Juegos de poder. Pactos y secretos

Escandalo

Luis Carlos estaba atrapado en un dilema. Aunque su matrimonio con Lilith no era válido legalmente, sus sentimientos por ella y la responsabilidad que sentía hacia su hijo no podían ignorarse. Necesitaba encontrar una manera de equilibrar sus obligaciones sin perder a las personas que le importaban.

Un día, mientras estaba en su oficina, Martín entró con una expresión seria.

—Luis, he revisado todos los registros y hay algo que necesitas saber —dijo Martín, colocando un archivo sobre el escritorio de Luis Carlos.

Luis abrió el archivo y comenzó a leer. Su sorpresa fue evidente al descubrir la información que Martín había encontrado.

—Según estos registros, Lilith figura como soltera. No hay ningún documento legal que valide tu matrimonio con ella. Parece que la boda fue una farsa, posiblemente porque Gabriel no existe oficialmente en ningún registro —explicó Martín.

Luis Carlos se quedó en silencio, procesando la información. Esto significaba que, legalmente, no estaba casado con Lilith, lo que podría facilitar su matrimonio con Valeria. Pero también significaba que Lilith había vivido una mentira, creyendo que estaba casada con alguien que no existía en los registros oficiales.

—Esto cambia muchas cosas, Martín. Si la boda no es válida, entonces técnicamente puedo casarme con Valeria sin problemas legales. Pero no puedo olvidar a Lilith, especialmente ahora que está embarazada —dijo Luis Carlos, con un tono de voz lleno de conflicto.

—Debes pensar en lo que es mejor para todos, Luis. Casarte con Valeria podría asegurar la estabilidad de la familia García y permitir que sigas apoyando a Lilith de una manera más segura y eficaz. Además, si Gabriel nunca existió oficialmente, Lilith no debería enfrentar ninguna repercusión legal —respondió Martín, tratando de ser práctico.

Luis Carlos asintió lentamente, sabiendo que Martín tenía razón. Sin embargo, la idea de abandonar a Lilith le resultaba insoportable.

La mansión de los García estaba decorada con luces brillantes y globos dorados, todo listo para la gran despedida de soltera de Valeria. Las mejores amigas de Valeria se reunieron para celebrar la última noche de libertad de su amiga antes de su boda con Luis Carlos.

Valeria estaba radiante, con una sonrisa que reflejaba la emoción de la noche. Sus amigas habían planeado una velada elegante, llena de risas y buenos momentos. Sin embargo, una de las amigas, Laura, había decidido añadir un toque picante a la fiesta sin consultar a Valeria.

—Chicas, tengo una sorpresa para todas —anunció Laura con una sonrisa traviesa.

Valeria frunció el ceño, sintiendo una inquietud. —¿Qué tipo de sorpresa, Laura? —preguntó con cautela.

—Solo espera y verás —respondió Laura, guiñándole un ojo.

Poco después, la puerta se abrió y entró un hombre musculoso vestido de bombero. La música comenzó a sonar fuerte, y el stripper empezó a bailar sensualmente, despojándose de su ropa poco a poco. Las amigas de Valeria estallaron en gritos y aplausos, riendo y disfrutando del espectáculo.

Valeria, aunque incómoda, trató de mantenerse tranquila y sonreír. No quería arruinar la fiesta, pero sabía que Luis Carlos no aprobaría esta situación.

—Laura, esto no era necesario —susurró Valeria, tratando de mantener la calma.

—Relájate, Valeria. Es solo por diversión —respondió Laura, riendo.

Mientras el stripper continuaba su actuación, una de las amigas tomó su teléfono y grabó un video del evento. Sin que Valeria lo supiera, el video fue enviado a Luis Carlos, acompañado de un mensaje que decía: "Mira lo que te estás perdiendo."

Luis Carlos estaba en su oficina cuando su teléfono vibró. Al abrir el mensaje y ver el video, su expresión se oscureció. Aunque sabía que no era culpa de Valeria, la situación lo irritó profundamente.

Suspiró y decidió llamarla para aclarar las cosas.

—Valeria, necesito hablar contigo —dijo Luis Carlos en cuanto ella respondió al teléfono.

—Luis, ¿qué pasa? —preguntó Valeria, con una mezcla de preocupación y cansancio.

—He recibido un video de tu despedida de soltera. Entiendo que esto no fue tu idea, pero necesito que tengas más cuidado. No podemos permitir que este tipo de cosas dañen nuestra imagen —dijo Luis Carlos, tratando de mantener la calma.

Valeria suspiró, sintiéndose atrapada entre sus amigas y su futuro esposo. —Luis, lo siento. No sabía que Laura había planeado esto. Te prometo que no volverá a suceder —respondió con sinceridad.

—Lo sé, Valeria. Solo quiero que sepas lo importante que es mantener nuestra reputación intacta. Especialmente ahora, con todo lo que está pasando —dijo Luis Carlos, suavizando su tono.

—Lo entiendo, Luis. Gracias por comprender —dijo Valeria, aliviada.

La fiesta de despedida de soltera de Valeria se había convertido en el evento de la semana, y las noticias volaban por toda la ciudad. Un reportero, siempre al acecho de escándalos que pudieran capturar la atención del público, había recibido el video de la actuación del stripper. Sin dudarlo, decidió publicar la noticia, sabiendo que el drama que rodeaba a los García y los González era siempre un tema candente.

El titular de la mañana siguiente fue explosivo: "Despedida de soltera de Valeria García: ¡El escándalo antes de la boda!"

Las imágenes del video acompañaban el artículo, y los detalles íntimos de la fiesta se convirtieron en la comidilla de todos los medios. Valeria despertó con una sensación de alarma al ver su rostro en todas partes, sabiendo que esta situación era mucho más grave de lo que parecía inicialmente.

En la mansión García, Luis Carlos estaba furioso. La publicación de este video no solo comprometía su relación con Valeria, sino que también ponía en riesgo la reputación de su familia y su empresa.

—Valeria, ven a mi oficina inmediatamente —dijo Luis Carlos por teléfono, su voz tensa de ira contenida.

Valeria llegó rápidamente, con el rostro pálido y ojos llenos de preocupación.

—Luis, lo siento mucho. No tenía idea de que esto sucedería —dijo Valeria, al borde de las lágrimas.

Luis Carlos suspiró, intentando mantener la calma. —Valeria, esto no se trata solo de nosotros. Es nuestra imagen, nuestro futuro. Necesitamos manejar esto con mucha cautela. Debemos emitir una declaración conjunta y controlar la narrativa antes de que se salga de control —dijo, mirando a Valeria con severidad.

Valeria asintió, sabiendo que tenía que seguir el plan de Luis Carlos para mitigar el daño.

Mientras tanto, en la mansión de los González, Juana leyó las noticias con una sonrisa satisfecha. Sabía que este escándalo debilitaba aún más a los García y a Valeria, y le daba a su familia una ventaja en este juego de poder.

—Esto solo demuestra que los García no son invulnerables —dijo Juana, hablando con Laureano—. Debemos aprovechar esta oportunidad para avanzar nuestros intereses.

Luis Carlos, consciente de la gravedad de la situación, convocó una conferencia de prensa. Él y Valeria se presentaron juntos, mostrando una fachada unida.

—Queremos disculparnos por los eventos recientes y aclarar que la despedida de soltera fue una sorpresa no planeada por Valeria. Lamentamos cualquier inconveniente que esto haya causado y pedimos respeto por nuestra privacidad en estos momentos —dijo Luis Carlos, su tono firme y decidido.

Valeria, a su lado, asintió, con una expresión de arrepentimiento. La declaración fue recibida con reacciones mixtas, pero Luis Carlos sabía que era crucial mostrar una imagen de unidad y control.

En medio de este caos, Luis Carlos no podía olvidar su promesa de cuidar a Lilith y a su hijo. El escándalo solo complicaba más las cosas, pero estaba decidido a cumplir con su responsabilidad.

Días después, otro golpe llegó a la puerta de los García. Martín, con una expresión grave, entró en la oficina de Luis Carlos.

—Luis, otro video llegó a manos de un reportero. Esta vez, es más comprometedor y amenaza con destruir no solo nuestra imagen, sino también nuestra credibilidad —dijo Martín, entregándole el teléfono con el video.

Luis Carlos observó el contenido del video, su expresión endureciéndose.

—Necesitamos encontrar una manera de detener esto, Martín. No podemos permitir que esto se filtre —dijo Luis Carlos, decidido a tomar medidas drásticas para proteger a su familia y sus intereses.

La situación se volvía cada vez más complicada, con cada movimiento de los personajes acercándolos más a un desenlace inevitable. Los secretos, las traiciones y los planes ocultos continuaban entrelazándose, creando una red de intrigas que solo el tiempo desenmarañaría.