13. EN LAS BARANDAS.

2015 Words

—Preciosa —Alfredo dio 3 pasos exactamente hacia atrás y observo la figura expuesta de Emilia. Era la mujer más hermosa que había visto jamás, le gustaba demasiado, eso no lo dudaba. Pero sobretodo le ponía, esa chica le ponía de pies a cabeza, le encendía cada fibra de su ser, cada centímetro de su piel se electrizaba con solo mirarla a los ojos y no podía ni siquiera pensar en esos labios rojos, porque enseguida sus pensamientos se ponían realmente vulgares. Quería tomar esa boca y hacer mil cosas que no eran muy decorosas para una dama, pero es que aunque Emilia era una dama, él sabía también que en ella había una fuerza interior imposible de apagar, una fuerza que Gabriel estuvo durmiendo como el flautista de Hamelin que él sabía muy bien que era. Un hombre de blanca sonrisa capaz d

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