GENEVIEVE Me llevó a una pequeña cafetería a las afueras de la ciudad, que según él tenía las mejores hamburguesas de la zona, pero yo pedí una ensalada con pollo a la parrilla. Esta vez no me preguntó si quería algo más que eso. Me enteré de que trabajaba en el departamento de informática y de que vivía en un apartamento en la misma calle que el mío. Esto facilitaría los posibles encuentros si los hubiera. Me pregunté si intentaría invitarme esta noche. Decidí entonces que, si lo hacía, aceptaría. Necesitaba algo con lo que distraerme y él me serviría. También me enteré de que había vivido aquí toda su vida, que era definitivamente un niño de mamá, aunque no lo dijera abiertamente, y que no quería tener hijos. —Para nada—, le pregunté mientras empujaba mi ensalada, buscando los troz