregunta como la estoy pasando por el cambio, hace unos meses fue el cambio de una clínica en donde estuve desde que me gradué al hospital, necesitaban un Doctor en el área de pediatría y por mis excelentes referencias me eligieron, muchos de mis compañeros decían que era algo tonto dejar algo bueno y no tan pesado de una Clinica a meterse en un hospital donde no voy a saber con lo que me voy a encontrar, a pesar de esos comentarios, no me llevar por ideas tontas y acepte, puedo decir que fue la mejor decisión, conocí personas grandiosas, aprendí mucho más y me conecto con los pacientes, no ven en mí un Doctor, ven en mí a un “Héroe” como me dices los niños

—Todo está más que perfecto papa, me he acoplado bastante bien, aunque a veces llego un poco cansado por los pacientes que llegan a diario, pero no me quejo, es algo que amo — tomo un poco del jugo que me trajeron.

—No solo hables del trabajo hermanito — casi me ahogo — tienen nuera, queridos padres.

—¿Cómo asi, hijo? Tienes que traerla para que la conozcamos.

—No te emociones, mamá, es solo una amiga — le explico — nos estamos conociendo.

-No me importa, la quiero conocer y espero sea pronto.

Miro a mi hermano con ganas de asesinarlo, no queria contarlo porque sabía cómo era mi mamá, desde horita comenzará con el tema, Constancia nos informa que el desayuno está listo, nos sentamos, papa y mi hermano se ríen porque mi mamá habla de Renata como si la conociera, hasta de boda está hablando, Dios mio, ni siquiera somos pareja, trato de calmarme, suena mi teléfono y es un mensaje de ella.

“¿Estás ocupado? Como que te extraño, pero solo un poco”

Me rio como un bobo.

—¿Lo notas mama? —levanto la mirada — nuestro pequeño está enamorado.

Y otra vez empiezan con lo mismo, pero esta vez me rio, Renata seria mi perdición.

Pasamos toda la tarde con ellos, ayudamos a mama en el desastre que estaba haciendo con la casa, hasta que se hizo las seis y decidimos regresar, además no queríamos manejar hasta muy tarde, mi mamá nos abraza y se queja porque nos vamos, mi hermano comienza a quejarse y sale de la casa, me rio, a veces suele perder la paciencia cuando se trata de mama, pero la ama y cuando pocas veces se lo demuestre, sé que daría la vida por ella.

Al llegar al departamento, me quito la chaqueta y la lanzo en el mueble, suena el teléfono de francisco y se va a la cocina, al regresar, me dice que si quiero ir a una discoteca con unos amigos, él no cambia.

—Sabes que no puedo, además mañana tengo guardia —le digo.

-Bueno, nos vemos ahora hermano — besa mi frente — te amo.

Desde que tengo uso de razón siempre hace eso, cuando él salía, besaba mi frente, una vez le pregunte y me dijo que hace años me cai de un árbol, estaba grave, los médicos no me daban esperanza, estaba en coma y cada vez que me iba a visitar junto a mis padres, al despedirse, me daba un beso ahí, era como un recordatorio para el que estaba vivo.

Busco mi teléfono y le respondo a Renata.

“Quisiera decirte poco, pero mentiría”

Coloco el teléfono en la mesita de noche, cierro los ojos y lo primero que aparece en mi mente es Renata, se está volviendo algo adictivo para mí, su sonrisa, su manera de verme, me enamora, me río y es mejor llevas las cosas con calma, ella merece mucho más.