6.

5000 Words
Mi casa no se sentía tan limpia y organizada, desde hace mucho tiempo, y por mucho tiempo me refiero a nunca, eso es básicamente debido al nivel extremo de limpieza y organización en el que se encuentra hoy. Cristina ha sido una gran ayuda, ya que por más que intenté esforzarme en hacer las cosas por mis propios medios, el dolor en la mano y la poca facilidad de movimiento no han permitido que me recupere del todo. Aunque en realidad no me he sentido tan inútil del todo, a veces le ayudo con cosas muy básicas. Cristóbal, pasó por mi casa algunos días, de hecho uno de esos días se quedó a cenar con nosotras y fue una noche realmente divertida, conversamos sobre la tierna infancia de Cristóbal y Cristina llegó a contarme anécdotas realmente divertidas, era un niño muy curioso y explorador, no entiendo porque ahora es tan serio y tan rígido con todo. Recuerdo que Cristina en medio de la cena, de una deliciosa pasta que preparó nos contó cuando de niño le encantaba salir al jardín de su para nada pequeña casa a explorar los árboles que lo rodeaban y se había aprendido a subir en ellos hasta lo más alto. En una ocasión en particular, Cristóbal desapareció durante más tiempo de lo normal, no lo encontraban por ningún lugar, por lo cual Cristina alertó al personal de Seguridad y entrada la noche cuando sus padres llegaron el desespero por saber dónde estaba o que cualquier cosa le podía haber pasado tenía a todos en alerta máxima, luego de buscarlo por toda la propiedad, Cristóbal apareció campantemente, entrando por la puerta del jardín en dirección a la cocina, saludo a sus padres y les dio las buenas noches a todos los que estaban reunidos planeando una misión de búsqueda y rescate para encontrar al pequeño de 11 años presuntamente perdido, Cristina nos contó que tanto ella como su madre se pusieron a llorar y lo abrazaban incontables veces, pero su padre fue otra historia, lo sentó en el sofá y lo regaño explicando lo peligroso de desaparecer de ese modo, de la angustia que había hecho pasar a todos y de los riesgos de estar solo. Cuando le hicieron la gran pregunta, sobre dónde estuvo todo ese tiempo y que estaba haciendo, él solo sonrió y contó de manera muy tranquila, como “construyo” una casa en el árbol, casa que Cristina explicó consistía en unas tablas peligrosamente ubicadas para crear una especie de plataforma, cubierta por una sábana blanca de la habitación de Cristóbal, el pequeño también contó, como tuvo que combatir a los aliens que lo perseguían y estar vigilante de un pequeño nido ubicado justo al lado de su casa, donde estaba por nacer unos pequeños pajaritos de color gris.  -Desde ese día nos dimos cuenta de lo ingenioso y protector que es el joven –Dijo cristina mirando a Cristóbal que se sonrojo y luego me miró– y desde ese día tampoco a parado de crear cosas, y de proteger a quienes realmente le importan –Está vez la mirada fue directa para mi y una leve sonrisa se hizo en sus labios, baje la mirada porque no entendía la intensidad con la que cristina me miraba– -Bueno, creo que es tarde y yo mañana debo madrugar, el trabajo no da espera. –Dijo Cristóbal levantándose de la mesa dando un beso en la mejilla de Cristina.-- -Si, por supuesto, adiós Cristóbal y nuevamente muchas gracias, creo que Cristina puede irse hoy si así lo prefiere, ya ha hecho bastante por mi y mañana tengo el primer control con Martín, si mi mano está del todo recuperada, mañana mismo puedo regresar a mis funciones en la empresa. -No, aún le faltan días de recuperación así que por ahora me seguiré quedando –respondió cristina rápidamente y mirando a Cristóbal que con un leve movimiento de cabeza ratificó su decisión– Además el joven tiene más personal en casa que sabe perfectamente qué debe hacer, por cierto, ¿la niña nueva dejo de entrar accidentalmente a su habitación joven? -Preguntó en un tono de voz entre molesto y fastidiado.-- -No, justo ayer volvió a hacerlo cuando me estaba empezando a vestir, creo que debes repetir sus funciones y horarios cuando vuelvas, sabes que a Alison no le gusta el personal impertinente.  -Mi ceño se frunció al máximo, con el comentario que acababa de hacer, es obvio que volvió con Alison, y que tiene una empleada acusadora y no se porque razón eso se sintió incómodo, supongo que es mi faceta de amiga super protectora.-- -¿La señorita Alison va a regresar? -Preguntó cristina con una expresión en su rostro realmente molesta y enderezando su espalda más si es que eso era posible.- -Cristina, sé que las cosas no han sido fáciles, pero ella es el amor de mi vida y yo la quiero conmigo.  -Claro señor, lo que usted diga. -Dijo Cristina, con la voz apagada y pidiendo permiso para retirarse a la habitación, para ese momento ya estaba durmiendo conmigo, puesto que no podía dejarla dormir en mi pequeño sofá por tanto tiempo y convencerla no fue nada fácil.-- Se hizo un silencio entre los dos, y no pude despegar mi mirada de su expresión apagada, mientras observaba a Cristina subir la escalera en dirección a mi habitación. “Sabes, es la primera vez que Cristina se va a la cama, dejando la loza sucia” Dijo Cristóbal mirándome ahora a mi, quité mi mirada y la direccione al piso, luego de otros instantes de silencio, solo suspire pesadamente y volví a sentarme sirviendo una copa de vino para mi, en verdad la necesitaba. -No puedes consumir alcohol, estás tomando medicamentos fuertes para el dolor!!!. -Exclamó estirando su mano, para quitarme la copa que casi tenía en mis labios. Dios, es exasperante lo estricto que puede ser.-- -Supongo que no le gustó para nada enterarse del mal comportamiento de la niña nueva y es obvio que tampoco la puso contenta saber que Alison volvió a su vida... otra vez. Y era solo una pequeña copa, estoy segura que nada iba a pasar si tomaba un sorbo de vino para refrescar mi mente.  -Katerina, sabes que con Alison las cosas no son fáciles, pero tomé la decisión de formalizar la relación, después de todo llevamos saliendo mucho tiempo inclusive desde mi último año de la universidad. Así que lo mejor es que ella conozca a mis padres esté fin de semana en una cena que estoy preparando y… tomamos la decisión de vivir juntos después de eso. Ella va a pasar sus cosas para mi apartamento la otra semana, así que espero que te recuperes pronto por que te voy a necesitar en la oficina, ha sido bastante agotador estar solo y no creo que la empresa resista sin la presencia de ambos.  Mi mirada fue directo al piso, guarde silencio, y cuando la subí puse una sonrisa de oreja a oreja, tenía la certeza de que esa sonrisa no era sentida en lo profundo de mi ser, pero sabía que si mi amigo era feliz, yo debía serlo por él, después de todo me ha brindado su entero apoyo en varias ocasiones y no soy quien para juzgar sus decisiones. -Esta bien Cristóbal, le prometo que mañana luego del control con Martín todo va a estar bien, y voy a volver más pronto que tarde. –Sonreí y me levanté para indicarle que era hora de irse.  Apague las luces de la cocina y subí a acostarme junto a Cristina, ya estaba bastante cansada y la verdad es que mi cabeza estaba a mil, con tantas cosas que tenía que bloquear. -”Sabe, esa niña nunca ha querido al joven Cristóbal y no se como él no puede darse cuenta”. Pensé que Cristina estaba dormida, pero cuando escuché su voz me dejó un poco sorprendida, las luces de la habitación estaban completamente a oscuras, pero ella siguió hablando. “Así es el amor, ¿no?”. “Ciego”, respondí rápidamente, porque en definitiva, Cristóbal estaba ciego de amor y no podía ver más allá de la realidad y del daño que solo él se estaba causando, pero como amiga, solo podía apoyarlo. Llegó el día de ir al hospital, cuando llegué no tuve que anunciar mi llegada, lo que me pareció realmente extraño, la enfermera que me recibió para llevarme hasta el consultorio personal de Martin me explicó que desde el día anterior el Joven Cristóbal había llamado para que estuviesen pendiente de mi llegada, lo cual me pareció una real exageración. Pero acá estaba yo, sentada en una silla esperando a que llegara el médico y único amigo de mi jefe. -Así que después de todo viniste a control. -Dijo Martín con una sonrisa en su rostro.- -Bueno usted conoce a Cristóbal mejor que yo y sabe que no tengo opción, además debo volver a trabajar, me estoy volviendo loca entre la casa.  -Pensé que ambos conocíamos a Cristóbal, después de todo esta muy orgulloso llamándote amiga. -No lo sabía, pero en definitiva usted lo debe conocer mejor que yo, finalmente yo solo llevo poco más de un año conociéndolo.  -No siempre debes conocer a la gente mucho tiempo para conectar o sentirte en confianza. y a Cristóbal extrañamente le paso eso contigo, él no es muy abierto a la gente en general, le cuesta relacionarse… Empieza a examinar mi mano, a hacerme preguntas sobre el dolor, me entrega una pelotita que se ve tierna pero demasiado dura, solté una risita cuando intenté la apretar con mi mano lastimada, pero fue casi imposible. “¿Qué es lo gracioso?, me preguntó Martín mientras observaba mi fallido intento con la pelotita. “Buenos pues que la pelotita por fuera es muy tierna, pero que cosa para ser tan dura y difícil de moldear” le dije mirándolo con una sonrisa. -Bueno, pues mira que casualidad, se parece mucho a ti. -Su risa no se hizo esperar.- -Martín, porque el otro día se peleó con Cristóbal? -Lo mire fijamente no estaba dispuesta a escuchar mentiras- Se nota de lejos que ustedes son muy buenos amigos, no entiendo porque pelearon de esa manera. -Escucha Katerina, somos amigos desde niños, lo conocí en un momento muy difícil de mi vida, cuando perdí todo lo que tenía importancia para un niño, mis padres, su familia ha sido mi soporte y el más que un amigo es mi hermano, me preocupo por él, aunque a veces no lo parece. Y siempre que hablamos de Alison dejamos de hablar por un tiempo, justo como ahora.  -Entiendo. -Solo puedo pronunciar eso y hacer silencio- Porque es tan tormentosa su relación con ella? No entiendo, porque la necesidad de torturarse. -Tienes tiempo de almorzar conmigo hoy? Estuve en la sala de espera durante unos 15 minutos aproximadamente, mientras Martín dejaba resueltas unas cosas para poder salir conmigo a almorzar, recibí un par de llamadas de Cristóbal, supongo que quería saber como iba mi recuperación, pero decidí ignorarlas, sentía un poco de fastidio por el ese día, así que lo deje pasar. Con Martín fuimos a un restaurante Italiano, me dijo que yo tenía cara de amar la pasta y todo lo que tuviese que ver con Italia y no se equivocó para nada. La comida estuvo deliciosa y el lugar era magnífico, típico de un par de niños ricos como él y Cristóbal. Aunque claro, Martín era mil veces más relajado. -Todo empezó cuando apenas tenía 10 años, con la muerte de mis padres, ellos eran médicos. Mis tíos eran personas realmente ocupadas, de verdad querían hacerse cargo de mi, pero sus tiempos no daban para cuidar un niño, y menos estando solteros, cómo los padres de Cristóbal y mis padres eran muy unidos, ellos decidieron pedir mi custodia, en ese momento realmente él y yo no éramos muy amigos, cuando llegue a su casa él estaba por cumplir sus doce y yo mis once años. Las peleas no se hicieron esperar y más de una vez nos tuvieron que separar, tu sabes un labio roto, un ojo morado, pequeñas trampas para fastidiarnos. Hasta que entramos a la preparatoria, Cristóbal siempre ha sido el más juicioso y dedicado de los dos en todo, y en la adolescencia sabes bien que ser el nerd no es precisamente "cool", así que los chicos populares quisieron hacerle un par de bromas, que al principio dejé pasar, porque solo botaban sus cuadernos por el pasillo o lo empujaban en la cafetería mientras hacía la fila, y no es que Cristóbal permitiera que lo molestaran, siempre ha tenido un carácter fuerte, tal vez por esa razón lo seguían molestando; hasta que un día vi las intenciones de ellos, de arrojar sobre su cabeza una caneca llena de basura de la cafetería, antes de que lo vaciarán sobre Cristóbal, le di un puñetazo en la cara al más grande y sus amigotes atacaron con todo, Cristóbal se dio cuenta y salió en mi defensa, se armó una pelea descomunal, éramos nosotros dos contra unos 4 o 5 chicos, obviamente salimos bastante lastimados, pero no dejamos que nos vieran adoloridos, nos llevaron a la dirección, llegaron los papas de Cristóbal, en principio pensaron que todo se debía a una pelea entre nosotros, pero cuando se enteraron de la razón de nuestros golpes, de manera apresurada informaron a la directora que iban a tomar cartas en el asunto. El camino a casa fue de total silencio nadie era capaz de pronunciar una sola palabra, y una vez entramos, nos esperaban con pizza y habían dado la orden de alistar la sala de Cine para nosotros dos, ni Mariana ni Antonio pronunciaron palabra alguna y entendimos el mensaje, si nos manteníamos unidos íbamos a estar bien.    -Así, entonces se formó su amistad. -Dije, dando otro bocado a mi pasta.- -Después de eso, Cristóbal se volvió mi hermano y ha sido la única persona con la que he podido hablar sobre la muerte de mis padres. Creo que ellos no alcanzan a dimensionar todo el agradecimiento que tengo, aguantar todo mi proceso de dolor no fue fácil, ya sabes me puse rebelde me escapé un par de veces con ayuda de mi hermano, alcohol, drogas, carros, dinero, mujeres!!! mi gran debilidad, lo tenía todo, pero estaba vacío sin mi familia. Sin embargo ellos 3 siempre han estado ahí y creo que nunca se van a ir. Cristóbal es una persona demasiado fiel, no teme expresar sus sentimientos con nadie, lo cual me parece genial, no los está ocultando todo el tiempo como yo…o como tú. -Cuando dijo esto, levanté mi mirada del plato que estaba por terminar de comer.-  -¿A que se refiere? -Pregunté rápidamente.- -Nada, tal vez me equivoque. En fin, cuando entramos a la universidad, él se soltó un poco más, seguía siendo supremamente dedicado a sus estudios en Diseño, y al mismo tiempo hizo una carrera en Administración, por eso es tan bueno en lo que hace… -Y usted estudió medicina por sus padres, verdad?  -Si, en honor a ellos y amo mi profesión, además en algún punto de mi vida debía tomar control de la herencia que me dejaron y manejar el Hospital donde te atendimos no es tarea fácil.  -Wow!!!, no sabía que usted era el dueño. Debe ser una responsabilidad enorme. -Bueno pues Cristóbal maneja una de las empresas más grande de esté país, así que dímelo tú.  -Creo que se debe a que es demasiado inteligente y dedicado, no sé cómo lo logra, a veces mi cerebro quiere explotar, pero él insiste en que todo puede ser mejor, y por mejor se refiere a perfecto, entiende de números, de ingeniería, de arquitectura, de diseño, de todo. Es genial, realmente he aprendido demasiado, por lo general siempre he sido un desastre en casi todo lo que hago, pero en TenPa… -Has logrado mantener a raya a una persona que nadie había podido controlar y eso es…bueno, creo. Por lo general la mayoría de sus asistentes querían acostarse con él, o se relacionaban demasiado cerca de Alison, o simplemente no estaban a su altura, porque siempre estaban un paso por detrás de él. Y eso para él no es bueno, tú en cambio… -Martín se queda mirando en dirección a la puerta principal del restaurante y suelta una risa malvada, observa la hora en su reloj de última tecnología– Se demoró menos de lo que yo esperaba, mi querida Katerina, ahora puedo confirmar que ustedes dos… -¿Pero que carajos te pasa?!!!, tienes al menos 30 llamadas perdidas y no contestas y tu Katerina, ¿tú celular se averió?!!! -Dios, esté hombre entro como una ráfaga de furia al restaurante.-  -Yo ni siquiera me había dado cuenta, -Digo mientras rebusco entre mi bolso- ¿Sucedió algo en la oficina? -Pregunto muy preocupada.- -No, no sucedió nada, solamente está enloquecido porque no le envíe los resultados del estado en el que se encuentra tu mano y porque no le conteste para informarle cada detalle de tu estado de salud mi querida Katerina –La risa malévola de Martin es demasiado divertida y yo sigo sin entender– Así que decidí tener una cita rápida con tu sexy asistente y ella aceptó. -Pero que coños le pasa a Martín de donde salió eso de la cita? Me da una patada bajo la mesa y entiendo que está bromeando así que le sigo la corriente, Cristóbal no ha quitado la mirada asesina que tiene sobre su amigo.-- -Y ha sido una cita encantadora  -Digo. Bastaron esas pocas palabras, para que Cristóbal se enderezara en su lugar y su cara cambia a una de total turbación.-- -Lo siento, yo solo estaba preocupado y…debí suponerlo, eres todo un galán. No los interrumpo más. -Justo se gira para irse y Martín lo toma por el brazo mientras se ríe muchísimo.-- -Tranquilo, solo nos estábamos conociendo y su mano está perfecta, de hecho puede volver mañana mismo al trabajo, ya que es evidente la falta que te hace. -Su risa va en aumento.-- -Eso me parece ideal, siendo así Katerina mañana te espero muy puntual, debemos organizar la cena familiar para presentar a Alison y quiero que estés atenta a cada mínimo detalle, además de las cosas de la empresa. -Dice Cristóbal, pero está vez su tono arrogante me saca de quicio, la risa de Martín se detiene de inmediato y su cara se vuelve casi amarga.--  -¿Insistes en esa mujer? ¿Qué más tiene que pasar para que veas la realidad que está frente a tus ojos hermano? -pregunta con la voz enojada.- -Eso no es problema tuyo, permiso, me voy y Katerina me alegra que estés mejor, Cristina ya no pasará la noche contigo hoy. -No da espacio a que Martín o yo nos despidamos, simplemente sale caminando.-  -Quieres ir por un helado, creo que lo necesito. -Por la voz de Martín puedo notar su tristeza.- Mientras vamos caminando por el parque que está cerca al Hospital y comemos helado de chocolate, Martín empieza a contarme porque no quiere para nada a Alison, según le entendí todo empezó en la universidad, cuando Cristóbal estaba cerca de su último semestre. En una fiesta de la facultad de Medicina, estaban tomando unos tragos en la cocina de la fraternidad donde habían decidido hacer la fiesta, para ese entonces Cristóbal, solo se llevaba bien con las relaciones a corto plazo, y que no implicarán demasiados sentimientos, ya que su prioridad eran sus estudios. A pesar de que, según Martín, más de una chica buena, linda y educada le ofrecía el cielo y la tierra, Cristóbal las rechazaba a todas después de una tercera cita, yo no podía creerlo, ese no es el Cristóbal que yo creía conocer. Pero en esa fiesta todo cambio, ella entró con un vestido blanco, su melena rubia caía sobre sus caderas, el maquillaje era tan suave que parecía de porcelana, por supuesto todos los hombres de la fiesta volcaron la mirada sobre semejante escultura de mujer y Cristóbal no fue la excepción, cuando la vio sus ojos brillaron y era obvio que se había flechado, esa noche Alison rechazo a todos los hombres que intentaron hablarle. Esa noche ninguno pudo obtener nada de la despampanante rubia. Así que la gran mayoría dejaron pasar así, pero Cristóbal no, de lo contrario no sería él, días después de esa fiesta, Cristóbal ya sabía que la despampanante rubia pertenencia a la Facultad de medicina, así que las visitas se hicieron más constantes, siempre llegaba con algún detalle que Alison por supuesto rechazaba, él estaba decidido a estar con ella, tiempo después corría el rumor de que Gustavo quien era en ese entonces el amor de toda la vida de Alison la había dejado para irse del País a estudiar en China.  Alison era un alma en pena, transitaba por la universidad totalmente desubicada, era una chica que tenía excelentes calificaciones, y eso simplemente cambio, el alcohol se volvió su refugio y Cristóbal estaba todo el tiempo rescatándola, la ayudaba con sus responsabilidades, si esa chica no tocó fondo es por la ayuda fiel que siempre Cristóbal le dio, y en parte por eso empezó su relación, cuando Alison le dio un primer sí para salir en una cita la emoción de Cristóbal era descomunal, pero también era la burla de la universidad, por supuesto que todos sabían que Alison aceptó salir con él en forma de agradecimiento por toda la ayuda que él le prestaba y porque ella necesitaba y quería olvidar ese gran amor que había perdido. Sin embargo eso a él no le importaba, tenía claro que la quería a ella a como diera lugar, solo que él no contó que luego de esa ruptura amorosa, quedó una Alison de antes y una Alison después. Todo el tiempo han intentado estar bien, pero ella simplemente no se ha podido entregar 100% a Cristóbal, tal vez por miedo, o tal vez con la esperanza de que su gran amor vuelva.  -Así que mi querida Katerina, a quién golpeó Cristóbal la noche que llegó ebrio a tu casa, no es ningún otro que el mismísimo infierno de Alison, su ex novio y aunque mi hermano no lo quiera ver, ella nunca ha dejado de amar a Gustavo.  Luego de escuchar la historia de Martín, entiendo porque Alison no puede entregarse del todo a Cristóbal y entiendo la paciencia que le tiene Cristóbal, sin embargo me parece que es una relación enfermiza. Dejó a Martín en la entrada del hospital y me pongo mis audífonos, en realidad quiero escuchar algo suave que me ayude a tener paciencia porque se que volver a la oficina va a ser una locura, el trabajo acumulado y tener que organizar la cena en el Pent House de Cristóbal, va a ser maratónico. Además tengo una sensaciónón de tristeza que no se como explicar. Sentí el vacío de Cristina, por supuesto Cristóbal no la iba a dejar un segundo más conmigo, en la barra de la cocina dejó una nota, con letra muy elegante. “Mi niña Katerina, me alegra demasiado haberte conocido, ahora entiendo porque eres como una luz para las demás personas, esa forma tan peculiar de impactar en los demás a través de tu honestidad y esa capacidad de ser tan directa con todo, te hacen una chiquilla arrolladora, nunca dejes de sonreír y mantente tan fuerte como sea posible, la vida es un viaje difícil, pero hermoso, con amor tu nueva amiga. Cristina”. La verdad es que no me esperaba sus palabras, en realidad nos habíamos vuelto unidas durante estos días, me había permitido reírme a costas de sus pequeñas imprudencias y le había pedido que se relajara conmigo, cosa que hizo a la perfección la noche que vimos películas de acción, aunque también había recibido un par de escarmientos y recomendaciones de su parte que en realidad se que me van a ser útiles en el futuro. Al siguiente día me costó un poco despertarme en el horario habitual del trabajo, después de todo había pasado más de 8 días durmiendo hasta tarde, pero aquí iba yo, con mi café n***o en la mano, unos Skinny Jean negros, un saco liviano en color beige mi blazer Over SIze de cuadros café y un abrigo gigante en color tabaco, coloque unas cadenas delicadas y llene mis dedos de anillos pequeños, llevaba un bolso grande, y unas botas negras con un diseño un poco industrial, no tenía ganas de verme tan formal y sabía que por mi ausencia esté día iba a tener que subir y bajar mucho. Llegue a la oficina sobre las 7:00 de la mañana y el montón de papeles sobre mi escritorio me hicieron un sabor amargo en la boca, pero no me iba a detener hasta acabar con esa montaña ese mismo día, para mi fortuna empecé a revisar y en su mayoría eran documentos para hacer firmar por Cristóbal, una que otra carta, cosas por guardar, correspondencia no entregada. Lastimosamente en mi afán por evacuar tanto papel, no me fijé en la hora y de repente sentí un grito nada agradable desde la oficina de mi jefe. -¿Dónde rayos está mi café?!!! -Cristóbal, jamás me había hablado así, y en realidad era más porque jamás me había gritado, creo que eso fue lo que hizo estallar el problema entre los dos ese día.- -No está -Dije mirándolo con sorna, directo a los ojos.- -¿Y es que el golpe en la mano te afectó la coordinación con tu trabajo?!!! -Volvió a gritar está vez más duro. Yo podría soportar que se enfureciera porque no estaba cumpliendo con mi deber de poner su Latte a la hora indicada, pero que me tratara de idiota, no.- -Lo siento mucho, llegue más temprano está mañana y me dedique a evacuar todos los papeles representados en mi escritorio, se me pasó la hora y no lo preparé a tiempo, en 5 minutos se lo entregó. Pero Jamás en su vida me vuelva a gritar, jamás en su vida me vuelva a faltar al respeto de esa manera y jamás me vuelva a tratar de incompetente -Lo mire con ira, con rabia, con frustración, en realidad no entendía porque estaba tan molesto y no me importaba, pero esa ofensa no la iba a dejar pasar- Con permiso señor Cristóbal, ya traigo su encargo, nuevamente le pido disculpas. -Me di vuelta tan rápido como pude para salir de esa oficina directo a la cocina, alcance a escuchar mi nombre a lo lejos, pero preferí hacerme la sorda.- Preparé el Latte tan rápido, pero tan delicioso como nunca antes lo había hecho, volví a la oficina de Cristóbal hecha una furia, mi cara roja me delataba. Coloque el Latte sobre su escritorio, me dijo que quería hablar conmigo sobre lo que había acabado de pasar, pero inmediatamente le respondí que no me interesaba en lo más mínimo hablar con él sobre eso, le pregunté si tenía algo que hablarme respecto al trabajo y como no respondió salí con rumbo a mi acogedora oficina, seguí trabajando como una máquina, con toda la rabia que tenía, simplemente no preste atención a nada que no fuese el trabajo, lo que fue muy productivo porque pasado el mediodía ya tenía más de la mitad de mi escritorio libre. Sabía que era la hora del almuerzo, pero no tenía ganas de salir, así que decidí comer un pastelillo que me había dejado cristina preparado mientras seguía con mi trabajo, la puerta se abrió de golpe, levanté la mirada un poco y vi que era Cristóbal, me levante en señal de respeto y lo salude con un cordial y por supuesto fingido “en que le puedo ayudar Señor”, por un instante creí que me iba a pedir disculpas o algo parecido, pero contrario a eso, solamente apunto a decir que en su cronograma personal, había dejado la lista con los requerimientos para la cena del fin de semana, que los quería confirmados para el final del día, sin más, simplemente salió de mi oficina, me sentí demasiado incomoda para mi gusto, ese no era el Cristóbal que yo había conocido y no entendía porque la grosería.  Cuando entró la tarde, mi estómago empezó a sonar y supongo que era en parte por que no me había levantado de mi escritorio para lo estrictamente necesario, pero no pensaba dejarme ganar por todo esté trabajo, apenas si había empezado a confirmar todos los preparativos para esa cena, que para mi gusto eran demasiado extravagantes, pero no era de mi incumbencia. Una vez tuve todo listo, entré a la oficina de Cristóbal, para informarle que ya estaba todo listo y confirmado, no se si por causa de mi ensimismamiento no me había percatado que Alison estaba en la oficina. -Señorita Alison buenas tardes. -Dije tan neutra como podía.- -Katerina, menos mal que llega, espero que ya todo esté confirmado para el sábado, y por cierto va a ser usted quien coordine todo el evento, ya que hizo las reservas y maneja la agenda de Cristóbal, sabe cómo queremos que esté cada cosa ese día para conocer a mi nueva familia. -Dijo con una sonrisa enseñando sus blancos y perfectos dientes.-  -Claro que sí, con mucho gusto, acá está la carpeta con todos los servicios reservados y confirmados… -No me dejo terminar de hablar.- -Ese día la quiero vestida de n***o. -Dijo de forma arrogante- Quería gritar y patear algo, no entendía porque Cristóbal dejaba que ella me diera órdenes de esa manera y mis sentimientos encontrados no me ayudaban para nada y como no puedo quedarme callada, desate el infierno. -Cristóbal, ¿Soy su asistente personal, o de la señorita Alison? Es ella quien me va a dar ordenes ahora? 
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