Era un hecho, su hermano se había vuelto completamente loco. Primero secuestro a mi doncella en una cita clandestina y me dejó tirada a mi suerte con el conde de Richmond en la velada musical, luego este mismo hombre que pidió mi mano en matrimonio, y que lo rechaze me hostigaba, y ahora ni hablar de encontrarlo a el y a Nicolás por la noche, en la habitación de mi doncella. Inaudito. ¡Infame! ¡Indecente! Por suerte fuí yo la que los encontró en tan comprometida situación y no los guardias , pudo salvar el percance deshaciéndose de su hermano que por cierto estaba borracho como una cuba y balbuceando una indecencia tras otra...Ni hablar de su acompañante otro borracho indecente que intento besarme... Rubí sonrió ante sus divagaciones de borracho. No entendía lo que pasaba con ella, d