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1371 Words
Luna Fugitiva —Janet —advirtió Tony mientras caminaban fuera del avión y sobre la pista de aterrizaje—. No te metas en problemas ahora que estamos aquí— Janet pestañeó inocentemente a Tony. —Sabes que no soñaría con meterte en problemas. Tony resopló. —Sí claro, sé lo que está pasando en tu cabeza. Solo estás esperando una oportunidad —dijo Tony secamente—. No te importa una mierda cómo las cosas podrían acabar mal para mí. Janet fingió estar horrorizada. —Hermano, prometo no hacer nada que te implique o te ponga en una mala situación —se burló Janet—. No importa el hecho de que básicamente me estás lanzando a los lobos aquí —murmuró Janet. —Luna —dijo un hombre. Estaba vestido con un traje n***o, tenía cabello castaño claro y unos ojos azul intenso y profundo. Inclinó la cabeza en señal de respeto—. Soy el Beta Owen. Me han asignado escoltarte al palacio junto con mis guerreros más fuertes. Owen señaló a otros diez hombres que llevaban pantalones y suéteres negros como su uniforme. Janet se burló. Unos aficionados. —Bueno... es un gusto conocerte. Soy Beta Tony —dijo Tony amigablemente, extendiendo una mano para saludar a Owen—. Vamos a seguir adelante. —Sin ofender, Beta Tony —dijo Owen formalmente, estrechando la mano de Tony de manera brusca y soltándola como si estuviera en llamas—. Pero podemos encargarnos de esto. Somos más que capaces de proteger a nuestra reina Luna. Tú y tus hombres pueden regresar a casa. O podemos organizar un hotel cerca del aeropuerto donde puedan descansar antes de partir. Tony miró a Owen con atención. —Creo que sería bueno para todos si la escoltáramos al palacio antes de partir —dijo Tony razonablemente. —Mis instrucciones son traer de vuelta a Luna Janet sola. Su gente puede visitarla en otra fecha. Estos son asuntos confidenciales de Estado. No queremos llamar demasiado la atención y un contingente de más de quince hombres escoltando a una mujer lo haría precisamente —dijo Owen obstinadamente. Tony soltó un bufido de frustración. No se esperaba esto. —Escucha, amigo —comenzó Tony enojado—. No creo que entiendas exactamente lo que- —Tony, detente —dijo Janet dulcemente con una gran sonrisa en su rostro. Acababa de encontrar su oportunidad—. Estoy perfectamente bien yendo sola con ellos. Si no tengo problema, tú tampoco deberías tenerlo —concluyó Janet. Se volvió para mirar a Owen y señaló hacia las camionetas negras alineadas en la pista detrás de él—. Vamos —dijo Janet alegremente. No volteó a mirar a Tony ni una vez. —Tu funeral —murmuró Tony hacia Owen antes de finalmente acceder— ¡No digas que no te lo advertí! —fue el último comentario de despedida de Tony hacia sus espaldas que se alejaban. Owen miró confundido a Tony antes de subirse al asiento delantero de una de las camionetas negras. Tony notó los inhibidores de señal móvil conectados al techo. Estas personas no estaban bromeando cuando se trataba de la seguridad de Janet. Pero lo que ellos no sabían... Tony no estaba tratando de ir con ellos para proteger a Janet. Él había estado tratando de protegerlos a ellos de Janet. Pronto lo descubrirían. * * * —Necesito ir al baño —dijo Janet alrededor de una hora después de su viaje. Dobla el mapa que Owen le había dado y lo metió en el bolsillo delantero de su mochila negra que llevaba consigo. Owen ya le había dicho que el aeropuerto estaba a unas tres horas de Cheshire. Prontamente había cortado al conductor cuando este preguntó por qué simplemente no habían volado en su jet privado para recoger a la Luna y ahorrar tiempo. Lo que Janet no sabía era que Owen intentaba ocultar el hecho de que Nick no sabía que ella venía. Una autorización para tomar el jet lo habría alertado. Janet pensaba que Owen simplemente estaba siendo grosero con el pobre hombre porque era un conductor. Eso la hacía sentir infinitamente mejor acerca de lo que tenía planeado hacer. —Tú... ¿necesitas ir... ahora? —preguntó Owen en blanco, girando para mirarla desde el asiento delantero del copiloto. —Ahora —dijo Janet tercamente. —De acuerdo, veamos dónde está la parada más cercana —dijo Owen decidido—. Y luego- —Ahora —Janet reiteró tratando de sonar autoritaria. No fue difícil. Estaba acostumbrada a conseguir lo que quería con sus hermanos—. O terminaré meando mis pantalones. Owen pareció absolutamente atónito por el lenguaje grosero de Janet. —Um, está bien... detengan el auto... ahora —dijo Owen al conductor. Se detuvieron al costado de la carretera. Janet prontamente pateó la puerta abierta con sus botas de combate negras y comenzó a dirigirse hacia los árboles. Escuchó a unos cinco hombres siguiéndola. — ¡Necesito privacidad! —Janet gritó, volteando para mirarlos a todos con enojo. —Pero Luna... no podemos dejarte ir sola al bosque —razonó Owen—. Si tienes que ir al baño, ¿no sería mejor esperar hasta que lleguemos a algún lugar... más seguro? —preguntó con esperanza. Janet negó con la cabeza. —Necesito ir ahora —Janet declaró en voz alta y se dirigió más profundamente hacia el bosque. Suspiró aliviada cuando estuvo segura de que nadie la estaba siguiendo. Se agachó en el suelo y se quitó la chaqueta de cuero— ¡Voy a orinar! —Janet lo llamó en voz alta— ¡Nadie venga aquí! ¡Estoy realmente... tímida! —Janet encontró la palabra correcta con triunfo mientras tiraba del collar de cristal azul en forma de gota que llevaba en el cuello. Las hojas y ramitas crujían debajo de ella mientras se quitaba la ropa y se transformaba. Ella conocía el camino hacia su Universidad. Usó su boca para recoger su ropa doblada y ponerla en la mochila que llevaba colgada de su espalda como humana. Luego rompió su collar de cristal con su pata delantera izquierda para que las hierbas y esencia de salvia se liberaran sobre ella y ocultaran su olor. Realmente le debía a Melanie, la pareja mitad bruja de su hermano, por haberle creado ese collar. Luego recogió su mochila con su boca y comenzó a correr. Ya había trazado el camino, gracias a que Owen le había mostrado el mapa antes. Y aunque se perdiera, aún tenía el mapa. Janet calculaba que les llevaría unos diez minutos darse cuenta de que había escapado. Por suerte, la salvia ocultaría su olor. Aproximadamente 20 minutos después de empezar a correr, Janet escuchó aullidos que venían de lejos y llegaron a sus oídos. Bajó la cabeza y corrió más rápido. Había una sonrisa en la boca de su loba. 20 minutos. Estaba adelantada en el juego. —Son realmente aficionados —dijo Janet para sí misma mientras corría aún más rápido y veía la carretera principal al frente. Seguiría el perímetro del bosque y seguiría recto hasta llegar al desvío hacia la Universidad de Chester. Ya estaba inscrita allí y no sería muy difícil encontrar alojamiento como estudiante. Janet no podía creer que su plan realmente funcionara. Esperaba ser capturada en cuestión de minutos después de escapar, ¡y aquí había logrado cumplir su plan! Tony sabía que ella iba a hacer algo así. Por eso intentó acompañarla. Porque sabía que ella solo había cumplido con el plan en lugar de escapar antes porque no quería que nadie culpara a Tony. Pero Owen le había dado la oportunidad perfecta cuando insistió en que Tony se fuera. Ahora no se podía culpar a su hermano. Por supuesto, las personas de Nick podrían rastrearla en la Universidad de Chester, pero con suerte para entonces estaría tan bien integrada en el sistema que sería casi imposible obligarla a ir a vivir en un antiguo palacio aburrido. Janet corrió más rápido mientras se acercaba al borde del bosque. Las cosas iban brillantemente y mejor de lo esperado. Le mostraría a Nick. No era una marioneta para que él la manipulara como quisiera.
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