Me empiezo a despertar lentamente debido al dolor que comienza a nacer en mi mano, cada segundo hace que mi dolor se empiece a tornar más intenso y mis ojos se abren de golpe, cuando me doy cuenta de que no puedo abrir mi mano, doy un aullido de dolor muy intenso, porque el dolor se empieza a convertir en punzadas que se van tornando cada vez más fuertes, las lágrimas empiezan a salir de mis ojos, cuando miro mi mano y veo el nivel de hinchazón que se formó durante la noche, mi miedo empieza a acrecentarse, porque puede ser una Dislocación y yo en mi falta de sensatez, preferí tomarme una cantidad exagerada de analgésicos, en vez de ir al Médico inmediatamente.
Escucho una pisadas fuertes subir hasta mi habitación, y veo entrar de golpe a Cristóbal entrar, me mira y su ceño se frunce profundamente, supongo que por ver las lágrimas en mi rostro, luego dirige su mirada a mi mano y sus ojos se abren como platos gigantes, toma dos bocanadas de aire profundamente, se toca la cabeza y se desordena el pelo.
Yo simplemente apunto a levantarme de la cama, intento ponerme el Jean n***o que estaba por el suelo, porque se que no se va a ver mal, debajo del camisón suelto a rayas que estaba usando como pijama, y es que no me tomen a mal, pero soy de esas que prefiere aguantar 10 minutos de dolor, que salir mal vestida, la tarea de intentar vestirme se vuelve titánica e imposible por el estado de mi mano, aunque lo que más afecta mis movimientos es el dolor que va en aumento progresivamente.
-Yo...Yo te ayudo. –Cristóbal se inclina ante mí, que para ese momento estoy derramando lágrimas a montones, me ayuda a poner el pantalón, lo hace lento muy lento y no se si es por lo incomodo de la situación, por vergüenza o que, pero mi paciencia se está acabando.--
-Apúrate, que no me vas a tocar nada que no debas, sólo estás ayudando a una amiga que necesita vestirse Cristóbal, debo ir ya al medico. Te lo pido por favor --El sollozo que suelto, lo pone nervioso, pero extrañamente comienza a tener movimientos más ágiles --Por favor, del armario, saca unos tenis Vans negros, están donde se ubican todos los zapatos negros.--
-Vans, que son esos? --Me pregunta. Por Dios de verdad que en ese momento yo solo quería llegar al médico, así que camine directo al armario y se los señale, de manera cuidadosa pero rápida me ayudó a colocarlos en mis pies, le pedí que tomara mi bolso y unas gafas negras grandes y cuadradas que estaban sobre el lavabo.--
Me ayudo a bajar hasta el primer piso desde el altillo, el dolor estaba apaciguando mis capacidades de coordinar cualquier actividad que requiriera de concentración de mi parte, así que salimos de mi pequeño apartamento y no entiendo aún si es que el chofer de Cristóbal, Armando, estuvo toda la noche esperando afuera de mi lugar o llego por que lo llamo mi querido jefe. Armando me saluda formalmente y Cristóbal le ordena que nos lleve al St Regis Hospital.
-Cristóbal, yo no puedo pagar semejante Hospital, además es probable que sólo tenga la mano tronchada y ya está.
-El golpe que le diste a ese infeliz, fue más fuerte de lo que la adrenalina de ese momento te permite aceptar. Es probable que estés dislocada. Por cierto Kat, que buen golpe, recuérdame no atravesarme en tu camino cuando estés molesta. --Se río como un niño pequeño y en verdad quería contestarle algo muy inteligente, además tenía preguntas y él debía resolverlas cuando saliera del médico, pero el dolor solo me permitió dejar caer unas lágrimas y darle una sonrisa de agradecimiento por lo que hacía por mi en ese momento.-.
Llegamos al Hospital y como era de esperarse, cuando Cristóbal entró por delante de mí, las chicas de recepción y personal de enfermería, se lanzaron para atenderlo y no solo por su evidente atractivo físico, también porque sabían quién era y su importante posición social. Pidió que los mejores médicos me atendieran, cuando el Doctor Martín Collins nos recibió, su cara fue todo un poema cuando me vio la mano y le contamos la historia completa.
-Así que le rompiste la cara a un tipejo que te llamó zorra y tu la interrumpiste en plena actividad Sexual...jajajaja, que interesante, creo que hasta la fecha Cristóbal, está es la relación más interesante que has podido tener y por supuesto no incluye a Alison --Su comentario me dejó fuera de lugar, en primer lugar porque desde hace más de un año que soy asistente de Cristóbal y jamás había agendado a su amigo Martín, para absolutamente nada, ni una cena, una salida al cine, aunque Cristóbal no va al cine, unas copas o simplemente nada. Y la segunda pregunta que llegó a mi cabeza, es porque su opinión sobre no incluir a Alison– Bueno Niña Katerina, para mi te has dislocado la mano y no quiero saber como debe tener la cara el que recibió el golpe, igual vamos a practicar una radiografía, para descartar algún tipo de fisura o fractura, si solo es la dislocación la arreglaremos en un momento pero tendrás una gran incapacidad médica y vas a necesitar un poco de ayuda por lo menos por un par de semanas.-Me sacó de mis pensamientos cuando inicio con la explicación, para ese momento el dolor había disminuido más que considerablemente gracias a la cantidad de analgésicos y medicamentos que me estaban suministrando vía intravenosa.--
-Martín cuánto tiempo crees que demora el examen que solicitaste?, preferiría que fuese más pronto que tarde, no sabemos si ella requiera algún otro tipo de intervención. --Habló un Cristóbal afanado.--
-Ya en unos minutos vienen por Katerina, para llevarla a rayos X, y tan pronto como tengamos el resultado, decidimos, no debe tardar más de una hora, y Cristóbal deberías ir a bañarte, sabes que ella va a quedar en buenas manos.
-No, no la puedo dejar sola, debo estar pendiente de lo que sea que necesite. Si me voy...
-Amigo mío si te vas, no va a pasar nada, sabes que queda en buenas manos.-Justo en ese momento se abría la puerta de la amplísima y lujosa habitación de hospital en la que me encontraba interna, para darle paso a una enfermera y un camillero, que venía con silla de ruedas para llevarme a la toma de los rayos X, honestamente para ese momento mi estado mental era nulo, estaba perdida entre el poco dolor que sentía y los medicamentos que hacían un fabuloso efecto de nebulosa en mi cuerpo.-
No se con exactitud, cuánto se demoró la toma de la radiografía, solo se que en brevedad yo estaba de nuevo acostada en la camilla de la que era por ese tiempo mi habitación, la enfermera que me estuvo acompañando todo el tiempo, mencionó que "el Joven Cristóbal" se había ido unos momentos, pero que en breve estaría acompañándome nuevamente, le conteste con un pequeño gemido de afirmación. Me pidió que intentara conciliar el sueño y la verdad no fue una tarea nada difícil de cumplir, sentía la necesidad, tenía que dormir, descansar, y dejar que las cosas las hiciera el médico, yo no podía hacer más, mi cabeza daba mil vueltas con preguntas de todo tipo, pero también entendí que no era el momento para hacerlas.
***Me empecé a despertar, esta vez sin tanto dolor en mi mano, y me di cuenta que para ese momento, ya estaba Cristóbal en la habitación, sentado en una silla frente a la ventana, mirando su celular. Carraspee un poco para que supiera que estaba despierta y tan pronto escuchó el sonido, me sonrío y me dio las buenas tardes, evidentemente había ido hasta su casa a Cambiar su ropa y se había aseado, la sangre de su rostro ya no estaba, pero si las marcas de una fuerte pelea que debió tener.
-Hola, ¿Cómo te sientes? Ya Martín viene para acá con los resultados del examen.
-Cristóbal, muchas gracias de verdad no tenía que tomarse tanta molestia hoy es Domingo y usted debe estar con su familia o Alison y no acá cuidando de mi. En verdad no es necesario, puedo hacer esto sola, no es tan grave.
-Bueno, pues todo esto pasó por mi culpa, así que lo mínimo que puedo hacer es estar pendiente de ti, Mis padres están en otro país en esté momento y Alison, bueno ella está...está ocupada --Arrugó su nariz en un intento de mueca divertida que me significó más bien como un intento de desviar mis preguntas --Katerina, yo lamento demasiado todo lo que pasó, en realidad no era mi intención llegar a su casa en ese estado, pero era el único lugar al que tenía para acudir, Martín estaba de turno y no podía llegar acá todo golpeado y medio ebrio, es un hospital, mi intención no era arruinar tu noche y muchos menos verla... verla en paños menores. En verdad lamento todo esto y ahora su mano.
-Cristóbal, no es su culpa, es culpa de Andrés que se portó como un verdadero patán, independientemente de lo que pasara, nada, absolutamente nada sobre la faz de la tierra o algún otro universo le va a dar el derecho de expresarse así de mi, gritarme como me gritó u ofenderme de alguna otra forma, verbal, física o psicológica, eso jamás se lo he permitido a nadie y no voy a empezar ahora, así que en cierta medida le agradezco que de alguna manera se haya aparecido, eso me mostró una cara de él que no había visto.
-¿Y tu relación con él? se va a acabar?
-En primer lugar yo no tenía ningún tipo de relación con él. Así que por ende no se va a acabar algo que nunca existió.--Sonrío como puedo.--
-Y él sabía eso? que ustedes no tenían nada? --Me pregunta un tanto sorprendido y con una sonrisa que parece de alivio, aunque no lo puedo determinar bien, los medicamentos para el dolor deben ser fuertes, porque aún sigo en la nebulosa.--
-No lo sé y realmente a quién le importa, porque en lo que a mi respecta, no me interesa en lo más mínimo lo que piense o llegue a pensar. Ahora con respecto a que me vio desnuda, pues bueno, supongo que no es la primera mujer que usted ve desnuda, porque el único paño menor que logre colocarme, fue el paño de la cocina --suelto una risita acompañada de un gemido de dolor– Y no creo que tenga nada de extraordinario lo que vio, es un cuerpo de una mujer como el de cualquier otra. –Me mira fijamente, se sonroja y afirma tímidamente con la cabeza, desviando su mirada en dirección a la ventana.--
-Y mi comentario sobre tu cuerpo...
La puerta se abre luego de un par de golpes que dan desde afuera, anunciando que va a entrar alguien y es Martín que entra con un par de papeles en la mano, y una sonrisa en la cara.
-Katerina, tenemos dos noticias una buena y una mala. -Dice con una sonrisa picarona –¿Cuál quieres primero? --pregunta ahora si con una sonrisa descarada casi malvada.--
-Bueno, pues cualquiera está bien Doctor, finalmente me voy a enterar de las dos.--sonríe ampliamente y estira sus manos, para tomar mi mano enferma entre las suyas, da un fuerte apretón y la hala tan fuerte que mi grito diciendo: "puta madreeee!!!" debió ser estruendoso a través del pasillo, el dolor se activó de maneras que jamás imaginé, inmediatamente se levantó y aplicó un nuevo medicamento por la intravenosa que hizo efecto en muy poco tiempo.--¿Qué mierdas me hizo Doctor?-- Le pregunto nuevamente con lágrimas en los ojos.-
-Bueno pues la mala noticia era que tu mano estaba dislocada, diste el golpe de manera muy frontal con tu mano, y esto causó está dislocación leve, pero dolorosa, y la buena noticia es que te acabe de enderezar la manito, así que ya no estás dislocada.
-En serio Martín, tenías que hacerla pasar por todo este dolor?!!!. –Le dice Cristóbal en un tono de voz molesta y nada calmada.--
-Bueno pues si, no quería que se estuviese prevenida, para cuando tuviese que ordenar todos los huesos de esa manito. Ahora bien Katerina, el dolor va a bajar en unos 5 minutos y espero que te haya quedado claro que los amigos de Cristóbal son mis amigos, por eso te trate tan gentilmente y por amigos, hasta donde sé, somos solo tú y yo --Dice entre risas-- En este momento vas a entrar en un reposo total por 3 días, para que tu mano se estabilice mejor y seguido de eso una incapacidad médica de 10 días, te espero acá luego de pasada esa fecha, para chequear cómo está la mano. Espero que tu jefe no sea un gruñón que te haga ir a trabajar en ese estado.--Se ríe con fuerza y Cristóbal le da un golpetazo en el hombro que lo hace tocarse con una mueca de dolor.--
-Martín, cuando le vas a dar el alta? --Pregunta Cristóbal afanado.--
-En unas dos horas, que el medicamento termine de hacer efecto, y todo el papeleo esté listo.
-Muchas gracias Martín.--para cuando terminó de hablar, el medicamento ya estaba en lo suyo, pues el dolor había bajado y una parte de la hinchazón también.--
Luego de las dos horas que anunció Martín, esté volvió a la habitación para acompañarnos a la salida, apartó a Cristóbal a un lado de la habitación, mientras la enfermera terminaba de darme las indicaciones sobre los medicamentos y el reposo, en ningún momento quite mi mirada de ese par, que pasaron de estar hablando animadamente, a discutir y hacer movimientos bruscos con las manos.
-¿Entendiste todo bien? --me pregunta la enfermera de manera frustrada y con un resoplido.--
-Heee...si por supuesto, tomar los medicamentos y reposo con la mano?…--Le digo a modo de mitad pregunta, mitad afirmación, realmente no le preste mayor atención, porque aún no entendía qué razón podía existir para que esos dos se estuviesen peleando.--
Se acerca Martín de repente con el rostro realmente colorado y se despide de mí, ratificando que me espera en quince días, para examinar mi mano y hacernos amigos, ya que soy amiga de Cristóbal, repite nuevamente. Salimos de la habitación, yo con mi mano vendada y forrada en una férula que no me deja moverla completamente y a libertad. Y Cristóbal llevaba sobre sus manos mi bolso y abrigo, en la entrada del hospital nos esperaba nuevamente Armando con las puertas abiertas del auto para ir a mi apartamento, de verdad necesitaba descansar en la tranquilidad de mi cama, resolver las dudas que aún rondaban mi cabeza y saber que iba a pasar con mi trabajo por estos días, mientras me recuperaba.
Cuando llegamos, nuevamente y como todo el caballero que Cristóbal es, me ayuda a bajar, abre todas las puertas y cuando entramos al apartamento el silencio que se hace es realmente incómodo y esta es la primera vez que eso pasa entre nosotros dos.
-Bueno Cristóbal, quiero saber un par de cosas, entre esas, como vamos a manejar mi incapacidad, hoy es Domingo y mañana tenemos dos reuniones muy importantes, los informes quedaron impresos, pero igual debo organizar la sala de juntas, el Brunch con los clientes de la mañana y el almuerzo con los de la tarde.--Le digo con la voz un poco cansada.--
-Katerina, tranquila, ya hablé con Ana, ella se va a encargar de tus actividades durante 3 días y luego de eso, puedes trabajar desde casa y cuando sea la fecha de control de tu mano, podrás regresar a la oficina si todo está en orden. --Me dice Cristóbal de manera muy tranquila.--
-Por qué viniste anoche de manera tan sorpresiva? ¿Por qué usaste la llave?. Ni siquiera recordaba que aun la tenias, regrésamela por favor . Y todos esos golpes de anoche que paso? –El bombardeo de preguntas lo hago calmadamente y porque en realidad es la única respuesta que me interesa escuchar, ya que tenía perfectamente claro que en mi trabajo tenía todo tan sincronizado y en orden, que unos días sin mi no iban a implicar un gran cambio.--
-Anoche fue una locura, yo no creo que debas saberlo, fui un irrespetuoso al haber venido hasta acá, arruinar todo con Andrés, y creo que lo mejor es que te deje tranquila.--Dice de manera triste, pero no logra hacerme sentir mal para nada, al contrario, me empieza a llegar a la cabeza una rabia por su escueta explicación.--
-En mi vida me muevo por instinto Cristóbal, tengo un concepto muy claro, en el amor y en la amistad se debe ser tan real como honesto, es por eso que durante mi vida no he sido amiga de todos y no tengo amores con cualquiera, no entrego mi corazón, ni pido que me entreguen el ajeno. Así que si es verdad que usted y yo somos amigos, me va a explicar qué fue lo que pasó y porque peleo con Martín.--Levantó su mirada rápidamente con una expresión extrañada, supongo que no se imagino que me había dado cuenta de su pequeña discusión con su mejor amigo.--
-Anoche no tenía planeado verme con Alison, después de todos estos meses de salidas y citas, habíamos decidido tomarnos un pequeño descanso, para pasar tiempo con "nuestros amigos", así que llamé a Martín, pero él tenía turno y yo simplemente no quería venir, no quería molestarte y las cosas con Alison estaban tan bien --Dijo en medio de un suspiro profundo y melancólico–...En fin, tomé la decisión de ir a verla, finalmente ya llevamos suficiente tiempo como para yo poder salir con sus amigos y ella con los "míos". Le pedí a Armando que me llevara hasta su apartamento y cuando llegue escuche ruido en la cocina, me encamine en silencio y cuando entre, me quede pasmado Katerina, yo...ella...ella...se estaba besando con...ese hombre, no tengo de porque lo hizo, se supone que....--Tomó una fuerte bocanada de aire y se quedó en silencio.--
-Y usted lo golpeó, porque prefirió pensar que él estaba besando a Alison a la fuerza, verdad? -Pregunté de manera recíproca.--
Levantando la mirada, y con una sonrisa triste y a modo de afirmación me responde. --Si, lo golpeé demasiado, el personal de seguridad de Alison tuvo que intervenir, llamaron a Armando y me sacaron del apartamento, no tengo idea de como quedo ese bastardeo, y Alison… tampoco he hablado con ella, yo solo pare en el primer bar que encontré por el camino, intente, realmente intente no venir Katerina, me tomé un par de botellas, y fue cuando me dio el valor para venir a buscar a mi amiga, se que Alison me llamó y le conteste, me pidió que la escuchara, que yo debía saber la verdad, pero en realidad no me interesaba saber ninguna verdad, así que terminé colgando la llamada.
Mi silencio es rotundo, no tengo palabras, realmente la pasó mal, pero no puedo decir nada sobre Alison porque no sé como sucedieron las cosas y honestamente no me gusta hacer juicios de valor sobre las personas o las situaciones, sin antes conocerlas de fondo. Pero mi experiencia en la vida me dictaba que las cosas con ella no iban por buen camino, considero que debió ser honesta con Cristóbal o no se si ya lo fue y él no la escucho.
-Yo no se que decirle...Es decir creo que debió pensar las cosas con cabeza fría, como en los negocios.--Me interrumpió de golpe.--
-Alison no es un negocio. -Me miró realmente molesto por mi comentario.-
-No quise decir eso... es que es más profundo que eso Cristóbal --Doy un resoplido de frustración, a veces puede ser realmente terco- usted no puede ir por la vida sentando golpes a diestra y siniestra, sin saber siquiera si Alison quería dar ese beso o quería esa situación que usted vio.
-Eso es lo que me molesta Katerina, veníamos tan bien, que no entiendo porque paso todo esto.
-Ya hablo con ella?
-No, no quiero hablarle.
-Bueno, pues si usted no le habla, van a pasar dos cosas, la primera es que usted va seguir sumido en este tormento de pensamientos sin cesar, frustrado, aburrido y dolido, sin tener las cosas claras con ella y la dos es que si usted la busca, hablan, se escuchan pueden tomar una decisión con base en lo que diga ella esperando que sea clara con respecto a la situación.
-Por qué demonios siempre tienes una respuesta para todo?
-....Una respuesta ajena si, pero en lo que a mi vida respecta no siempre es así Cristóbal. En fin, tiene que solucionar su situación con ella. Es decir no es mi problema, pero ella ya conoce a sus papas, su familia??
-No, aun no quiere ir a verlos...Dios esto es tan frustrante.--dice en un susurro.--
-Me he visto más veces yo con su mamá que solo soy su asistente, la he acompañado de compras he inclusive al salón de belleza y Alison aun no???...La pregunta era retórica, no tiene que responderme.--Por pequeños instantes olvide el dolor de mi mano y me quedé mirando fijamente hacía afuera por la ventada de mi pequeña y mínima cocina.--
-Así es, tal cual...
-Bueno Cristóbal, creo que es hora de que usted piense que hacer con respecto a su relación, independientemente de lo que suceda usted merece respeto y ese no se da por elección, el respeto se da por que todos los seres sobre la faz de la tierra lo merecemos y punto. Así que si no es más por ahora, de verdad quisiera descansar, esto me tiene un poco agotada, necesito organizar mis ideas y pensar en cómo voy a sobrevivir estos días sin poder mover la mano y a lo que sea que Ana pueda necesitar, para ayudarlo estos días en la oficina.
-Oh!!! Katerina respecto a eso, yo quería decirte que, en unas dos horas viene una de mis mejores empleadas, Cristina, mi ama de llaves, ella va a acompañarte y apoyarte en todo esto o lo que puedas llegar a necesitar, finalmente estas así por mi culpa. Y con respecto a lo que te dije anoche, tan pronto llegue de nuevo a las oficinas, voy a hablar con Ana, para que despida a Andrés, nunca me dio buena espina.
-Celoso??? jajajajaja --Hice el comentario realmente como una broma, pero por la respuesta con su ceño fruncido supongo que no fue nada graciosa-- Lo siento solo era una broma.
-Si, Noooo!!! es decir, que mala broma, como sea, adiós.--Salió demasiado rápido para mi gusto y supongo que tengo que dejar una nota mental en mi cabeza, sobre no hacer bromas tontas con el jefe.--
Me quedé completamente sola, y con un desorden desesperante, si bien soy un poco descuidada, y parrandera detesto el desorden es algo con lo que no puedo vivir, creo que en parte es porque tengo suficiente con el desorden que es mi cabeza, como para sumarle un desorden más. Así que me dispuse a organizar el sofá donde mi jefe pasó la noche, a recoger las copas de vino, latas de cerveza y demás bebidas que habíamos estado tomando con Andrés esa noche, antes de que todo se calentara. No tenía idea de donde estaba mi celular. Las tareas se me hacían realmente difíciles, por que mi mano derecha que era la mano de mayor uso, pues estaba completamente inmovilizada.
Seguí mi tarea, empecé a recoger las cajas de pizza, a intentar lavar los trastes de la cocina y estaba casi lográndolo, cuando sonó el timbre de la puerta principal y yo realmente quería matar a alguien, porque no tenía ni la más mínima intención de dejar de avanzar en lo que mediocremente estaba logrando con mi mano izquierda. El timbre del apartamento en la parte baja sonó.
-Hola...
-Buen día, señorita Katerina soy Cristina, El ama de llaves del señor Cristóbal, tengo órdenes estrictas de ayudarle durante los próximos 10 días. Necesito ingresar, gracias. –Su voz, era firme de toda una señora, fue rápida y explícita con lo que dijo, yo solo dije mentalmente, le abro para que suba o me regaña por no abrir.--
-Sigue.-Hice sonar el seguro de la puerta para que pudiese abrir abajo y justo cuando le iba a informar del número de apartamento.
-Apartamento 403. --Cristóbal si que había sido claro.--
-Heee, si si 403, ese es.
Ella da dos golpes suaves a la puerta, suaves pero contundentes. Yo abro y la saludo con una sonrisa en mi cara y es que a pesar de ser asistente de Cristóbal y tener que estar metida hasta en su vida personal, nunca hasta el momento había tenido que ir a su casa, por ende solo había hablado con ella un par de veces para hacer llegar trajes y cosas personales de Cristóbal a la oficina.
Entra con una seguridad total, su presentación es impoluta una blusa blanca y un pantalón n***o de bota recta, zapatos de tacón, lo suficientemente altos como para no incomodar en un día de trabajo. Examina mi pequeño apartamento por todas partes, “adorable” dice y se encamina a la cocina, va a dejar su bolso sobre la barra, pero antes la examina y se abstiene de hacerlo, aunque cuando recuerdo lo que estaba haciendo con Andrés la noche anterior, yo tampoco lo pondría en ese lugar hasta después de desinfectar.
-¿Dónde me puedo quedar? –me pregunta con un gesto de preocupación, porque obviamente no tengo espacio para dos en mi apartamento.--
-Cristina, puede organizar sus cosas en mi armario y puede dormir en el sofá. Aunque mire, realmente no es necesario que se quede, de verdad, yo puedo con esto, Cristóbal es un exagerado.
Me miró de arriba hacia abajo deteniéndose en mi mano, hizo un movimiento extraño con su boca, dijo en un simple, “no es verdad” y se subió hasta mi habitación, se demoró en bajar, supuse que era porque estaba organizando un espacio para su ropa, así que decidí subir para explicarle qué lugar era más cómodo para ella, de repente la encontré quitando los tendidos de la cama, ya había organizado mi armario por colores, situación que no era tan difícil porque la mayor parte de mi ropa estaba toda colgada, y las toallas de mi baño ya estaban en el piso de la habitación, le dije de mil maneras que eso no era necesario, pero su respuesta fue simple, “Vine a trabajar y eso voy a hacer, a qué horas toma la cena Señorita Katerina?”. No sabía cómo explicarle que no tenía nada de mercado en mis alacenas o por lo menos no el suficiente para una cena real, una soda en la nevera y un par de manzanas no hacía parte de eso.
Así que me puse a explicarle la situación, siguió su camino hacia la lavadora y empezó a meter la ropa a lavar con un par de menjurjes que no me sabía, todo para que la ropa saliera realmente blanca y pulcra según su criterio. Me informo que debía salir por las compras, así que me apresure a pasarle mi billetera, le indique el número de clave de mi tarjeta para que pudiera hacer las compras, pero solo sonrío y me dijo, todo está a cargo del señor Cristóbal, tranquila. Sin más, Cristina salió de mi apartamento, tomando está vez las llaves y regresó cerca de una hora después, justo cuando yo empezaba a sacar la ropa de la lavadora, para meterla a la secadora.
Cuando entro al apartamento, el impacto de mi cara debió ser graciosísimo, porque pude ver una sonrisa, pero es que la cantidad de bolsas que traía no era normal, venía acompañada de empleados de la tienda. Me quitó del lugar en el que me encontraba, y terminó ella de meter la ropa en la secadora, “Señorita, en instantes estará la cena, por hoy es todo lo que puedo hacer, su cama quedó tendida”.
Suspire profundo y la mire fijamente, no le dije nada, empezó desinfectando y organizando las alacenas, colocó cada cosa por tamaño y por tipo de producto, yo era organizada, pero esto era extremo, nunca me quite de la cocina o la sala, siempre me mantuve observándola atentamente y no pude evitar empezar con un inquisidor cuestionario, que no se de donde salía pero esa mujer si que me transmitía confianza.
-¿Hace cuanto trabaja para Cristóbal?
-Desde que es un bebé. Yo fui su niñera, y luego cuando partió a la universidad tuve que quedarme en casa con sus padres, una vez terminó sus estudios pasé a servirle en su propio apartamento.
-Veo… –digo y me asomo por la ventana de la sala. Abrazo una almohada que estaba en el sofá con mi brazo izquierdo, de repente siento un olor que me hace sentir extraña…Se de quien es, pero yo…mejor lo saco de mi cabeza.--
-El joven dice que usted es una asistente excepcional, a pesar de lo joven y díscola que puede ser. –El olor que sale de la cocina es más que delicioso, una mezcla de hierbas y el olor de la carne.--
-Díscola? ¿Qué significa eso? –le sonrío apenas consciente–
-Dice, que la conoció de forma muy peculiar, que le gustó su… -Se arrepiente de lo que iba a decir y me mira– En fin, hace mucho no veía sonreír tanto al joven como cuando llegaba a casa los Domingos después de salir de aquí.
-¿Así que usted sabe todo lo que hace Cristóbal?
-Todo. Es como un hijo para mi. –Agacha su mirada de manera triste y muy muy nostálgica.--