Aferrándose por un hilo
Janet abrió sus ojos con dificultad, pero los cerró casi de inmediato cuando una luz blanca brillante sobre ella atravesó sus pupilas y le martilló la cabeza, causándole dolor de cabeza. Apretó los ojos, tratando de luchar contra el dolor punzante. Lentamente, abrió un poco los párpados y notó una vía intravenosa insertada en su muñeca. La luz blanca brillante hacía parpadear sus ojos rápidamente, pero eso no significaba que no pudiera percibirlo.
Incluso antes de abrir los ojos y percibir los medicamentos que le estaban administrando a través de la vía intravenosa, Janet podía sentir su presencia mientras su aroma se acercaba hacia ella. Y no era solo porque todavía llevaba puesta su camisa. Era porque él estaba allí... sentado junto a ella.
Finalmente cambió
