Había llegado al punto en el que ya no prestaba atención a Nick. Había quitado una vida.
—Estabas defendiéndote —respondió Nick con severidad—. Así es la forma del lobo. Matar o ser matado. Además, estabas defendiendo a tu criada y... a un traidor —terminó con disgusto.
Janet tomó una profunda inspiración antes de ponerse de rodillas y mirar a Nick con rabia. Todo esto era culpa suya. Aparentemente, él no podía verlo.
—Esha no es lo que crees que es. Tienes una idea equivocada sobre ella. Ella es la viuda de un soldado del ejército real. ¡Su esposo murió defendiendo tu monarquía! Si tus hombres hubieran escuchado... —Janet sacudió la cabeza, sus rizos saltaban salvajemente a su alrededor. Nick se obligó a no pensar en cómo se sentiría tocar su cabello... apretarlo en sus manos...— Ella
