"Besos Dulce"

1095 Words
Me estaba acoplando perfectamente a la universidad, Catrin se ofreció a darme ese recorrido por las institucion, Cristian había ido a sacar unas copias que la profesora le había mandado y se había tardado mucho más, me envió un mensaje pidiéndome disculpas, que lo esperara para que nos fuéramos juntos a casa, terminamos y fuimos a la cafetería por algo de comer, recibo un mensaje, una sonrisa aparece en mi rostro, leo el mensaje con mucho entusiasmo, le respondo, lo guardo nuevamente en el bolso. Catrin es una excelente chica, Es Mexicana, pero llevas varios años viviendo aquí junto a su tío, tuvimos la última clase, el profesor era algo estricto, pero la manera como explicaba, era excelente, al terminar la clase, salimos del aula y Cristian está esperándome junto con varios chicos, se acerca y me abraza. —¿Qué tal estuvo tu día? Veo que ya tienes amigas — su mirada se dirige a Catrin — ya no seré tu niñera. —Sé que te molestaba — lo aparto de mí y me despido de Catrin. Caminamos hacia la salida, me dolía las piernas y no quería caminar hasta la casa, pero ninguno de los dos teníamos para un taxi, yo, por salir apurada de la casa, se me olvido traerme el resto del dinero, todo lo gaste en la cafetería, Cristian solamente me dijo que no tenía y no quise preguntarle, nos pasa un carro y más adelante se para, Cristian me ve, cuando veo bajar a la persona me quedo sin respiración, él me ve y me sonríe, se acerca a nosotros. —Hola — me saluda con un beso en la mejilla — ¿Vas a tu casa? —Si — por un momento me olvide de mi amigo. —Vamos, los llevaré — nos subimos al auto. —Me puedes dejar a mí en el centro, por favor — le dice Cristian. —Claro, no te preocupes. Al mirar a mi amigo, él me da una sonrisa, lo hizo a propósito, nadie hablo en todo el camino, Cristian estaba concentrado en su teléfono, mientras que yo estaba sumamente nerviosa, no paraba de mirar a Fernando, dejamos a Cristian donde nos indicó. -¿Estás bien? — lo miro — te siento un poco incómoda con mi presencia. —Claro que no, disculpa si te hice pensar eso. —Está bien ¿Estás apurada en llegar a tu casa? Quisiera invitarme a comer un helado — se detiene en un semáforo. —Claro, me encantaría. Toma otra calle y llegamos a una hermosa heladería, a pesar de la hora que era, estaba lleno, me abre la puerta y me bajo, entramos y una de las chicas nos lleva a nuestra mesa, nos sentamos y Fernando pide por los dos, me quedo mirando todo, es un lugar muy pintoresco. —Eres hermosa, Renata — escucho su voz y un leve sonrojo torna mis mejillas. —Gracias — le respondo, estaba sin palabras — ¿No trabajaste hoy? —Como médico, no tenemos un horario, siempre necesitan de nosotros — me sonríe — pero tenía un tiempo libre y salí a comprar unas cosas para la casa que necesito. Nos traen nuestros helados, estaban ricos, no paraba de reír de las ocurrencias de Fernando, le cuento como me fue en la universidad, me ayuda con algunas cosas que no entendía y se lo agradecí, llego la hora del almuerzo y nos levantamos para irnos, me abre la puerta del auto y me subo, en todo el viaje sentí el cómo me miraba y no pude dejar de sonrojarme, sería siempre así, pensara que soy una niña, llegamos a casa y no quería despedirme de él. —Me encanto pasar este día contigo — lo veo acercarse y bajo la mirada — no, no hagas eso, además, tienes unos ojos que me fascina. Levanto mi mirada, sin esperar una respuesta de mi parte, me besa, sus labios eran suaves y me encantaba, baja sus manos a mi cintura y me acerca a el de una manera delicada, estoy en el cielo, sonrió en medio del beso y se aleja. Me despido y bajo del auto, entro a la casa y me recuesto en la puerta mientras una sonrisa boba se posa en mis labios, Clara me ve y me llama a la sala para que hablemos, me siento. —Ahora dime ¿Qué tal te fue en la universidad? — me quito la chaqueta. —Bien, Catrin.. — ella me mira — una chica nueva que conocí. Nos quedamos un rato más conversando, le cuento de la salida que tuve con Fernando, no quería secretos con ella y menos con Julia, le digo que iré a dormir un rato, ella besa mi mejilla, agarro mi bolso y subo a la habitación, me quito la ropa y cuando voy a entrar al baño, mi celular suena, al tomarlo era un mensaje. “Con ese beso me dejaste encantando” Me rio, decido contestarle horita, me baño y busco ropa para estar en casa, me acuesto y le envió a Fernando, toco mis labios y mi corazón late demasiado rápido, dejo el teléfono en la mesita de noche y me duermo. ***** Desperté por unos gritos y unas risas provenientes de la sala, busco una chaqueta porque había un frío tremendo, al bajar, está Clara, julia y Cristian. —Ya sabía que tanto escándalo seria por ti — él me ve y me sonríe. —Sabes que me quieres como a nadie — me siento a su lado. Todos se ríen, menos yo, Clara me pasa mi comida y se lo agradezco, empiezo a comer, Julia se va a su cuarto a dormir, otra vez tuvo guardia y mañana tenía que estar temprano en el hospital, Cristian y yo nos quedamos en la sala a ver una película, mientras que Clara fue al taller a terminar un encargo que era para el viernes. —A ver, cuéntame — lo miro sin entender — no te hagas la loca ¿Se besaron? —Pues.. — me pongo rojo al instante. —No puedo creerlo — se ríe — va en serio todo con el Doctor, me alegra verte feliz, te lo mereces. Me abraza y siento que gane la lotería al tenerlo en mi vida, Cristian ha sido un gran apoyo para mí, siempre ha querido lo mejor, merece todo lo bueno, una de mis decisiones de estudiar medicina era por él, aunque no se lo dije porque sabía lo que iba a pensar, quiero ayudarlo.
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