Escuché la alarma sonar y logré apagarla, al abrir los ojos me dí cuenta que estoy en el apartamento de Jonathan, me acerque a ver la hora.
Es lunes y son las 5:30 de la mañana. ¡Carajo! Es día de trabajo y estoy a una hora de mi apartamento sin nada aquí para ir a trabajar.
–Jonathan –susurre al oído, pero solo escuché un quejido –. Amor, tengo que irme –hablé, pero no se despertó, así que busqué algo de papel y lápiz que encontré en una de las mesitas al lado de cama y escribí una nota.
Tuve que irme, nos vemos en el trabajo.
Te amo Lola.
Dejé la nota en la mesita de noche, me vestí y salí de la habitación, cuando iba camino a la puerta escuché que alguien aclaró la garganta detrás de mí.
–Tu no entiendes verdad –escuché a Chelsea, no pude evitar que se me hiciera un nudo en el es
